No sirve el 85 por ciento de las leyes que hoy rigen en el país

Argentina, 02 de Agosto de 2015
Nota: lanacion.com

Por el desorden jurídico, de las 26.000 normas sólo 4000 pueden aplicarse. 

Apenas el 15 por ciento de las leyes en vigor rige efectivamente en la Argentina. Dicho en otras palabras: de un universo de 26.000 normas sancionadas sólo 4000 logran aplicarse, ya que el cúmulo de derogaciones tácitas, leyes vencidas y superposiciones legislativas se encargaron de contaminar todo el orden jurídico.

Esta es la principal conclusión del informe que acaba de elaborar un equipo técnico de la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires (UBA), que, al comando del decano Atilio Alterini, se dedicó a desmalezar una maraña jurídica que se gestó en los últimos 150 años y que está produciendo graves confusiones y arbitrariedades judiciales.

Este informe es el primer paso en pos de la elaboración del Digesto Jurídico Argentino, una obra ciclópea que estará lista el año próximo y que compilará y clasificará aquellas normas que quedarán vigentes y sus reglamentaciones.

Finalizada la tarea de depuración, llega ahora el turno de una comisión de juristas que, dirigidos por el constitucionalista Daniel Sabsay, revisará el trabajo que le entregó el equipo 
técnico de la UBA. 

Divididos en 26 ramas del derecho, los especialistas se encargarán de diseñar el digesto y elaborar el dictamen correspondiente para que lo considere el Congreso. Este proyecto, auspiciado por el Poder Ejecutivo, apunta a la médula de la seguridad jurídica del país. Es que, al ordenarse el sistema normativo, la ciudadanía podrá conocer con mayor certeza qué normas están vigentes y así ejercer mejor sus derechos y obligaciones. Hasta ahora, ni los más avezados juristas logran conocer todas las leyes.

En definitiva, el digesto significará un gran aporte para evitar las interpretaciones arbitrarias de las leyes y las llamadas "zonas grises", que confunden a jueces y a ciudadanos, coinciden juristas y legisladores consultados por LA NACION. 

Tamaña limpieza de leyes demandó seis años de trabajo al equipo de la Facultad de Derecho. Es que muchas normas tuvieron un derrotero complicado, y si no basta nombrar algunos ejemplos, como el de la ley 23.077 sobre protección del orden constitucional y la vida democrática: si bien hoy está en vigor, previamente se la abrogó (derogó totalmente) y luego se la resucitó en cuatro oportunidades.

"Un caso similar ocurrió con una ley referida a partidos políticos, la 16.652. Se la derogó dos veces, luego se la reimplantó por un decreto y por una ley en 1974 y al final se la abrogó pocos años después", rememora Ramón Brenna, director del equipo técnico de la Facultad de Derecho.

La "contaminación legislativa" alcanzó límites peligrosos. Y si no, basta recordar la polémica que se desató el año pasado cuando, por un error de los legisladores, se excluyó la tenencia ilegal de munición de guerra del Código Penal. El error -que permitió a un hombre acusado por ese delito recuperar su libertad- se debió al excesivo apuro con que los legisladores aprobaron leyes contra la inseguridad, asediados por la presión ciudadana y Juan Carlos Blumberg.

Perlitas históricas

Entre tanta maleza legislativa los técnicos descubrieron algunas perlitas. Como enterarse de que el primer presidente constitucional, Justo José de Urquiza (1854-1860), inauguró la ahora tan polémica costumbre de dictar decretos de necesidad y urgencia.

"Por esa época no se los llamaba así, pero tenían un contenido análogo", comenta Brenna, quien cuenta, además, que Urquiza instaló por ley el sistema de peajes por primera vez en nuestro país. "Y pensar que hace unos años el Congreso discutió durante largo tiempo si los peajes eran constitucionales. De haber sabido ese antecedente se habría ahorrado ese debate", añade.

Bucear aquellas leyes tan remotas no fue sencillo. "El Boletín Oficial recopila las leyes sancionadas desde 1921, pero a las anteriores hubo que rastrearlas en los registros guardados en la Biblioteca Nacional. Nos armamos de paciencia para entender la letra de esas leyes, muchas de ellas eran manuscritas y, encima, escritas en el castellano de la época", cuenta.

Las leyes más recientes demandaron igual o más trabajo que las más remotas. El desorden era monumental y, para "separar la paja del trigo", se siguieron estos criterios:
  • Desechar aquellas leyes cuyo objeto ya fuera cumplido (la instalación de un monumento, por ejemplo).
  • Eliminar aquellas cuyo plazo explícito en su texto estuviera vencido.
  • Detectar leyes individuales (por ejemplo, condecoraciones a una persona u otorgamiento de pensiones).
  • Visualizar las derogaciones implícitas de normas.
"Se ha hecho un trabajo inédito en el mundo; las pocas experiencias realizadas se limitaron a la recopilación de leyes. Nosotros fuimos más allá", se entusiasma Alterini, quien advierte: "La ley es como un mecanismo de relojería; debe haber armonía entre sus piezas para que el sistema funcione. Por eso el legislador debe ser consciente de su responsabilidad".

Precisamente, el Congreso constituirá la última pieza en la elaboración del digesto, ya que, una vez redactado, deberá ser aprobado (o no) por ambas cámaras legislativas. A tal efecto se creó una comisión bicameral integrada por ocho legisladores que colaborará con los juristas en esta etapa.

"Reglas más claras"

"Ninguna transformación del Estado será completa si no hay un ordenamiento jurídico con reglas más claras y amplia difusión -consideró la diputada Rosario Romero (PJ-Entre Ríos), miembro de la Comisión Bicameral-. El digesto no sólo es importante por su envergadura, sino porque nos obliga a legislar con una mayor calidad."

Completan la comisión los diputados Lilia Puig de Stubrin (UCR-Santa Fe) y Daniel Esaín (Fiscal-Mendoza) y los senadores Jorge Yoma (PJ-La Rioja), Marcelo Guinle (PJ-Chubut), Ricardo Gómez Diez (Renovador de Salta) y Norberto Massoni (UCR-Chubut).

Para evitar un nuevo caos jurídico, junto con el digesto se elevará al Congreso un manual de técnica legislativa que ayude a la redacción y armado de las leyes. "En países como Canadá o Italia hay comisiones específicas de técnica legislativa. Aquí no, y los resultados están a la vista", insiste Puig de Stubrin. .

Enlace;
http://www.lanacion.com.ar/712271-no-sirve-el-85-por-ciento-de-las-leyes-que-hoy-rigen-en-el-pais

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