Misioneros descubren una nueva especie de pez
Argentina, 12 de  Diciembre 2015 
Nota: primeraedicion.com
Misiones 7/12/15. -Dentro del grupo que se conoce como la popular “tararira”, una de ellas tenía características distintivas y particulares. Tras numerosos estudios, el equipo de Biología de la Facultad de Exactas de la Unam pudieron determinar su especie real.
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
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Nota: primeraedicion.com
Misiones 7/12/15. -Dentro del grupo que se conoce como la popular “tararira”, una de ellas tenía características distintivas y particulares. Tras numerosos estudios, el equipo de Biología de la Facultad de Exactas de la Unam pudieron determinar su especie real.
Cientos de pescadores innatos la 
habrán pescado alguna vez y pese a sus pequeñas dimensiones, la habrán 
degustado en algún banquete de domingo.
Poco
 conscientes de que ese pequeño animalito de río, denominado "tararira",
 no era lo que parecía ser y que ciertas diferencias la ubicaban dentro 
de un grupo distinto del que lo ponía el ideario popular. 
Eso
 fue lo que descubrió el Equipo de Biología Pesquera de la Facultad de 
Ciencias Exactas, que tras diversos estudios y comparaciones pudo 
determinar que en aguas del Paraná, también nada la Hoplias Mbiguá.
"Hay
 ejemplares que comúnmente se los ve en nuestra zona. Se los conoce 
popularmente como 'tarariras', pero encontrábamos diferencias 
apreciables con respecto a otras especies siempre consideradas 
similares", relató Daniel Aichino, parte del Equipo en una visita de PRIMERA EDICIÓN al laboratorio donde trabajan diariamente. 
"La
 Hoplias Malabaricus son las que tenemos en nuestra zona, ellas estaban 
dentro de ese grupo, pero las veníamos diferenciando. Recién ahora 
pudimos determinar que la hoplias mbiguá es un grupo diferente del que 
se sabe poco, por eso ésto es un gran aporte", agregó.
"Tararira"
 es el nombre vulgar de ambas, de las Hoplias Malabaricus y la Mbiguá. 
 "Hay varios complejos de especie, cada uno de estos grupos contiene, a 
su vez, una cantidad de especies que se diferencian en caracteres 
morfológicos, osteológicos, pero a todo ese grupo se lo conoce como 
‘tarariras’. Es el nombre vulgar, que a su vez cambia de región a 
región: en Corrientes le dicen ‘tarucha’,  en Córdoba le dicen 
‘dientudo’", explicó Mauricio Benítez, becario del Conicet y 
participante del proyecto.
Danilo
 Aichino la vio por primera vez en 1996 y detectó ciertas diferencias 
que no podía determinar con certeza porque no había investigaciones 
previas sobre ella. No fue hasta el 2009 cuando aparecieron estudios 
sobre esta especie. 
"El
 problema es que las diferencias morfológicas externas solas no son 
suficientes como para determinar que sean diferentes. Con la anatomía 
interna, que es un trabajo más difícil, se puede llegar a hacerlo", 
señaló Benítez. 
"Dentro
 de este grupo (la tararira) hacía mucho que se venía pensando que en 
realidad era un complejo de especies: varias especies que se consideran 
una sola. Han habido trabajos tanto de morfología como de citogenética y
 actualmente con la genética molecular se han encontrado que estas 
diferencias que se creían en realidad sí están, más allá de las 
externas. 
Con esta información, ejemplares capturados, datos que te 
indican que son diferentes, nos pusimos a trabajar en encontrar cuáles 
eran esas diferencias. Las reconocíamos como distintas, pero como había 
un conflicto en la taxonomía de este grupo, recién ahora se pudo definir
 qué especie es", agregó. 
El trabajo en el río
El
 equipo realiza un monitoreo mensual, que consiste en una semana de 
estudios en el agua. 
"Trabajamos en dos puntos distintos, uno es el 
arroyo Garupá y el otro cerca del lago de Yacyretá", indicó Aichino. 
"Cada
 tres meses tenemos un muestreo de diez días en el río y abarcamos cinco
 puntos diferentes. El punto más lejano es Puerto Maní, en Corpus; 
bajamos al arroyo Yabebiry; en Garupá; en Santa Tecla, Corrientes, y a 
la parte más ancha del lago, muy próximo a la represa. 
El monitoreo 
consiste en hacer un relevamiento de las especies que encontramos: se le
 toman datos biométricos, como el largo, el peso, la altura, y 
biológicos como escamas, contenidos estomacales para saber qué come, se 
determina si es macho o hembra. 
De las hembras se traen al laboratorio 
las gónadas para hacerles estudios de fecundidad para saber cuántos 
huevos ponen, qué tamaño tienen los ovocitos y con las escamas se hacen 
lecturas de edades", indicó Aichino.
La investigación
Las
 investigaciones se hacen en el marco de proyectos de convenios de 
trabajo con la Entidad Binacional Yacyretá, "que financia el monitoreo 
de la fauna íctica aguas arriba de la represa. Se busca describir la 
composición de dicha comunidad, las variaciones en el espacio y en el 
tiempo. Por ello se tienen monitoreos anuales: doce meses de trabajo 
ininterrumpido, en el cual se ve cómo varía tanto la composición como 
las abundancias. Con ese trabajo se logra tener una actualización de la 
riqueza específica de la fauna de nuestra región", explicó Gladys 
Garrido, directora del proyecto de Biología Pesquera Regional de la 
Facultad de Ciencias Exactas. 
"Este
 proyecto es uno de los más antiguos en la facultad, data de 1978 con el
 director, licenciado Blas Roa, quien inicia esta línea de 
investigación", agregó.
Más
 allá del descubrimiento de nuevas especies, posibilita la formación de 
recursos humanos, "porque los alumnos, tanto de genética como de 
biología, integran los equipos, primero como auxiliares de investigación
 y, mientras, pueden hacer su tesis de grado con el proyecto para 
después continuar como investigadores", señaló Garrido.
Otra
 parte del convenio permite "estudiar a las larvas de peces, algo muy 
importante, porque con los cambios que existen en los ecosistemas 
también se afecta la reproducción. 
Se busca identificar áreas en donde 
las especies desovan e inician sus primeros estadíos de vida. Esto es 
importante por el manejo del recurso y la conservación. 
Hay que cuidar 
la calidad de aguas de nuestros ríos para no afectar la reproducción", 
finalizó Garrido.
El porqué del nombre
Se
 determinó su género "hoplias" y era necesario definir su epíteto 
específico, o sea su nombre propio. El nombre elegido fue "Mbiguá", en 
honor a un integrante del equipo. 
"Isabelino 
‘Mbiguá’ Rodríguez, es un pescador que estuvo con nosotros más de 
treinta años formando parte del equipo; porque si bien el equipo se 
compone por biólogos e investigadores, él era nuestro baqueano: conoce 
el río y manejaba la embarcación, participaba activamente en el 
recorrido de las redes, sin importar las inclemencias del tiempo”, 
reconocieron los integrantes del equipo. 
"Él 
estaba con nosotros y era una garantía de que el trabajo se hacía. Se 
jubiló, pero como reconocimiento a su actividad silenciosa, porque no 
aparece en ninguna publicación, elegimos ponerle su apodo", indicaron.
http://www.primeraedicion.com.ar/nota/209397/misioneros-descubren-una-nueva-especie-de-pez.html
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que alegría nuevas especies para el genero Holplias, ya estaría disponible el documento o pdf accesible para los investigadores,
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