Varias especies en peligro de extinción en el Sur mendocino
08 de noviembre de 2012
Diario UNO San Rafael
Pichiciego, águila coronada, ranita de El Pehuenche son algunas de ellas. Los principales factores son los cambios ambientales, presencia de ejemplares exóticos o “importados” y cacería furtiva.
El Sur mendocino es una zona amplia pero su ecosistema es frágil debido a la hostilidad del ambiente árido y la presión de la presencia humana. Por eso se considera que la mayoría de sus especies autóctonas están amenazadas de una u otra forma.
No obstante, hay un grupo de animales nativos que están en mayor riesgo de extinción que otros. Aunque existen discrepancias en la forma de catalogar este riesgo, la clasificación que tiene mayor consenso son las categorías que establece el Libro rojo de mamíferos y aves amenazados de la Argentina.
De acuerdo con esto, existe un grupo de especies nativas en “estado vulnerable”, como el pichiciego, el piche, zorro colorado, águila coronada, liebre criolla, entre otras. Y otras en “peligro crítico de extinción”, como las especies que viven sólo en una zona muy acotada, que se denominan “endémicas”, y por lo tanto enfrentan mayor riesgo de desaparecer.
En esta categoría se incluye la ranita de El Pehuenche, que habita en cinco arroyos de esa zona de Malargüe y sufrió una fuerte amenaza con la obra del paso internacional; la lagartija de El Nihuil, que pocas veces ha sido avistada en las últimas décadas, cuya hábitat se modificó con la construcción del dique homónimo, sumado al incremento de la actividad moto y automovilística en las dunas de la zona, y la rata del salar, que vive en los salares de la laguna de Llancanelo.
También se considera en peligro crítico al gato andino, originario de provincias del Noroeste argentino y fue detectado en 2006 en la zona de la Caverna de las Brujas.
Entre los principales factores que aumentan el riesgo de extinción de la fauna nativa se enumeran “los cambios que se dan a nivel ambiental, como la temperatura, el cambio climático, la sequía, que suele ser cíclica y va afectando a las especies. Y el factor más importante es la cacería furtiva, porque pese a que todas las especies nativas están protegidas por ley en Mendoza, sufren mucha depredación a consecuencia de esto”, explicó Pablo Toledano, técnico en conservación de la naturaleza y guardaparque en el Sur de la Dirección Provincial de Recursos Naturales Renovables.
Otro causa es la presencia de especies exóticas (originarias de otras zonas que fueron introducidas por el hombre), como el jabalí, liebre de castilla y conejo de cerco, que compiten con los animales autóctonos por comida y territorio.
“Por ejemplo –añadió Toledano– en la laguna de Llancanelo los flamencos nidifican en islas para estar a salvo de los carnívoros que evolucionaron con ellos, como el zorro o el puma, quienes no se introducen en el agua para llegar hasta los nidos, pero el jabalí sí atraviesa el agua y los destruye. A su vez, como el flamenco no lo reconoce como un enemigo natural, no toma ninguna medida para defenderse de esto y eso causa mucha matanza en las crías”.
Otro ejemplo son las liebres maras (autóctonas) y castillas (exóticas), que “comparten el mismo nicho ecológico, o sea los mismos tipos de alimentos en forma natural. La mara se aparea una vez al año, es monogámica y tiene hasta un máximo de dos crías; pero la liebre castilla se reproduce mucho más rápido y tiene más crías, entonces en cantidad le va ganando el espacio a la otra liebre”.
El guardaparque recordó que “nuestro ecosistema corresponde a una zona árida, donde las cuatro estaciones son muy marcadas, hay escasez de precipitaciones, diferencias de temperaturas muy amplias, tanto diarias como estacionales, y eso requiere que los animales tengan ciertas adaptaciones especiales, a diferencia de otros lugares donde el ambiente se podría decir que es más benigno.
Entonces eso hace que en esta zona la dependencia entre las especies sea mucho más frágil, en caso de perder una especie se complica con las otras”, tanto en el caso de la fauna como la flora.
Por ejemplo, “el caso del águila coronada, que habita en los algarrobos que se están eliminando, por ende la especie está desapareciendo en la zona”.
Ambiente modificado
Hace siglos en el Sur habitaron animales que ahora se encuentran en regiones más húmedas del país, como el aguará guazú, yaguareté o ciervo de las pampas. Fueron desapareciendo en los últimos 500 años debido a que “el hábitat local se fue modificando”, según el técnico Pablo Toledano, tanto por los cambios climáticos como por la intervención del hombre. Antes “había más algarrobos y más bosques, eso hacía que el ambiente fuera más húmedo”. Sólo el bagre otuno era una especie propia de Mendoza.
Por otra parte, señaló que las especies exóticas fueron traídas por inmigrantes para cacería a partir de mediados del siglo XIX. Ahora abundan y son las únicas que autoriza a cazar la ley nacional 22.421 (a la que Mendoza adhiere) con el correspondiente permiso, con armas y sin perros. En cambio prohíbe sin excepción la caza de animales autóctonos.
Categorías según el riesgo
Especies extintas: cuando no queda duda alguna de que el último individuo existente ha muerto.
Extintas en estado salvaje: cuando sólo sobreviven en cautiverio o como poblaciones naturalizadas completamente fuera de su distribución original.
En peligro crítico: cuando enfrentan un riesgo extremadamente alto de extinción en estado silvestre y en un futuro inmediato.
En peligro: cuando no están en peligro crítico pero enfrentan un alto riesgo de extinción en estado silvestre en el futuro cercano.
Especies vulnerables: cuando enfrentan alto riesgo de extinción a mediano plazo.
Animales nativos amenazados y los que desaparecieron en la zona
Especies vulnerables
Pichiciego
Zorro colorado
Mara o liebre criolla
Rata vizcacha colorada
Cardenal amarillo
Águila coronada
Viudita chica
Piche
Especies extintas en el Sur
Aguará guazú
Jaguar o yaguareté
Huemul
Carpincho
Bagre otuno
Tatú poyú
Ciervos de las pampas
Matacus
Vampiro
Enlace:
http://www.unosanrafael.com.ar/masnoticias/Varias-especies-en-peligro-de-extincion-en-el-Sur-mendocino-20121104-0003.html
Diario UNO San Rafael
Pichiciego, águila coronada, ranita de El Pehuenche son algunas de ellas. Los principales factores son los cambios ambientales, presencia de ejemplares exóticos o “importados” y cacería furtiva.
El Sur mendocino es una zona amplia pero su ecosistema es frágil debido a la hostilidad del ambiente árido y la presión de la presencia humana. Por eso se considera que la mayoría de sus especies autóctonas están amenazadas de una u otra forma.
No obstante, hay un grupo de animales nativos que están en mayor riesgo de extinción que otros. Aunque existen discrepancias en la forma de catalogar este riesgo, la clasificación que tiene mayor consenso son las categorías que establece el Libro rojo de mamíferos y aves amenazados de la Argentina.
De acuerdo con esto, existe un grupo de especies nativas en “estado vulnerable”, como el pichiciego, el piche, zorro colorado, águila coronada, liebre criolla, entre otras. Y otras en “peligro crítico de extinción”, como las especies que viven sólo en una zona muy acotada, que se denominan “endémicas”, y por lo tanto enfrentan mayor riesgo de desaparecer.
En esta categoría se incluye la ranita de El Pehuenche, que habita en cinco arroyos de esa zona de Malargüe y sufrió una fuerte amenaza con la obra del paso internacional; la lagartija de El Nihuil, que pocas veces ha sido avistada en las últimas décadas, cuya hábitat se modificó con la construcción del dique homónimo, sumado al incremento de la actividad moto y automovilística en las dunas de la zona, y la rata del salar, que vive en los salares de la laguna de Llancanelo.
También se considera en peligro crítico al gato andino, originario de provincias del Noroeste argentino y fue detectado en 2006 en la zona de la Caverna de las Brujas.
Entre los principales factores que aumentan el riesgo de extinción de la fauna nativa se enumeran “los cambios que se dan a nivel ambiental, como la temperatura, el cambio climático, la sequía, que suele ser cíclica y va afectando a las especies. Y el factor más importante es la cacería furtiva, porque pese a que todas las especies nativas están protegidas por ley en Mendoza, sufren mucha depredación a consecuencia de esto”, explicó Pablo Toledano, técnico en conservación de la naturaleza y guardaparque en el Sur de la Dirección Provincial de Recursos Naturales Renovables.
Otro causa es la presencia de especies exóticas (originarias de otras zonas que fueron introducidas por el hombre), como el jabalí, liebre de castilla y conejo de cerco, que compiten con los animales autóctonos por comida y territorio.
“Por ejemplo –añadió Toledano– en la laguna de Llancanelo los flamencos nidifican en islas para estar a salvo de los carnívoros que evolucionaron con ellos, como el zorro o el puma, quienes no se introducen en el agua para llegar hasta los nidos, pero el jabalí sí atraviesa el agua y los destruye. A su vez, como el flamenco no lo reconoce como un enemigo natural, no toma ninguna medida para defenderse de esto y eso causa mucha matanza en las crías”.
Otro ejemplo son las liebres maras (autóctonas) y castillas (exóticas), que “comparten el mismo nicho ecológico, o sea los mismos tipos de alimentos en forma natural. La mara se aparea una vez al año, es monogámica y tiene hasta un máximo de dos crías; pero la liebre castilla se reproduce mucho más rápido y tiene más crías, entonces en cantidad le va ganando el espacio a la otra liebre”.
El guardaparque recordó que “nuestro ecosistema corresponde a una zona árida, donde las cuatro estaciones son muy marcadas, hay escasez de precipitaciones, diferencias de temperaturas muy amplias, tanto diarias como estacionales, y eso requiere que los animales tengan ciertas adaptaciones especiales, a diferencia de otros lugares donde el ambiente se podría decir que es más benigno.
Entonces eso hace que en esta zona la dependencia entre las especies sea mucho más frágil, en caso de perder una especie se complica con las otras”, tanto en el caso de la fauna como la flora.
Por ejemplo, “el caso del águila coronada, que habita en los algarrobos que se están eliminando, por ende la especie está desapareciendo en la zona”.
Ambiente modificado
Hace siglos en el Sur habitaron animales que ahora se encuentran en regiones más húmedas del país, como el aguará guazú, yaguareté o ciervo de las pampas. Fueron desapareciendo en los últimos 500 años debido a que “el hábitat local se fue modificando”, según el técnico Pablo Toledano, tanto por los cambios climáticos como por la intervención del hombre. Antes “había más algarrobos y más bosques, eso hacía que el ambiente fuera más húmedo”. Sólo el bagre otuno era una especie propia de Mendoza.
Por otra parte, señaló que las especies exóticas fueron traídas por inmigrantes para cacería a partir de mediados del siglo XIX. Ahora abundan y son las únicas que autoriza a cazar la ley nacional 22.421 (a la que Mendoza adhiere) con el correspondiente permiso, con armas y sin perros. En cambio prohíbe sin excepción la caza de animales autóctonos.
Categorías según el riesgo
Especies extintas: cuando no queda duda alguna de que el último individuo existente ha muerto.
Extintas en estado salvaje: cuando sólo sobreviven en cautiverio o como poblaciones naturalizadas completamente fuera de su distribución original.
En peligro crítico: cuando enfrentan un riesgo extremadamente alto de extinción en estado silvestre y en un futuro inmediato.
En peligro: cuando no están en peligro crítico pero enfrentan un alto riesgo de extinción en estado silvestre en el futuro cercano.
Especies vulnerables: cuando enfrentan alto riesgo de extinción a mediano plazo.
Animales nativos amenazados y los que desaparecieron en la zona
Especies vulnerables
Pichiciego
Zorro colorado
Mara o liebre criolla
Rata vizcacha colorada
Cardenal amarillo
Águila coronada
Viudita chica
Piche
Especies extintas en el Sur
Aguará guazú
Jaguar o yaguareté
Huemul
Carpincho
Bagre otuno
Tatú poyú
Ciervos de las pampas
Matacus
Vampiro
Enlace:
http://www.unosanrafael.com.ar/masnoticias/Varias-especies-en-peligro-de-extincion-en-el-Sur-mendocino-20121104-0003.html
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