Instrucciones para ser una Maestra normal del 1914

Mendoza, 21 de noviembre de 2012
Diario mdzol.com

En la Argentina de la señorita de ayer a la “seño” de hoy han tenido lugar múltiples y complejos procesos sociales que incluso han cambiado la relación entre docentes, alumnos y padres.

La presencia femenina en las aulas desde los inicios de la educación pública en nuestro país ha sido mayoritaria. Como la mujer básicamente era o debía ser madre, los mandatos liberales de principios del siglo XX, con la anuencia de la Iglesia Católica, aceptaba que las mujeres trabajaran en esa suerte de “segundo hogar” que era la escuela, desempeñándose como una “segunda madre” de los niños.

Hace casi cien años, según el Censo Nacional de 1914, había 20.730 mujeres trabajando en las escuelas. Ser una maestra normal tenía un cierto prestigio, la tarea estaba comparativamente mejor pagada que la de las costureras, dependienta, enfermera o telefonista, y sobre todo, estaba mejor visto.

El precio que las “señoritas” debían pagar por esa “buena” imagen era altísimo. De hecho, en 1923, el Consejo Nacional de Educación obligaba a las mujeres aspirantes a un cargo a firmar un “contrato de adhesión” digno de la Inquisición.

El Estado se convertía así en un regulador de la moral, en un hipócrita censor de las “buenas costumbres” y en la mano ejecutora a través de las restricciones explícitas de las fantasías más perversas de la Iglesia Católica.


Aquí, el Contrato tipo para maestras:

Este es un acuerdo entre la señorita…………............. maestra, y el Consejo de Educación y de la Escuela por el cual la señorita ………… ……… ……… acuerda impartir clases por un período de ocho meses a partir del……… ……… …de 1923.

La señorita acuerda:

1* – No casarse. Este contrato quedara automáticamente anulado y sin efecto si la maestra se casa.

2* – No andar en compañía de hombres.

3* – Estar en su casa entre las ocho de la tarde y las seis de la mañana, a menos que sea para atender una función escolar.

4* – No pasearse por las heladerías del centro de la ciudad.

5* – No abandonar la ciudad bajo ningún concepto sin el permiso del presidente del Consejo de Delegados.

6* – No fumar cigarrillos. Este contrato quedará automáticamente anulado y sin efecto si se encontrara a la maestra fumando.

7* – No beber cerveza, vino, ni otras bebidas espirituosas. Este contrato quedará automáticamente anulado y sin efecto si se encontrara a la maestra bebiendo.

8* – No viajar en ningún coche o automóvil con ningún hombre excepto su hermano o su padre.

9* – No vestir ropas de colores brillantes.

10* – No teñirse el pelo.

11* – Usar al menos dos enaguas.

12* – No usar vestidos que queden a mas de cinco centímetros por encima de los tobillos.

13* – Mantener limpia el aula:

a) Barrer el suelo del aula al menos una vez al día.

b) Fregar el suelo del aula al menos una vez por semana con agua caliente y jabón.

c) Encender el fuego a las siete, de modo que la habitación esté caliente a las ocho cuando lleguen los niños.

d) Limpiar la pizarra una vez al día.

14* – No usar polvos faciales, no maquillarse ni pintarse los labios.

Fuentes: La Revista del Consejo Nacional de la Mujer, Año 4, Nro. 12. marzo 1999. Buenos Aires; Mujeres tenían que ser, de Felipe Pigna. Buenos Aires, Planeta, 2011.

Patricia Rodón

Enlace:
http://www.mdzol.com/nota/434024-instrucciones-para-ser-una-senorita/

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