La nena tiene 3 años y La rescató de un incendio en San Rafael y ahora necesita 100 dadores de sangre.

Viernes, 13 de enero de 2012
Diario Los Andes
Papá-héroe salvó a su hija y hoy lucha por su propia vida

Una acción heroica para salvar a su pequeña hija Ángeles Rocío de 3 añitos de quemarse viva, le costó a él quemaduras en el 50 por ciento de su cuerpo. Hoy permanece en la unidad de Quemados del hospital Lagomaggiore y requiere de transfusiones de sangre periódicas.

 Esta es la historia fría de un accidente que tuvo como protagonista a Luciano Javier Rodríguez (29), que vive en Paul Harris 1057 del barrio San Rafael de ese departamento. Ocurrió el 5 de enero pero trasciende ahora, cuando se necesitan alrededor de 100 donantes de sangre voluntarios para enfrentar el durísimo tratamiento. La situación se agrava porque el accidentado tiene el grupo sanguíneo O-RH negativo. Nota  Miguel Títiro y Carlos Simón - mtitiro@losandes.com.ar

Los pasosa seguir por los dadores

La forma de colaborar para que Luciano Rodríguez pueda recuperarse es acercarse al hospital Lagomaggiore o Schestakow de San Rafael, cada día a las 7.30, dando aviso que se concurre por su caso.

También los interesados en donar sangre pueden llamar a los teléfonos 02627-437597, 02627-155-81408 y 02627-15622632, donde se les informará cuándo y dónde se hará la donación de sangre.



Aunque su estado de salud es delicado, médicos y familiares confían en la recuperación de Luciano, que está casado con Claudia Vargas (24) y tiene dos chicos: Valentín de 5 años y la mencionada Angeles de 3. Además, Lucía espera un bebé y pensaban casarse el 6 de enero, un día antes de la tragedia que vivieron, y por eso se había trasladado desde Buenos Aires, donde trabaja en la construcción.

Del festejo a la tragedia

Iba a ser una fiesta familiar para esperar al futuro bebé, pero todo se desencadenó cuando la pequeña Ángeles decidió ir al baño que está pasando un pasillo interno junto a su vivienda. Alrededor de las 17, Luciano escuchó que su hijita lo llamaba insistentemente "papito, papito", por lo que acudió rápidamente.

Fue ahí cuando observó que el calefón -termotanque- estaba en llamas. Tuvo que cruzar entre el fuego, abrir una puerta y tomar a la hija a la que sacó por una ventana, pero él no pudo pasar por ese hueco. Fue entonces cuando regresó a través de las llamas y salió al exterior, cayendo exhausto y muy lesionado.

Esto fue lo que le causó las gravísimas quemaduras en todo su cuerpo. La niña sólo sufrió algunas quemaduras leves en la espalda y un corte en uno de sus pies al pisar -aparentemente- vidrios en el patio debajo de la ventana por donde fue rescatada.

Desde entonces, empezó un calvario para la familia Rodríguez, ya que el joven fue trasladado desde el sur al hospital Lagomaggiore, donde quedó internado en el Servicio de Terapia de Quemados, donde le realizan transfusiones diarias de sangre para salvarle la vida.

Tres transfusiones diarias

Ayer, Luciano cumplió su séptimo día en el hospital, con dos cirugías de limpieza quirúrgica encima. La doctora Cristina Salas, jefa del servicio, explicó que el joven es "un gran quemado crítico, con afectación del 50% de la superficie corporal". La literatura médica señala que cuando el porcentaje de la lesión es más del 25% de la superficie corporal, se afectan diversos sistemas del organismo.

Por otra parte, se investiga si hay compromiso de las funciones pulmonares debido a la exposición al humo.

Salas indicó que el paciente requiere albúmina, proteína que se saca del plasma, y debe recibir tres transfusiones diarias. Pero la complicación es que la sangre requerida -0 RH negativo-, es un grupo muy difícil de conseguir. Hasta ahora hubo respuesta de la solidaridad pública, pero los dadores seguirán necesitándose con el correr de los días.

Sus cuatro hermanos (Jesús, Carlos, Marta y Eugenia) y sus padres son los que piden la solidaridad de la gente para proveer al banco de sangre (el Lagomaggiore es la principal maternidad de la provincia y, como tal, la demanda de sangre es alta para las mamás y los recién nacidos).

"Se aceptarán donantes de otros lugares de la provincia porque el tratamiento de mi hermano será muy largo, al menos seis meses, y su sangre es muy difícil de conseguir. Aún está en etapa de riesgo", explicó Jesús en el hospital.

El heroico padre está consciente, pero pasa muchos momentos sedado para neutralizar el dolor que producen las lesiones.

Médicos y enfermeros que tienen acceso al enfermo señalaron que "colabora mucho en su recuperación y presenta buen estado de ánimo".


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