Mató de hambre a su hijo y dejó el cuerpo en la cuna durante 2 años
Gran Bretaña, 05 de Octubre de 2013
Diario mediamza.com
Una británica alcohólica fue hallada culpable por un tribunal de Bradford tras confesar que tenía miedo de que los hermanos del niño la abandonaran al descubrir lo que había hecho.
Una madre de ocho niños fue declarada culpable de matar de hambre a su hijo de cuatro años y dejar el cadáver en la cuna durante dos años.
Amanda Hutton, una británica alcohólica de 43 años, fue sentenciada por un jurado de Bradford, en el norte de Inglaterra, y este viernes se dará a conocer la pena.
El cuerpo de su hijo Hamzah fue hallado descompuesto y rodeado de insectos en la habitación de Hutton casi dos años después de su muerte en diciembre de 2009. Las fotografías de la casa muestran pilas de basura y ropa por todos los lados.
Hutton contó ante el jurado que cinco hermanos de Hamzah vivían en la casa y le preocupaba que ellos se fueran del hogar si descubrían la muerte del bebé.
El padre del niño no vivía con la mujer y había avisado a la policía del peligro que corría el pequeño un año antes de su muerte, cuando fue detenido por violencia de género.
Enlace:
http://www.mediamza.com/Lectura.asp?id=83889
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Una británica alcohólica fue hallada culpable por un tribunal de Bradford tras confesar que tenía miedo de que los hermanos del niño la abandonaran al descubrir lo que había hecho.
Una madre de ocho niños fue declarada culpable de matar de hambre a su hijo de cuatro años y dejar el cadáver en la cuna durante dos años.
Amanda Hutton, una británica alcohólica de 43 años, fue sentenciada por un jurado de Bradford, en el norte de Inglaterra, y este viernes se dará a conocer la pena.
El cuerpo de su hijo Hamzah fue hallado descompuesto y rodeado de insectos en la habitación de Hutton casi dos años después de su muerte en diciembre de 2009. Las fotografías de la casa muestran pilas de basura y ropa por todos los lados.
Hutton contó ante el jurado que cinco hermanos de Hamzah vivían en la casa y le preocupaba que ellos se fueran del hogar si descubrían la muerte del bebé.
El padre del niño no vivía con la mujer y había avisado a la policía del peligro que corría el pequeño un año antes de su muerte, cuando fue detenido por violencia de género.
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