¿Está California preparada para un terremoto como el 'Big One'?
USA, 02 de Noviembre de 2013
Nota: BBC
Este jueves más de nueve millones de personas participaron en California en el llamado 'Great ShakeOut' (la gran sacudida) un simulacro de terremoto con el que se quiere entrenar a los ciudadanos para que estén preparados ante la ocurrencia de un gran sismo.
El ejercicio -que tuvo un especial seguimiento en centros educativos y
organismos públicos- se realizó por sexto año consecutivo con la idea de
que la población pueda hacer frente al temido 'Big One', el terremoto
de gran magnitud que, según los científicos, con toda probabilidad
golpeará California en los próximos 30 años.
Los cálculos más conservadores apuntan a que, de producirse un
temblor de magnitud 7,8 en la escala de Richter en la falla de San
Andrés -que atraviesa de norte a sur esta región de la costa oeste de
Estados Unidos- cerca de 2.000 personas morirían y habría más de 50.000
heridos. Los daños materiales superarían los US$200.000 millones.
Ante este escenario, las autoridades
californianas consideran que es de vital importancia que los ciudadanos
puedan valerse por sí mismos ya que, con las consecuencias devastadoras
que tendría un sismo de esta magnitud, muchas de las infraestructuras
básicas quedarían destruidas y los equipos de emergencia se verían
desbordados.
"Este tipo de simulacro es muy importante. Da a la gente la
oportunidad de aprender y poner en práctica lo que se debe hacer en caso
de que ocurra un gran temblor", le dijo a BBC Mundo Mark Benthien,
director de comunicación del Centro de Terremotos del Sur de California y
uno de los coordinadores del 'Great ShakeOut'.
"Queremos preparar a los ciudadanos para que
puedan ser autosuficientes durante varios días después de un sismo,
cuando no haya suministro de agua y electricidad. Lo que más nos
preocupa no es el terremoto en sí, sino la situación que se vivirá tras
el temblor".
Benthien considera que, aunque "California es
una de las regiones del mundo mejor preparadas contra los terremotos",
para hacer frente a un sismo como el 'Big One', tendrían que tener
"muchos más bomberos, equipos de emergencia y personal sanitario", algo
que, según los expertos, resulta complicado dada la falta de voluntad
política y los problemas presupuestarios.
Falta de recursos.
La falta de recursos que enfrentan los planes de prevención de sismos
en California quedaron manifiesto hace unas semanas, cuando el
gobernador Jerry Brown firmó una ley que contempla la puesta en marcha
de un sistema de alerta temprana de terremotos.
El sistema -que ya se ha instalado con éxito en
países como Japón y México- consiste en una red de sensores que
permitirá detectar el inicio de un temblor hasta con 40 segundos de
antelación, lo que ayudará a alertar a las autoridades y a la población.
El problema es que la ley estipula que esa red
de sensores -cuyo costo asciende a US$80 millones- no puede ser
implementada con dinero público, lo que podría retrasar su puesta en
marcha.
"Desafortunadamente en este país muchas veces la voluntad de mejorar
las cosas sólo llega después de que ocurra un desastre", le dijo a BBC
Mundo Peggy Hellweg, responsable de operaciones del Laboratorio
Sismológico de Berkeley, en el norte de California.
"Un sistema de alerta temprana sería muy útil.
Se podrían detener los trenes para que no descarrilen y el tráfico de
automóviles en los puentes. Se podría alertar a los hospitales. También
ayudaría a que la gente se pudiera proteger, metiéndose debajo de un
escritorio o, si hubiera tiempo suficiente, abandonando los edificios",
señala la experta.
Según Hellweg, los sismólogos en California
llevan a cabo sus investigaciones con pocos recursos y para que pudieran
hacer bien su trabajo "se tendría que invertir mucho más dinero".
"Nuestros sistemas de alerta de terremotos
deberían ser mejores. No tenemos sensores en todos los sitios en los que
son necesarios. No tenemos una infraestructura robusta".
Hellweg cree que en California hay partes del sistema de prevención
de sismos que están funcionando moderadamente bien y otras que no tanto.
"Los servicios de emergencia -la gente que
responde a los desastres naturales como los bomberos o la policía- están
relativamente bien preparados".
"Los que no están preparados son los ciudadanos y
los negocios privados", señala la experta, quien atribuye este hecho a
que hace tiempo que no ocurre un terremoto de importancia en California,
"lo que ha vuelto a la gente complaciente".
Las advertencias de los expertos
Los últimos grandes sismos que sacudieron California fueron el de
Northridge (6,7 grados), en 1994, que dejó 57 muertos en el área de Los
Ángeles, y el de Loma Prieta (6,9 grados), que se cobró la vida de 67
personas en San Francisco en 1989.
Estos temblores llevaron a la introducción de
cambios en los códigos de construcción y a que se reforzaran las
estructuras de los edificios que albergan hospitales y escuelas, así
como las de algunos puentes y autopistas.
Pero de eso hace casi dos décadas, lo que
contribuye a que el público preste poca atención a las advertencias de
los sismólogos, que creen que tanto en el sur de California como en la
región de la bahía de San Francisco existe una probabilidad superior al
90% de que en las próximas tres décadas se produzca un sismo de más de 7
grados de intensidad.
"La gente no quiere pensar en algo como un
terremoto y sólo empiezan a preocuparse cuando lo viven en carne
propia", asegura Kelly Huston, subdirector de la Oficina de los
Servicios de Emergencia de California (OES, por sus siglas en inglés).
"Hicimos un estudio hace tres años para saber
cuán preparada está la población de California para enfrentar un gran
terremoto y concluimos que menos de la mitad de los californianos han
tomado las precauciones necesarias. Eso es muy preocupante. La
complacencia del público es muy preocupante".
En 2010, con el objetivo de preparar un plan de
respuesta ante un sismo de dimensiones catastróficas, la OES pidió al
Servicio Geológico de EE.UU. (USGS, por sus siglas en inglés) que
planteara un escenario en el que un terremoto de 7,8 grados originado en
la falla de San Andrés golpeara el sur de California.
"Desastre sin precedentes"
Las conclusiones de los expertos del USGS fueron contundentes. Además
de causar más de 2.000 muertos y decenas de miles de heridos, un sismo
de estas características afectaría gravemente las principales vías de
comunicación de la zona, además de interrumpir el suministro de agua y
electricidad.
A ello habría que sumar la destrucción de
cientos de miles de edificios, muchos de ellos a causa de los incendios
que se originarían por la rotura de las cañerías de gas y la caída de
los postes eléctricos.
"Sabemos desde hace tiempo que en California
ocurrirá un gran terremoto que tendrá un efecto devastador. Por eso
hemos elaborado planes exhaustivos para responder a un evento de esta
magnitud", explica Kelly Huston.
Huston cree que lo más importante es que la
gente planee qué va a hacer después del terremoto, ya que "va a ser
difícil que los servicios de emergencia puedan ayudar a todo el mundo",
por lo que "los ciudadanos han de poder valerse por sí mismos durante al
menos 72 horas".
"No tendremos ni los recursos ni el personal suficientes, ya que nos
enfrentaremos a un desastre como nunca antes visto", señala el experto.
Huston cree que con una mayor inversión se
podría planificar mejor la respuesta ante una catástrofe de este tipo,
aunque se muestra realista.
"Las finanzas de California no pasan por su
mejor momento así que hemos de trabajar con lo que tenemos para
desarrollar los mejores planes a nuestro alcance".
El experto insiste en que son los ciudadanos los
que deben hacer todo lo posible para estar preparados, adquiriendo
equipos de emergencia y suministros de agua y comida, y reforzando las
estructuras de sus casas.
"Prepararse para un terremoto es mucho más fácil
de lo que parece y es algo que no se puede retrasar. No sabemos cuándo
golpeará el próximo gran terremoto".
Enlace:
http://www.bbc.co.uk/mundo/noticias/2013/10/131009_eeuu_california_terremoto_shakeout_big_one_jg.shtml
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