Quien fue Juan Vucetich
Argentina 24 de Febrero de 2013
Nota mendozatransparente.com y R.J.A.
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Juan Vucetich, Nació en Lésina, ciudad de la antigua Dalmacia, el 20 de julio de
1858. Fueron sus padres Victor Vucetich y Vicenta Koracevich. Llegó al
país en 1882, y se desempeñó como empleado en Obras Sanitarias de la
Nación hasta 1888, fecha en que ingresó en la Policía de la provincia de
Buenos Aires, como meritorio. En 1890 fue designado jefe de la Oficina
de Estadística, de ese organismo policial a cargo del capitán de navío
Guillermo J. Nuñez.
Juan Vucetich (1858-1925) |
Había conocido, y de ahí parte su investigación, un trabajo de H. de
Varigny publicado en Francia sobre las investigaciones de Francis
Galton, a propósito de los relieves digitales. Este último destacaba el
valor de aquellos para la identidad individual. Comparó tales estudios
con el sistema de antropometría de Alphonse Bertillon, que por entonces
constituía el recurso en uso para la identificación de los
delincuentes.
Vucetich estaba bien interiorizado de este sistema, y dio gran
difusión a láminas que él mismo preparó y otras indicaciones que en esa
época podían observarse en todas las comisarías de policía, a la vista
del público; pero comprobó que era muy deficiente e inseguro y se
pronunció por las impresiones digitales.
Después de pacientes estudios sobre los trabajos de Galton, y los 40
tipos de relieves digitales que éste había definido, Vucetich llegó a
aumentarlos a 101, y creó un sistema que él denominó
“Icnofalangometría”, poniéndolo en aplicación el 1º de setiembre de
1891. Esa fecha se recuerda anualmente como la de implantación del
sistema de identificación dactiloscópica que, con su perfeccionamiento
posterior, realizado por su creador, lleva su nombre. Por primera vez
se tomaron aquel día las impresiones digitales de los diez dedos a 23
procesados por distintos delitos, según consta en el archivo que el
propio Vucetich inició.
El sistema quedó así implantado, estimada la perennidad e
inmutabilidad de los relieves digitales, cuyos caracteres individuales
acompañan a la persona en todo el curso de su vida, y que se manifiestan
a través de infinitas variedades específicas. No pocas dificultades,
propias de toda investigación creadora, debió vencer Vucetich para
imponer su sistema, primero en su propia elaboración, y también por los
derivados de toda innovación en otros medios que, por entonces sólo se
referían a la lucha contra la delincuencia. Además debían obtenerse
comprobaciones prácticas.
Fue un paso decisivo el caso ocurrido con motivo de la muerte
violenta de dos niños de corta edad en Necochea en 1892. La madre de
las víctimas denunció como autor del hecho a un vecino, pero el hallazgo
de impresiones digitales en una puerta de la habitación permitió
establecer, por la aplicación primera del procedimiento dirigido por
Vucetich, que, lejos de pertenecer al acusado, los rastros eran de la
propia madre, con lo cual se comprobó en forma fehaciente que era ella
la autora del crimen.
Esto trascendió como demostración de la validez
científica del sistema dactiloscópico, con lo cual el método fue
incorporado a la labor investigadora de la Policía y se instalaron las
primeras oficinas de identificación en las cárceles y en las comisarías.
Entretanto su creador continuaba sus investigaciones, y poco tiempo
después, lograba reducir los 101 tipos digitales de sus primeros ensayos
a cuatro fundamentales, que clasificó así: arco, presilla inferior,
presilla exterior y verticilo. Ese conjunto sistematizado, es lo que
denominó Sistema Dactiloscópico Argentino.
La ficha creada según su sistema fue la que luego se adoptó
universalmente, y es la que rige en la actualidad en todo el mundo,
junto con los elementos de aplicación ideados por Vucetich que se
mantienen sin variantes.
El creador no quedó satisfecho, sin embargo, y siempre con abnegación
y sacrificio, cubriendo de su magro peculio gastos que los poderes
públicos no podían afrontar en la medida que la importancia del asunto
requería, perfeccionó aún el sistema, consiguiendo corregir
insuficiencias tales como la difícil visibilidad de ciertos tipos
digitales, y creó una clave de subclasificaciones que recogió el doctor
Luis Reyna Almandos en su trabajo “Clave de subtipos de Vucetich para
subclasificaciones”, basado en los cuatro tipos fundamentales.
En 1893, escribió ya un tratado sobre el procedimiento de filiación
en Buenos Aires, y luego el gobernador Julio Costa anunciaba en su
mensaje a la Legislatura la incorporación del sistema Vucetich al
gabinete antropométrico de la policía local. En esa época se escribe
con César Lombroso y con Rafael Garófalo, y en los días de la
gobernación del Dr. Guillermo A. Udaondo, restablecida la oficina de
identificación que fuera suprimida, se le confía la dirección de la
misma.
Poco después se declaraba texto oficial de la Policía de la provincia
su libro aludido, mientras su sistema adquiría mayor difusión. El
descubrimiento de algunos crímenes por su procedimiento, afirmaron cada
día su seguridad, por lo que publicó otro libro titulado “Registro de
Existencia”. Poco después se expedían las primeras cédulas de
identidad, y en 1901, asistió Vucetich al II Congreso Científico
Latinoamericano, de Montevideo. Dio entonces su primera conferencia
pública acerca del sistema de su creación. En Río de Janeiro comenzó
desde entonces la adopción del sistema dactiloscópico argentino, y ya su
incorporación a la vida de otras naciones fue sólo cuestión de tiempo.
En 1904, apareció la obra capital de Vucetich, “Dactiloscopia
comparada”, que recibió premios y menciones. La Policía de Roma
implantó su sistema, y creció la confianza en la bondad de su invento.
La Academia de Ciencias de París sancionó el sistema, se difundió en
toda América y se extendió al resto del mundo.
Se estableció el canje universal de fichas de identificación, por
medio de convenios, y en 1906, el Código de Procedimientos Penales de la
provincia de Buenos Aires sancionó el principio dactiloscópico de la
identidad humana.
El gobierno bonaerense lo designó perito identificador, y su
discípulo y amigo, el Dr. Reyna Almandos publicó otro trabajo de mérito
sobre “La dactiloscopia argentina”.
Brasil había ya impuesto el sistema en la marina, y entre nosotros
llegó a ser realidad un sueño del investigador: la creación del Registro
Nacional de Identificación, que con algunas variantes se organizó por
medio de una ley. Vucetich fue su director. El Congreso de la Nación
le acordó una pensión por 10 años.
La incansable labor de Vucetich, hasta el día de su muerte, alternó
con polémicas, viajes de estudio y propaganda por el mundo –llegó hasta
la China y la India en busca de comprobaciones sobre utilización de
impresiones digitales, en tiempos inmemoriales-, publicaciones,
instrucciones, congresos científicos, conferencias, que llevaron a todos
los ámbitos el conocimiento de los métodos hallados y que terminaron
por imponerse en todas partes.
No omitió sacrificio personal en su afán altruista. El viaje mundial
que realizó en 1912 fue costeado por él, cuando acababa de jubilarse en
la Policía –se habían frustrado iniciativas generosas en la Legislatura
para premiar su labor- y para la impresión de su obra “La dactiloscopia
y su aplicación internacional”, enajenó su biblioteca.
Poco antes de morir donó su museo particular a la Facultad de
Ciencias Jurídicas y Sociales de la Universidad de La Plata, donde el
doctor Alfredo L. Palacios, entonces decano, instaló el Museo Vucetich,
el 11 de octubre de 1924, en un acto al que asistió el creador de la
dactiloscopia, ya gravemente enfermo.
Vucetich falleció en Dolores, el 25 de enero de 1925. Se casó con
María Etcheverry, y en segundas nupcias con María Cristina Flores. Sus
restos descansaron en el cementerio local hasta el 27 de agosto de 1941,
en que fueron trasladados al Panteón de la Policía de La Plata, ciudad
en la que residió desde su ingreso a la institución, donde se mantiene
vivo el culto a su memoria, con su nombre al frente de la Escuela
Superior de la misma.
La personalidad de Vucetich adquiere a medida que transcurre el
tiempo, un perfil cada vez más esclarecido y noble, justificándose los
homenajes que se le tributaron a su existencia laboriosa y contraída,
expuesta en la síntesis cabal que contiene la frase de su amigo el
eminente penalista italiano Enrico Ferri: “Suo Nome restará nella storia
della civiltá umana”.
Fuente
Cutolo, Vicente Osvaldo – Nuevo diccionario biográfico argentino – Buenos Aires (1985)
Efemérides – Patricios de Vuelta de Obligado
www.revisionistas.com.ar
Enlace:
Como ex funcionario de Criminalística, quiero acentuar el
compromiso de mis compañeros por enseñarme esta materia que tanto me apasionó, y felicitar a todos aquellos que trabajan en el área de Identificación Criminal, por su
continuo esfuerzo para lograr identificar a los criminales y por transmitir
este legado que nos dejó Don Juan Vusetich, hace más de 100 años.
A ellos les dejo este pequeño regalo (Imágen), que diariamente empujan
a los innovadores para mejorar y respaldar la investigación.
Cuando un buen proyecto se hace con humildad y compromiso
por el bien de la sociedad, y es opacado por el egoísmo y la envidia de terceros, éste se desvanece y disipa, pero luego termina germinando en las mentes de otros innovadores, que siguen el mismo camino del bien.
Link,
de una investigación realizada por tres policías de Mendoza, que lograron con el
tiempo, ver el fruto de su trabajo, diseminado en todos los laboratorios de criminalística
en el mundo.
http://www.criminalistica.net/forense/hemeroteca/fotografia-forense
Próximamente, dos historias particulares que hace a la Identificación Criminal en Mendoza-Argentina,
“Cuando una huella toma forma por la fuerza de un Pueblo” y “Cuando
Una buena investigación esta encarrilada para hacer el bien”
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