El 20 por ciento de los móviles policiales está fuera de servicio

Martes 31 Julio 2012
Diario San Rafael
Varios factores han originado que un gran porcentaje del parque automotor de la Policía de Mendoza se encuentre fuera de servicio o en lamentables condiciones para circular. Si bien es cierto que en algunos sectores de la comunidad se habla de la poca responsabilidad que les cabe a quienes conducen estos móviles, que conducen a excesiva velocidad o que son utilizados para cuestiones personales que no tienen que ver con el servicio, hay que reconocer que muchos de estos rodados se encuentran en esas condiciones debido a la actitud delictiva de quienes los agreden con el simple objeto de hacer daño.

No deja de llamar la atención la importante cantidad de uniformados, de todos los rangos, especialmente los auxiliares, que están con parte de enfermos por accidentes de tránsito en actos de servicio porque son agredidos en la vía pública, en allanamientos en barrios conflictivos o persiguiendo delincuentes. Esta situación se ha agravado considerablemente en los últimos meses ante el crecimiento de los hechos contra la propiedad, asaltos a mano armada en comercios o en la calle, y en el que algunos policías resultan agredidos.

Esta situación también se observa con preocupación en las canchas de fútbol cuando los policía son apedreados desde las tribunas por los indeseables, como ha sucedido durante el torneo de la liga local.

Consultado al respecto, el titular de la Policía Departamental, comisario inspector Jaime Correa, destacó que “el 20 por ciento de nuestras movilidades están fuera de servicio por muchas razones, especialmente porque esos automotores son apedreados por vándalos, e incluso sus vidrios son destrozados por estos delincuentes cuando son detenidos y trasladados a las comisarías en esos rodados. También eso se advierte en los desperfectos que sufre nuestro parque automotor, algunos de esos vehículos no pueden ser retirados, no contamos con móviles que nos permitan dar una cobertura suficiente para proteger a los ciudadanos, pero eso es entendible que suceda. Cada vez que nuestros vehículos ingresan a los barrios considerados conflictivos son atacados a pedradas, rompen los parabrisas, las lunetas, sufren abolladuras, e incluso lastiman a sus ocupantes”.

El comisario inspector Correa agregó respecto a esto último que “el fin de semana pasado hemos tenido a varios policías lesionados. Después del asalto a la rotisería, el individuo detenido, no obstante disparar con su arma de fuego contra los efectivos, se resistió a golpes y patadas hasta que pudo ser reducido, pero ya había causado lesiones a los uniformados. Lo mismo pasó en Goudge, donde un grupo de individuos que estaban en un bar del distrito iniciaron un tumulto que terminó con policías heridos. Días atrá, cuando un grupo de vándalos apedreaban autos en Urquiza y Rawson, al ir al lugar la policía atacaron a éstos, los hirieron y de paso causaron destrozos en el móvil”.

Lo extraño es que los autores de este tipo de vandalismo no son castigados como se merecen. El hecho que el personal policial tenga cobertura de alguna ART y cuente con el servicio de OSEP no significa que los causantes de esas lesiones queden impunes, incluso siendo reincidentes en este tipo de hechos. Lo mismo sucede con los móviles de la repartición, que son destrozados a pedradas. A veces se detiene a los autores, pero los daños los paga la comunidad en su conjunto. Las leyes no se deben redactar para que no se cumplan, y si el Código Penal no contempla ese castigo, que quienes tienen el deber de fijar las leyes lo hagan.

¿Por qué pasan estas cosas?

Es indudable que algo está pasando en nuestra sociedad. Los actos violentos de cada día forman parte de la inseguridad que padecemos los mendocinos ante el silencio de los gobernantes, que miran para otro lado cuando suceden las cosas, de la justicia que dice que no tiene las herramientas jurídicas suficientes para combatir la delincuencia, y la policía, que está cuestionada por su inacción. A este panorama incierto se suman sospechas de connivencia con los malhechores.

¿Por qué se permite que grupos de inadaptados se unan para destrozar bienes del Estado como son los móviles policiales? ¿Por qué cuando se producen estos disturbios no se actúa con mano dura y dejamos de lado el garantismo que favorece a los delincuentes?

La sociedad observa en materia de seguridad que no hay una política de seguimiento para desbaratar las bandas que se han formado en los últimos años y que hoy mandan en el universo del delito. Se dice que los políticos resguardan esos bolsones de votos que tienen especialmente en los barrios conflictivos. Contribuyen a ello los planes sociales que han mellado la cultura del trabajo, que lleva al olvido el ganar el pan con el sudor de la frente, con dignidad.

Estas dádivas sostenidas durante tantos años -en vez de crear fuentes genuinas de trabajo- aportan a la violencia subterránea, al voto rehén, con funcionarios de todos los partidos, de la justicia y la misma policía que permiten que el pueblo esté asustado y viva en una cárcel: su propia casa.


Enlace:
http://www.diariosanrafael.com.ar/85909

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