La filosofía...¿Es realmente útil para la vida cotidiana?

Argentina, 18  de Noviembre 2015 
Nota: naxio.com

Si bien la filosofía aparece para un competitivo y oportunista del mercado como algo inútil, propio de los románticos, utópicos o delirantes, los hechos muestran que aquel que aprendió a ver y a pensar la vida con un sentido más profundo, está en condiciones más ventajosas aún para competir y aprovechar las oportunidades del campo práctico y “terrenal”. 


Pues quien sabe elegir no cae víctima del estrés y no se conforma con una actividad limitada por los horarios y abrumada por el apuro. Así, la filosofía le ayuda a lograr el sentido de lo que hace, el “para qué lo hace” y qué hacer con lo que obtiene de lo que hace de manera autónoma y creativa.

Recordando a Deleuze y Nietzsche, para quienes la tarea de la filosofía no es otra que combatir la estupidez, observamos que la fama del filósofo como un ser inútil e ineficaz, no es tal en el contexto de la incertidumbre, la alienación y la complejidad de nuestros días. Quienes se auto proclaman prácticos y realistas, reniegan del pensamiento filosófico porque son víctimas de un prejuicio que los llevó a ubicar el saber causal en meras teorías relegadas por la incapacidad de los filósofos diletantes.

En realidad, tal pragmatismo y prejuicio aniquilan la realidad primaria y esencial del ser humano: su capacidad crítica, su inteligencia autónoma y su creatividad. Porque la estupidez supone un estado mental de anestesia que coloca al sujeto en condición de objeto manipulable y propenso al diseño externo de las modas, los medios y la publicidad.

Y es en ese contexto donde la filosofía emerge como un saber reflexivo y como una acción concreta por parte de un sujeto que advierte en sí mismo su autonomía y sus posibilidades de evolucionar y ser más.

Para un pragmático, que busca la utilidad por sobre todas las cosas y la rentabilidad por sobre los afectos, ser más equivale a tener más posesiones tangibles, en desmedro del conocimiento que permite ser más y valer más por sí mismo y por los valores y capacidades que se poseen.

Quienes transitan su vida de manera mecánica y automatizada y consumen de manera casi compulsiva, llegan a la gran paradoja de no poder disfrutar por la sobre-carga a que lo somete una vida laboral que lo esclaviza y transforma en objeto manipulable. Quienes encuentran en la filosofía un saber que despliega una actitud evolutiva, disfrutan el placer de la autonomía de pensamiento y se inmunizan de todo intento de idiotización y manipulación.

A modo de referencia, podríamos establecer algunos puntos donde tener una actitud filosófica no implica ser inútil, sino vivir la vida de manera práctica, autónoma y feliz:

En primer lugar, la filosofía ayuda a pensar al sujeto de manera más sutil y a comprenderse a sí mismo y comprender a los demás a partir de un principio de tolerancia y sentido colaborativo. Lejos de estar aislado y en condiciones solitarias, la comprensión de la vida propia y ajena le permite vivir en constante comunicación, afecto y afabilidad.

En segundo lugar, hay que tener presente que toda comprensión filosófica, apoyada en el propio pensar y sentir, permite advertir que las cosas no son lo que parecen, que lo que se entiende como realidad se oculta bajo el llamativo y seductor ropaje de la apariencia sensible. Al romper el disfraz de la apariencia y de la fantasía mediante el ejercicio de su capacidad para pensar por sí mismo, puede razonar con mayor acierto, relacionando, analizando, estableciendo comparaciones y descubriendo similitudes y diferencias de manera creativa y sin estar sometido a pensamientos ajenos y seductores.

De esta manera, cuando el filósofo elige o toma decisiones, lo hace ejerciendo su capacidad reflexiva y sin caer en los arrebatos impulsivos instigados por las industrias del entretenimiento y de tecnologías al servicio de los estándares de velocidad. Lejos de estar aprisionado en el movimiento inercial del reloj, su lucidez mental lo ampara y aleja de las sombras de la masificación y de la despersonalización urgida por las modas y costumbres que incitan a un consumo de fantasías e ilusiones.

En virtud de su capacidad creativa y pensamiento autónomo, el filósofo actúa en un  escenario mental con libreto propio. Con ello, queda libre de las condiciones que conducen a la satisfacción compulsiva del esclavo moderno, que no alcanza a vislumbrar los barrotes de su cárcel mental. De esta manera, accede a una vida auténtica, a un tiempo auténtico (M. Heidegger) en cuyo devenir puede rescatar su propia existencia de los condicionamientos de la superficialidad y de la manipulación sofisticada del intelecto.

http://naxio.com.ar/filosofia-la-utilidad-de-lo-inutil

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2 comentarios :

  1. De paseo de nuevo por aqui a su hogar informatico, me intereso este articulo, y cito por ejemplo a Antonio Machado fue un poeta filósofo y un pensador que trató de configurar una poética. Tanto su filosofía como su poética tienen que ver con su concepción del tiempo y su noción del ser, fue un apasionado lector de filosofía, como le confiesa a Ortega y Gasset, y especialmente a partir de la muerte de su mujer (1913) sus lecturas son sobre todo de obras de pensamiento: Platón, Leibniz, Kant, Unamuno y Ortega, figuran entre los autores más releídos, como nos recuerda, en sus dichos (quiero decir que pienso como suyas las palabras) las nociones de espacio, tiempo psicológico, duración, movimiento o quietud y la controvertida y fundamental idea de intuición, piensa que la razón es común a todos y que existe una objetividad el diálogo, la afirmación del otro, se constituye en el elemento radical que hace posible el pensar sin escapar de la realidad. Como autora de un blog de pequeñas narrativas poeticas, desde el año 2008 escribo y suelo filosofar pero sin irme de lo terrenal, es como (dando un modo de ejemplo) ... amar no? soñamos pero necesitamos tocar una realidad amada.
    saludos nuevamente
    Silvia.

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