Policía retirado: -Así como maté, también ayudé a nacer-

Argentina, 12 de Noviembre 2015 
Nota: diariolosandes.com

Mendoza 01/11/15. Segunda de las seis entrevistas en las que hablan personas vinculadas con el mundo del delito: los que lo cometieron, quienes lo juzgaron, los que lo reprimieron y hasta aquellos que lo narraron. En todos los casos, los personajes escogidos están retirados de la actividad. Acá un ex policía de los “duros”, de los “de calle”.


En la mirada de Roberto Omar Araujo se cuela algo de Rambo. De hecho, es de sus personajes de ficción favoritos. En 2012 dejó de ser policía de calle, "de los que caminan la calle", remarca.

En los 20 años como uniformado (se retiró con el cargo de sargento) dice que disparó muchas veces en enfrentamientos. Mató a dos delincuentes en distintos hechos. También ayudó a dar a luz a tres madres. Cansado, abandonó la fuerza y hoy tiene un negocio. Y hace, de vez en cuando, de guardaespaldas.

1 -¿Dónde y cuándo nació?
-Nací el 31 de diciembre de 1967. Soy el segundo hijo de cinco varones. Mi papá era obrero de una fábrica de dulces y mi mamá ama de casa. Nacimos pobres, en una villa cerca del viejo autocine Mendoza, cerca de La Bola de Lata, en Guaymallén. Te aclaro que ese tipo de villa era de gente humilde pero trabajadora. Ahora, el 80 por ciento de la gente que vive en las villas es de dudosa moral.

2 -¿Cuáles son sus estudios?
- Terminé la escuela primaria, nada más. Con 15 años me fui a la escuela de suboficiales General Lemos, en Buenos Aires, donde estuve dos años. En la época en que llegué, en los ámbitos castrenses se hablaba de recuperar las Malvinas. Hay que aclarar que en mi infancia no me gustaba -y no me gusta ahora- el fútbol. Detesto el fútbol, sí me llamaba la atención el trabajo con las armas, el ejército. Era un chico tranquilo, retraído. Es más, hasta sufría bullying por eso. Bueno, el tema es que en la Escuela Lemos, hice capacitación de comando.

3 -Pero volvió a Mendoza...
-Volví a Mendoza a los 19 años. Luego me casé con la que hoy es mi esposa y empecé a boyar por distintos trabajos. Lo que más me duró fue una empresa de pastelitos, pero la hiperinflación de Alfonsín terminó con todo. Así fue que en 1990 rendí e ingresé a la Policía de Mendoza y salí como agente de la escuela "Matadero", como le decían.

4 -¿Siempre fue un policía de calle?
-Siempre. Me gusta la libertad de estar en la calle y no tengo habilidad para los papeles, para la burocracia. Además me encanta el contacto con la gente; en aquella época me hice amigo de muchos comerciantes que hasta el día de hoy me saludan. En la calle te enterás de todo rápidamente. Pero también me empezó a gustar la prevención, la pelea diaria, el estar combatiendo a la delincuencia.

5 -Qué era lo que más le gustaba de ser oficial?
-Yo creo que con esto no voy a ser original, pero el hecho de haber asistido a parturientas es lo más fuerte que me pasó. El ayudar a traer a alguien al mundo es algo que no se puede transmitir; me refiero a lo que se siente. Es una sensación increíble. Eso es más que ser un héroe.

6 -¿Usted mató gente?
-Bueno, fueron dos casos en que eran los delincuentes o yo. Además es algo de lo que no me arrepiento, por más que no me pone contento el haberle quitado la vida a alguien. Maté gente y también ayudé a gente a nacer.

7 -¿Recuerda los casos?
-La tarde del 19 de abril de 2000 hubo un asalto con toma de rehenes en Rioja y Corrientes, fui en bicicleta porque revistaba en la UCAR (Unidad Ciclística de Acción Rápida). Era en un depósito de ropas. Uno de los cinco ladrones salió del local con un rehén y armado. La víctima era usada como un escudo humano, pero se desmayó. Entonces el ladrón comenzó a disparar pero fui más rápido: mi bala entró por el cuello del asaltante.

El otro caso fue a las 6 de la mañana del 5 de setiembre de 2001, salía de mi casa en mi bicicleta rumbo al trabajo y de civil. Iba desde Godoy Cruz hasta el Parque San Martín, donde la UCAR tenía su base. Cerca del barrio Nueva Generación me pararon dos pibes, uno de ellos me dijo 'bajate y dame la bicicleta y la mochila', y me apoyaba un calibre 32 corto en la cabeza. Me quedé parado en medio de un descampado, esperé a que se alejaran unos metros, saqué el arma y grité "parate cabrón, que soy policía". Uno de ellos empezó a correr con la bici pero el que llevaba la mochila se detuvo, miró para atrás y me disparó. Yo lo hice en cuatro ocasiones: una bala le dio debajo de la axila. Y murió ese mismo día en el hospital Central.

8 -¿Por qué se fue de la fuerza?
-Me fui en el 2012, pero la Policía de Mendoza cambió con la reforma policial de 1999. Cuando la política se metió de lleno en la fuerza, las cosas cambiaron, y no para bien. Si no mirá cómo están los índices delictivos hoy. Cuando un jefe policial empieza a recibir órdenes de un político empieza a pensar de otro modo: todos los milicos quieren ascender y cambian cuando para ascender hay que quedar bien con un funcionario y no con la comunidad.

9 -¿Dice que un político corrompe la labor policial?
-Sí. Eso es cuando vos sacás a un efectivo de la Peatonal (por decirte un lugar) y lo enviás a la zona donde vive ese funcionario o algún familiar de un político. Ellos usan la fuerza para su propio beneficio. Otra tanto sucede con los servicios de cancha, que se pagan aparte: ahí también sacás policías de la calle para llevar adelante un negocio.

El único ministro de Seguridad que quiso hacer algo fue (Leopoldo) Orquín, y al final tuvo que renunciar. Los demás ministros que hubo no contaban con el conocimiento estratégico para estar al frente de la cartera, son meros funcionarios del partido. Se llenan de asesores que les indican sobre los números del delito para después decir mentiras con las estadísticas, nada más.

10 -Igual la corrupción policial existe.
-La mayoría de los policías no son corruptos. O al menos eso es lo que puedo decir yo. Pero sí hay casos; el más común es la coima de tránsito. Siempre me acuerdo de un policía joven que revestía en una seccional del microcentro y se había enterado de que en un tercer piso de un edificio funcionaba un "bulo" (sauna). Fue y se lo dijo al subcomisario, que a su vez le contestó que lo iba a investigar.

Bueno, pasaron los meses y una mañana ese policía vio salir de ese edificio al subcomisario al que le había contado todo. El sub salía de allí contando plata. Y eso, los policías no lo denuncian. Siempre terminan mal los milicos chicos que denuncian a sus superiores.

También hay que entender que el efectivo, en su tarea de custodiar personas y bienes, maneja mucha información. Hay casos en que la usan para cometer un ilícito; o les comentan a delincuentes datos que sólo ellos saben.

11-¿Y los casos de gatillo fácil?
-Mi teoría es que los efectivos de hoy no son instruidos en cuanto a forjar la templanza. Un policía debe estar preparado para recibir malos tratos: pasa en la cancha, donde te escupen y te arrojan bolsas con meada; en la detención de un delincuente. Los que tenemos temple de carácter a partir de haber recibido ese tipo de entrenamiento podemos soportar eso. Hoy los efectivos nuevos no lo hacen, digo los que entran por el sueldo y no por vocación. Ellos se ven superados por la situación y entonces no la resuelven como corresponde porque no tienen templado el carácter. Una buena formación te permite hablar con un vecino normalmente o discutir con un delincuente sin sacar el arma.

12 -¿Es verdad que los policías y los delincuentes salen de los mismos barrios?
-Sí. Si hablamos de los delincuentes comunes, sí; no los de guante blanco. Yo nací en una villa y muchos de los amigos de mi infancia son o fueron delincuentes. Pero sí salimos del mismo barrio, es verdad.

13 -¿Cómo ve el delito ahora en comparación con su época?
-Bastante mal. Te advierto que no tengo filiación política. Pero te voy a dar una definición política para el caso. En la educación está la base de todo. Ahora los chicos no estudian y pasan de grado; insultan a los profesores y no reciben amonestaciones. Esos chicos alguna vez van a ser grandes y ya vienen con una crisis de valores importante, y aparte los mandás al mundo convertidos en un burro. Por eso la gente se sorprende de la violencia de los delincuentes hoy; muchos de ellos son unos verdaderos psicópatas.

http://www.losandes.com.ar/article/13-preguntas-a-un-policia-retirado-asi-como-mate-tambien-ayude-a-nacer?rv=1


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