Un Poema Sobre Bomberos

29 de Agosto de 2012
Autor Desconocido  


Es la media noche...todo está en silencio.
En una casita de muy pobre aspecto
una anciana enferma reposa en su lecho;
y junto a la anciana. Su pena sufriendo

Su hijo el Bombero quien salvó ya vidas en algún incendio

sufre pues su madre no encuentra remedio,
porque no es su ciencia salvar al enfermo.


Es la media noche...todo está en silencio,
tan solo se escucha el ronquido seco

de aquella ancianita que muere en su lecho
y el llanto del hijo, el pobre bombero
que ya ve cercano el fatal momento.

De pronto ululantes sirenas y 

en la torre de un viejo convento
lanzan las campanas de metálico acento
y un hombre rendido, casi sin aliento
penetra en la casa donde está el Bombero.

Vaya usted enseguida le dice

vaya usted que hay fuego
y ahí está mi madre lo que yo más quiero
vaya usted a salvarla porque yo no puedo
mi ciencia es amigo salvar al enfermo
Aquí está mi madre contesta el Bombero
la pobre está enferma, la pobre se muere
sálvela doctor que yo voy presto a salvar a la suya
y salió ligero.

El médico al punto

llegó junto al lecho, pero era tarde
ya no había remedio; aquella ancianita
de pena había muerto
viendo a su hijo salir para el fuego.



Pasan dos horas...regresó el Bombero
y lo acompañaba la madre del médico
¿dónde está mi madre? preguntó al momento
y el médico dijo ahí está en su lecho
la ciencia fue inútil, la pobre se ha muerto.

¡Lléveme doctor, lléveme al momento!

Y el médico al punto lo llevó hasta su lecho
y arrodillado el pobre Bombero
dio a su madrecita el último beso
sin... ¡Poder mirarla, pues estaba ciego!
por ir a salvar aquella madre que moría en el fuego.

Es la media noche...todo está en silencio

El doctor dormía, cuando una enfermera
se acerca a anunciarle que llega un enfermo,
el medico escucha acude al momento
pero llega tarde el enfermo ha muerto...

y un guardia le dice “era el pordiosero
que tendía el sombrero pidiendo limosna, 

para su sustento el médico mira la cara del muerto
y lo recuerda al punto y le dice al guardia.

¡No fue un pordiosero

éste hombre fue un bravo, éste fue un valiente!
¡Éste fue el Bombero que una noche terrible
entró a un incendio por salvar a mi madre y se quedó ciego!
 

El médico abrazó aquel cuerpo yerto
besó su frente con mucho respeto
después sollozando, se aleja del muerto.
Es la media noche, todo está en silencio.



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