El primer intendente de San Rafael

Domingo 26.08.2012
Diario UNO San Rafael

Foto. Deoclecio García.

 Deoclecio García es considerado el primer jefe comunal del departamento, ya que ocupó el cargo como subdelagado municipal. Su historia de coraje .-

La creación de la Municipalidad de San Rafael data de 1884, ya que por un decreto de diciembre del año anterior el Poder Ejecutivo de la provincia dispuso su creación en el departamento del Sur. Al poco tiempo fue designado por el Poder Ejecutivo, subdelegado municipal don Deoclecio García, al que se lo considera como primer intendente de San Rafael, si bien en ese momento no se lo denominaba así.

Don Deoclecio García era, en ese momento, el principal comerciante de la Villa. Había nacido en Mendoza en 1835 y fueron sus padres don Ramón García y doña Tadea Carrión, ambos pertenecientes a familias tradicionales de la provincia.

Cursó sus estudios primarios en Mendoza y los completó en Chile. Contrajo enlace con la señorita Elcira Ortiz, perteneciente a la alta sociedad mendocina. Formaron una gran familia, ya que tuvieron 10 hijos: Deoclecio, Roberto, Carlos, Raúl, Celina García de Segura Walrrond, María Luisa García de Videla, Alida García de De Rosa, Josefina García de Herrero, Elena García de Pérez Colman y Fanny García de Guiñazú. Muchas familias sanrafaelinas son descendientes de don Deoclecio.

Siendo muy joven se enroló en el Ejército y en 1863 ya había obtenido el grado de teniente segundo, encargándose de la secretaría del fiscal, que llevaba las causas militares. Participó en la guerra del Paraguay y se cuenta la anécdota de que en una batalla mataron a su caballo, que se desplomó, y él dio un salto, como el más avezado gaucho, cayendo parado con la rienda en la mano y continuó corriendo como si nada hubiera pasado.

Regresó luego a Mendoza y la encontró convulsionada por los problemas entre Mitre y Urquiza. Colaboró con el gobernador Melitón Arroyo como jefe de Policía. Cuentan las crónicas que a los pocos días de hacerse cargo participaba en una tertulia en la casa de don Santos Funes cuando se hicieron presentes los revolucionarios coronel Manuel Arias, coronel Carlos Juan Rodríguez y Pedro Viñas, quienes estaban presos pero habían sido puestos en libertad por la policía amotinada y el pueblo. Así comenzó la revolución de los colorados, ya que usaban una divisa punzó.

Estos pedían la renuncia de don Melitón Arroyo, porque consideraban que la elección no había sido justa. La revolución se extendió a otras provincias. García logró huir en un caballo que le prestó el dueño de casa y fue a San Rafael a solicitar la ayuda de las fuerzas leales que se encontraban en el Fuerte de San Rafael bajo las órdenes del coronel Pablo Irrazábal. El gobernador delegó el mando en Irrazábal, creyendo que era un motín sin consecuencias, pero vino en su ayuda el Ejército del Interior, a cargo del general Arredondo, y se enfrentaron con los revolucionarios en la batalla de San Ignacio, el 1 de abril de 1867 a orillas del río Quinto. Venció Arredondo y los revolucionarios huyeron a Chile. En esta batalla don Deoclecio García se desempeñó como segundo jefe del Primer Batallón de las Guardias Nacionales.

Repuesto en el cargo don Melitón Arroyo, siguió como jefe de Policía, cargo que también ocupó en los gobiernos de Nicolás Villanueva y de Ezequiel García.

En 1869 fue electo diputado nacional junto con Francisco Civit, cargo que desempeñó hasta 1874.
Durante 1880, cansado de los reveses sufridos en la política, se retiró a vivir más tranquilo en San Rafael. Adquirió tierras en la margen derecha del río Diamante, se dedicó a la ganadería e instaló un gran almacén de ramos generales. Todos los habitantes de la Villa lo apreciaban por su hombría de bien.

Por sus antecedentes el gobernador Rufino Ortega lo designó primero subdelegado en San Rafael y al crearse la Municipalidad fue nombrado presidente (intendente). En ese año se eligieron por vez primera autoridades municipales en San Rafael. También fue nombrado primer subdelegado de Aguas del Río Diamante en 1884.

Fue durante su gestión que debió hacer frente a una epidemia de cólera; la epidemia había comenzado en Buenos Aires, se extendió al resto del país, llegó a Mendoza y también a San Rafael. Su extensión fue favorecida por la falta de agua potable, ya que el agua para beber se tomaba de las acequias.

Cortaron el agua de las acequias y se derramó cal en ellas, se obligó a hervir el agua en los hogares, hizo blanquear y desinfectar todas las casas y consiguió que dos médicos: los doctores García Quintana y Carlos Malbrán, viajaran a San Rafael a atender a los enfermos. Ellos pertenecían al grupo que llegó de Buenos Aires para atender a los enfermos en Mendoza, donde fallecieron familias enteras, a un promedio de 100 personas por día. Fue terrible y aún no había médicos permanentes en San Rafael.

Durante su gestión como intendente realizó muchas obras: arboló las calles, hizo cerrar los baldíos, encargó el trazado de una nueva plaza, llamada luego del Centenario, propulsó la instalación de nuevos locales para las escuelas de varones y de niñas, inició la construcción del nuevo edificio para la iglesia, impulsó la agricultura y la ganadería, se preocupó por la asistencia social y la instalación de transportes para comunicar San Rafael con Mendoza y Malargüe, como también el trazado del Carril Nacional, facilitando la comunicación con los otros distritos, trabajo que fue llevado a cabo por el ingeniero Balloffet y la colaboración de los vecinos, que donaron los terrenos necesarios, abandonando así el camino del río, que permanentemente se inundaba y no se podía pasar.
Durante el gobierno de su amigo don Tiburcio Benegas regresó a Mendoza y el día que se inició la revolución en contra de Benegas se hallaba con él en su casa y fueron detenidos y trasladados a la sede de los revolucionarios. La Provincia fue intervenida y el gobernador Benegas repuesto en su cargo, pero pidió licencia y luego renunció, siendo remplazado como gobernador interino por don Deoclecio García.

Postal antigua. Los baños del Salado, cerca de la Villa 25 de Mayo, en los tiempos de Deoclecio García



La situación de la provincia era muy complicada; fue nuevamente intervenida y el interventor Francisco Uriburu llamó a elecciones, siendo electo don Deoclecio García, quien aceptó el sacrificio. Asumió el 22 de febrero de 1892. Era una persona de gran prestigio y gozaba de consenso en la población por su honorabilidad y virtudes cívicas; como era apoyado también por el pueblo era la persona correcta para apaciguar los ánimos. Su labor fue meritoria y en el corto tiempo que gobernó realizó muchas obras. A los 5 meses de gobierno, el día 8 de agosto a las 6, falleció tras una rápida enfermedad.

Sus restos fueron velados en la Casa de Gobierno y se le rindieron los honores militares correspondientes. Fue acompañado por la mayoría de la población, que le había tomado gran cariño. Una calle en la ciudad y una escuela en Colonia Bombal y Tabanera llevan su nombre.
Dijo Narciso Sosa Morales: “Su nombre es recordado con verdadera veneración por los últimos sobrevivientes de la Villa que lo conocieron en su gran caudal de bondades que adornaban su persona, su caballerosidad, su actividad constante, su evidente y gran deseo de contribuir al bienestar general; a su casa asistían todos en busca de consejo o de ayuda”.

Enlace:
http://www.unosanrafael.com.ar/sanrafael/El-primer-intendente-de-San-Rafael-20120826-0015.html

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