Qué es la fibromialgia

Argentina, 2 de Noviembre 2015 
Nota: webconsultas.com

Millones de personas la sufren, la mayoría mujeres. Conoce una de las enfermedades reumatológicas más frecuentes y una de las causas más comunes de dolor. Crónica y de causa desconocida, es difícil de diagnosticar.  


¿Qué es la fibromialgia?

La fibromialgia es una de las causas más comunes de dolor y, en los últimos años, ha ido adquiriendo cada vez mayor importancia, hasta convertirse en un problema de salud pública de primer orden. En España, más de un millón de personas están afectados por fibromialgia y fatiga crónica, aunque las cifras no son precisas porque son patologías en las que el diagnóstico es difícil o se hace con retraso respecto a la aparición de los primeros síntomas.

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Se trata de una enfermedad crónica caracterizada por dolor músculo-esquelético generalizado y una reducción del umbral del dolor, con aumento de sensibilidad dolorosa a la presión en determinados puntos del cuerpo. Este dolor se localiza sobre todo en zonas musculares, sin que exista un daño aparente, y el paciente presenta gran sensibilidad a cualquier contacto físico o cambio de temperatura.

La fibromialgia se suele asociar a otros problemas de salud como la mala calidad del sueño, la rigidez matutina, el cansancio, la depresión y la ansiedad, la cefalea, el hábito intestinal irregular, el dolor abdominal difuso, los calambres musculares y la sensación subjetiva de hinchazón.

La fibromialgia es la tercera enfermedad reumatológica diagnosticada con mayor frecuencia, después de la osteoartritis y de la artritis reumatoide. Es más frecuente en la mujer, de tal manera que se diagnostica en un varón por cada ocho mujeres. La media de edad en la que predomina su diagnóstico se sitúa en torno a los 40-49 años, aunque los primeros síntomas pueden aparecer entre los 20 y los 40 años.

Esta enfermedad puede asociarse a otras patologías de carácter crónico como  la artritis reumatoide, el lupus eritematoso sistémico, la osteoartritis  y el Síndrome de Sjögren.

En el año 1992 la Organización Mundial de la Salud (OMS) reconoció la fibromialgia como una enfermedad reumatológica.

Causas de la fibromialgia

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Tanto las causas que desencadenan la fibromialgia, como la forma de producirse dicha patología, son desconocidas por el momento.

Pero existen algunas evidencias sobre los mecanismos que pueden derivar en un cuadro de fibromialgia:

  • Desequilibrio de neurotransmisores del sistema nervioso (sustancias producidas por las neuronas a nivel cerebral). Existe una alteración de los mecanismos reguladores del dolor, del sistema nervioso autónomo (parte del sistema nervioso corporal) y del estado de ánimo.
 
  • Alteración de niveles de determinadas sustancias que intervienen en procesos neuroquímicos, produciendo mayor susceptibilidad al dolor: serotonina, triptófano, sustancia P, ácido glutámico.
 
  • Alteración en la llegada de flujo sanguíneo a determinadas estructuras cerebrales (se ha comprobado por estudios de imagen).
 
  • Cierta base genética o predisposición genética. La fibromialgia aparece en un 28% de hijos de pacientes afectadas, y existe influencia en familiares de pacientes afectados (8.5% más frecuente con familiares afectados).
 
  • Factores desencadenantes y precipitantes: infecciones crónicas, infecciones víricas, procesos inflamatorios, o enfermedades musculares. 
 
  • Recientemente se ha descubierto un retrovirus (un tipo de virus, el XMRV), que se cree podría estar implicado en la fibromialgia.
 
  • Espectro afectivo; con gran frecuencia la fibromialgia se asocia a cuadros depresivos, sin que pueda precisarse si la fibromialgia aparece primero y, posteriormente, la depresión, o viceversa.

En general existe una sobre-estimulación de todos los sistemas corporales, pero la respuesta final al dolor no es la adecuada. Los datos que se conocen sobre la fibromialgia sugieren que los síntomas de la enfermedad probablemente sean originados por una alteración central (a nivel cerebral) de la sensibilidad al dolor, más que por una disfunción en los tejidos periféricos del cuerpo. Estos desajustes hacen que el paciente experimente un gran dolor en los tejidos, sin que exista un daño aparente en ellos.

A pesar de que los factores psicológicos tienen una gran influencia en la sintomatología de la fibromialgia y de los problemas asociados, no se considera adecuado incluirla en el grupo de alteraciones mentales comunes.

Se ha observado que la enfermedad se desencadena cuando una persona con esa predisposición recibe algún tipo de impacto como: un accidente, un traumatismo, una intervención quirúrgica, una exposición a sustancias tóxicas, infecciones víricas, etcétera.

Síntomas de la fibromialgia

El dolor es el síntoma predominante en la fibromialgia: crónico y generalizado, afectando  amplias zonas musculares: alrededor de la columna vertebral, en el origen de las extremidades, en la región cervical, hombros, brazos, región lumbar, caderas y muslos, etcétera.

El paciente define el dolor como continuo, con oscilaciones en el tiempo, que empeora por la mañana y mejora parcialmente durante el día, para empeorar de nuevo por la tarde y noche. El dolor, además, se agrava si el paciente permanece en la misma postura, con las cargas físicas, la activación emocional y los cambios climáticos. Es característica la intensidad del dolor, que es definido por los pacientes como intenso e insoportable.

Otro síntoma típico de la fibromialgia es el agotamiento físico y psíquico. La fatiga se halla presente en más del 70% de los pacientes; puede aparecer como crisis de agotamiento de uno o dos días de duración o, más frecuentemente, de forma continuada.

El tercer síntoma en frecuencia es la alteración del sueño, que se correlaciona con la intensidad del síndrome.

Existen, además, otros posibles síntomas de la fibromialgia fluctuantes, que pueden combinarse con los anteriores:

  • Rigidez muscular y contracturas en diversos grupos musculares.
  • Dolores de cabeza.
  • Intestino irritable.
  • Extremidades frías, aumento de sudoración, palpitaciones.
  • Intolerancia a fármacos y sustancias químicas.
  • Boca y ojos secos.
  • Dolor en la mandíbula.
  • Problemas de concentración y memoria; síntomas afectivos como ansiedad o alteración del estado de ánimo.
  • Mareo e inestabilidad.
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 Grados de afectación de la fibromialgia

Es importante evaluar el grado de afectación de la fibromialgia, ya que hay diferentes grados de valoración funcional en España clasificados en:

  • Grado I - Afectación vital leve: escalas de valoración clínica con puntuaciones inferiores al 50% y sin interferencia con el funcionamiento o el trabajo.
  • Grado II - Afectación vital moderada: puntuación entre el 50% y el 75% e interferencia con el funcionamiento y el trabajo (pérdida parcial de actividad) .
  • Grado III - Afectación vital grave: escalas de valoración clínica superiores al 75% y marcada interferencia con el funcionamiento y el trabajo; imposibilidad para llevar a cabo el trabajo, o situación de baja temporal por enfermedad.

Tratamiento de la fibromialgia

No se conoce un tratamiento que cure la fibromialgia. De hecho, se cree que cuantos más medicamentos tome el paciente con esta patología, peor será el pronóstico. Esto es debido a que muchos fármacos contienen compuestos químicos que empeoran la salud de un alto porcentaje de pacientes con fibromialgia, debido a que presentan cierta sensibilidad química, siendo más susceptibles a reacciones adversas.

En el tratamiento de la fibromialgia se utilizan fármacos y medidas no farmacológicas:

Tratamiento farmacológico para la fibromialgia


Su objetivo es:
  • Aliviar el dolor.
  • Mejorar la calidad del sueño.
  • Eliminar la astenia y los problemas asociados.
  • Mantener y restablecer el equilibrio emocional.

 

Medicamentos para la fibromialgia


Por el momento no existe en Europa ningún fármaco autorizado por la Agencia Europea del Medicamento indicado en el tratamiento de la fibromialgia. A continuación se relacionan los fármacos más comúnmente utilizados para el alivio de los síntomas de la fibromialgia:

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  • Analgésicos: tramadol, paracetamol, o la combinación de ambos fármacos.
  • Antiinflamatorios: en los estudios de investigación de resultados de tratamiento con estos fármacos, no se ha evidenciado efectividad en el tratamiento de los síntomas de fibromialgia. No se recomienda, por tanto, su utilización de manera sistemática.
  • Benzodiazepinas (relajantes musculares, ansiolíticos): se deben usar con precaución por el riesgo de dependencia, y tampoco han demostrado efectividad.
  • Otros relajantes musculares, como la ciclobenzaprina, han obtenido un buen resultado para el manejo sintomático, por efecto real similar a los antidepresivos.
  • Anticonvulsionantes: gabapentina y pregabalina. En ensayos clínicos realizados han demostrado disminución del dolor y el cansancio, y mejoría del sueño y la calidad de vida.
  • Antidepresivos: la amitriptilina podría considerarse como fármaco de primera línea para el tratamiento de la fibromialgia, sobre todo si el paciente presenta dificultad para dormir o trastornos del estado anímico. Otros antidepresivos:  fluoxetina, paroxetina, duloxetina y venlafaxina.
  • Otros fármacos como: esteroides, opioides (analgésicos mayores), melatonina, no han demostrado eficacia, y presentan, además, numerosos efectos secundarios

Tratamiento no farmacológico para la fibromialgia

Pretende mejorar la habilidad funcional y la calidad de vida de las personas con fibromialgia.  Sus pilares son:
En la mayoría de los casos será recomendable utilizar una estrategia múltiple, combinando diferentes posibilidades terapéuticas, enfatizando el consejo de mantener la actividad, pues los pacientes siempre han de mantenerse activos.

Hay que insistir en la necesidad de proporcionar una información básica a los pacientes sobre esta afección y la mejor manera de manejar las opciones terapéuticas. En los casos en que se considere necesario, hay que motivar a los pacientes a que realicen programas de autoayuda.

  • Actividad física (ejercicio físico): la realización de un programa de ejercicios supervisado, puede tener efectos beneficiosos sobre la capacidad física del paciente y los síntomas de la fibromialgia a corto plazo. Debe ser personalizado, con una actividad física realizada 2-3 veces por semana, de inicio gradual, y evitando los ejercicios que provoquen dolor por forzar una zona determinada. La actividad física más adecuada es la aeróbica, como la gimnasia, la danza, la natación y la hidrogimnasia. El ejercicio aeróbico ayuda a mejorar el rendimiento y, en ocasiones, ayuda a disminuir el umbral del dolor.
  • Terapia psicológica. Terapia cognitivo conductual: se basa en la idea de que las percepciones que tiene el individuo sobre sí mismo y sobre su entorno afectan a sus emociones y a su comportamiento. Hay que evaluar los aspectos que caracterizan a la enfermedad: conocimiento de la misma, afectación en la vida cotidiana y la capacidad para afrontarla.

El objetivo de la terapia es modificar la idea que tiene la persona sobre su dolor para que adopte una actitud más positiva frente a la enfermedad. Hay evidencias muy coherentes sobre los resultados de los tratamientos, tanto psicológicos como conductuales, en la fibromialgia. Disminuye la intensidad del dolor y el cansancio, y mejora el estado anímico y la capacidad funcional.

La terapia cognitiva conductual se realiza en sesiones semanales de aproximadamente unas dos horas de duración, en grupo, y planteando una serie de estrategias útiles para abordar diversos aspectos de la enfermedad, con un enfoque práctico en el medio habitual.

Otros tratamientos alternativos para la fibromialgia

  • Hipnoterapia y meditación basada en la relajación: no ha podido demostrarse que mejoren el dolor y la capacidad funcional.
  • La inyección en puntos sensibles, la estimulación nerviosa transcutánea y el tratamiento con láser, no han demostrado eficacia.
  • Acupuntura: tampoco ha demostrado resultados favorables.

Conclusiones acerca del tratamiento de la fibromialgia

Con relación al tratamiento de la fibromialgia habrá que tener en cuenta varios puntos:
  • El tratamiento de la fibromialgia precisa un enfoque multidisciplinar, es decir, precisa la colaboración de varios especialistas: médicos de familia, reumatólogos, psicólogos y fisioterapeutas.
  • En algunas Comunidades españolas existen unidades específicas para el tratamiento de la fibromialgia, como es el caso de Cataluña y el País Vasco.
  • El objetivo final del tratamiento consiste en mejorar la asistencia del paciente con fibromialgia: realizar un diagnóstico precoz, con un inicio terapéutico temprano y evitando prueba diagnósticas innecesarias, así como fomentar el acceso desde el sistema sanitario a los tratamientos de Psicoterapia y actividades físicas.
  • En general, la combinación del tratamiento farmacológico con un programa de ejercicios, se asocia a mejores resultados que el ejercicio de forma  aislada.


Pronóstico de la fibromialgia

No existe curación de la fibromialgia por el momento, por lo que hay que considerarla como una enfermedad crónica, y tener en cuenta que la calidad de vida de la persona enferma se ve afectada en varias de sus facetas: laboral, económica, social y familiar.

La mayoría de los pacientes continuará presentando dolor y cansancio. Las dos terceras partes de los pacientes aseguran que pueden mantener su capacidad de trabajo y reconocen que la fibromialgia interfiere poco con su vida, y otro 30% no se siente capacitado para trabajar. En España, según un estudio de la Sociedad Española de Reumatología, la fibromialgia es la enfermedad musculoesquelética que más bajas produce por incapacidad laboral. Aun así, solo un pequeño porcentaje de personas afectadas recibe prestaciones.

Si comparamos a los pacientes con fibromialgia con otros grupos de personas con dolor crónico, estos presentan un grado mayor de sensación de incapacidad y de invalidez.

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Existen una serie de factores psicológicos que se asocian a un mejor pronóstico: sentimiento de control del dolor, auto percepción de ser funcionalmente capaz, no interpretar el dolor como un signo de daño, realizar ejercicio físico, y llevar a cabo las tareas habituales sistemáticamente.


Recomendaciones para la fibromialgia

Una importante dificultad que han de superar los pacientes de fibromialgia es el desconocimiento profundo del síndrome por parte de la sociedad. En términos generales, la fibromialgia sólo es una realidad para el círculo de familiares y amigos íntimos de los enfermos, aparte de los profesionales en contacto con los pacientes. Existe, por tanto, una infravaloración del potencial de incapacitación de la fibromialgia, lo cual supone un obstáculo añadido para el paciente en su lucha por superar las dificultades que esta enfermedad introduce en aspectos básicos de su vida diaria.

Hay que considerar varios puntos para el enfoque social de la problemática asociada a esta patología:

  • El enfermo con fibromialgia debería ser informado desde el principio sobre su sintomatología y su pronóstico, desdramatizando la evolución de la enfermedad con la aportación de expectativas positivas, y fomentando la colaboración del paciente en terapias mediante la confianza en una probable mejoría.
  • Sería fundamental una mejora en la formación de los profesionales implicados en el abordaje de la fibromialgia, para garantizar una adecuada respuesta a las necesidades del paciente.
  • Una cuestión básica que se debe considerar es el enfoque socio laboral, ya que la posibilidad de desarrollar una actividad laboral, compatible con la evolución de la fibromialgia, es de gran ayuda para el paciente. Sería preciso impulsar, por tanto, una estrecha coordinación entre los servicios asistenciales, los servicios de salud laboral y los departamentos de recursos humanos de las empresas, con el fin de facilitar la máxima integración laboral de los afectados por fibromialgia.
  • En el caso de los pacientes incapacitados como consecuencia de esta enfermedad, se debería conseguir la elaboración de protocolos, para evaluar dicha incapacidad y calificar a los pacientes dentro de cualquiera de los grados de incapacidad reconocidos en la normativa de la Seguridad Social, o de minusvalías.
  • Debido a la prevalencia de la fibromialgia y a su importante repercusión individual, familiar y social, sería recomendable intensificar la investigación clínica sobre esta enfermedad.
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Los puntos básicos para mejorar la calidad de vida a pesar del diagnóstico de fibromialgia podrían ser:
  • Comprender con claridad el significado de esta patología.
  • Seguir un tratamiento farmacológico adecuado, y psicológico, si procede.
  • Disminuir los factores de estrés, mejorando el estilo de vida con hábitos saludables y evitando tóxicos.
  • Realizar ejercicio físico aeróbico.

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