Pensar en nuestra América Latina
12 de Diciembre de 2012
diadelsur.com
América Latina en el Mundo desde en un exhaustivo análisis del Dr Pablo Gabriel Salinas
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América Latina en el Mundo desde en un exhaustivo análisis del Dr Pablo Gabriel Salinas
1.- América Latina en el Mundo.
Como sostiene la profesora Alcira Argumedo “ya señalamos que
en esta nueva encrucijada de la historia, reaparecen bajo otros perfiles las
antiguas opciones planteadas para América Latina en el período de la
independencia: la Doctrina Monroe o las propuestas autonomistas de Simón
Bolivar y José de San Martín. Son esos los dos grandes proyectos incompatibles
que habrán de disputar el destino de estas tierras en las próximas décadas”
Aquí se plantean las dos alternativas en el contexto internacional,
podemos hacer una breve síntesis de lo que significó la doctrina Monroe y el
América para los americanos en la estrategia de Estados Unidos.
Argumedo sostiene “América Latina ha conocido en demasía las
consecuencias de las doctrinas Monroe, de las políticas del destino manifiesto,
del gran garrote, de las invasiones del mundo libre, de las intervenciones de
la CIA, de las alianzas para el progreso y los desarrollismos modernizantes, de
las doctrinas de seguridad nacional; de los modelos neoliberales y de los
ajustes de la deuda externa impuestos por el Fondo Monetario; y también la
corrupción y la indignidad de sus clases dominantes. Hemos sufrido el oprobio
de dictaduras aberrantes para garantizar el nuevo o el viejo orden; agobiados
por el espanto. Hemos sentido la vergüenza de cancilleres que pregonan la
ambición de prostituirnos, clamando por “relaciones carnales” con los Estados
Unidos, a cambio de un puñado de esos tantos dólares que nos robaron”
En efecto, en la década del ’80 Estados Unidos adopta una
estrategia de restauración conservadora de su poder sobre la región
latinoamericana para compensar la retirada ante la derrota de Vietnam.
Apoya en América del Sur dictaduras militares de muerte y
terror, basadas en la Doctrina de Seguridad Nacional, en nombre de la libertad.
En esta década también la crisis de la URSS se aceleró cuando Gorbachov puso en
práctica un proceso de reformas, la Perestroika, con el objetivo de desmantelar
el modelo social y político de la época estalinista.
El fin del mundo bipolar sobrevino con el derrumbe del
modelo soviético de un tipo de organización de la sociedad, ya que se impuso
una rápida apertura de sus economías y aplicaron reformas liberales que
permitieron la entrada de capitales extranjeros y la difusión de relaciones de
producción capitalista.
Sin embargo, al fin de esa década los triunfos de la
revolución islámica en Irán y del Sandinismo en Nicaragua, y más tarde la
guerra de Malvinas, indican a Estados Unidos que las dictaduras militares podían
ser peligrosas, en tanto antes o después producen movimientos de oposición que
no sólo cuestionan a los dictadores sino además a los intereses norteamericanos
que los apoyan. El Consenso de Washington impulsa desde mediados de la década
del ochenta una estrategia diferente de democracias controladas y modelos
económicos neoliberales.. La caída del Muro de Berlín y la desintegración del
bloque soviético exacerban el triunfalismo neoliberal y, en el transcurso de
los noventa, se refuerzan en América Latina las políticas de despojo nacional y
social en favor de los grupos económico-financieros más concentrados, bajo las
indicaciones del FMI y el Banco Mundial.(ARGUMEDO, )
En la década de 1990 América Latina adoptó el paquete de
reformas económicas conocido como “Reforma del Estado” incluyó medidas de corte
neoliberal conservador, que consistían, entre otros aspectos, en la venta y
privatización de empresas públicas, en la eliminación de controles y
regulaciones estatales y la descentralización de la economía a efectos de
mantener el flujo de créditos y préstamos. Se afianzaron las medidas de ajuste
estructural, junto a la promoción de gobiernos democráticos en la región. Los
efectos de estas reformas fueron el aumento de la desigualdad social y problemas
de desempleo.
El terror es reemplazado por dispositivos de cooptación de
dirigencias políticas y sociales, referentes universitarios, intelectuales o
culturales sumados a mecanismos de disciplinamiento y manipulación social.
Utilizan distintos instrumentos con el objetivo de promover un decisivo cambio
en las mentalidades y aún en las creencias religiosas de las mayorías. Tales
políticas operaron sobre una inédita desintegración del tejido social y una
atomización de las formas organizativas tradicionales, como consecuencia del
terrorismo de Estado y más tarde del crecimiento exponencial de la pobreza, el
desempleo y la precarización laboral (ARGUMEDO Y QUINTAR, 2003). Con el retorno
de la democracia, durante veinte años se alcanza una supremacía ideológica que
permite imponer políticas sin precedentes de entrega del patrimonio público y
de concentración y polarización de la riqueza, contando con el consenso de una
significativa proporción de las víctimas.
Francis Fukuyama explicó que el triunfo de las democracias
occidentales y las leyes del mercado ante la caída del Muro de Berlín daban por
resultado el “fin de la historia”, entendida también como el fin de los
conflictos. Este espíritu de época acompaña al desarrollo de la Revolución
Científico Tecnológica que estará imbuida de las concepcones neoliberales
basadas en el consumo, la competencia, el egoísmo criticando cualquier
manifestación de solidaridad social.
Todo esto configura la alternativa del fin de la historia de
la mano invisible, de la libertad de mercado.
La otra alternativa que en verdad nos interesa es la que se
configura con la construcción de una gran nación latinoamericana, reivindicando
el sueño de Martí, la unidad de América latina que estuvo en las esperanzas de
tantos millones de hombres y mujeres a lo largo de los siglos, como mandatos
que perviven en la profundidad de la historia.
Una federación de estados nacionales de estos pueblos hechos
de varias humanidades, de países que coexistieron sin convivir, atomizados y
expoliados por sucesivos polos de poder
La alternativa por lo tanto se resume en un nacionalismo
latinoamericano diverso y solidario, respetuoso de las peculiaridades y las
autonomías de las naciones y de sus culturas, etnias y regionalismos internos.
Una integración sustentada sobre el reconocimiento de la
dignidad de los otros, capaz de respetar y enriquecer las disímiles memorias y
tradiciones populares en una nueva identidad que no las niegue.
En Síntesis
Debemos decir que frente a las tendencias de desintegración
que están gestando los proyectos capitalistas del norte existe una única opción
Esta opción según Alcira Argumedo es “una poderosa nación
Latinoamericana complementando sus economías y regiones naturales sobre
antecedentes de una historia común de cinco siglos y otra anterior representada
por las ciclópeas culturas indígenas, afirmando el contacto por la fusión de
razas y la comunidad lingüística… No somos europeos. Y esto debe ser motivo de
orgullo. No de humillación cultural. El nacionalismo de estos países debe ser
iberoamericano. Avivar en América Latina nacionalismos cantonales ha sido el
método calculado de las metrópolis para explotarnos a mansalva.
La alternativa del conocimiento.
La Revolución Científico Tecnológica impone el conocimiento
(educación, información y capacidad de innovación) como el nuevo recurso
estratégico que definirá el rol de los países al comienzo del tercer milenio.
Así el conocimiento debe ser democrático, difundido en el conjunto de cada
sociedad, para ello se propone permitir el acceso de las mayorías a las nuevas
tecnologías, articular diferentes saberes. Utilizando los grupos de trabajo,
los saberes manuales se pueden ir articulando con los conocimientos que exigen
las nuevas tecnologías. Esto se puede hacer si las universidades asumen el rol
central que les cabe: como productoras de conocimiento deben conformarse en
centros de excelencia masivos y de ello dependerá también nuestro futuro de
cara al siglo XXI.
Como señala Argumedo: “…la posibilidad de disponer de estas
cuatro fuentes del recurso conocimiento se ha transformado en una condición
inexorable para el desarrollo socioeconómico y la inserción de las distintas
sociedades en el mercado mundial de las próximas décadas: las naciones que no
sean capaces de consolidarlas, están condenadas a sufrir graves experiencias de
regresividad histórica. Y como no es posible democratizar y extender la
educación, la calificación del trabajo y el ingreso a las universidades o al
sistema científico sin democratizar los otros espacios de la vida social -la
salud, la distribución de la riqueza, la vivienda y el hábitat, los medios de
comunicación e información, el bienestar general de la población-, los modelos
sociales de alta integración, las democracias ampliadas hacia lo económico, lo
social y lo cultural se transforman en imperativos técnico-económicos para
poder participar en el ciclo de la historia que inaugura la Revolución
Científico-Técnica”
En Argentina el impacto de esta política neoliberal ha sido
crítica teniendo en cuenta la degradación del sistema educativo público
primario y secundario, los altos índices de desocupación, la precarización
laboral, etc., nos impiden pensar en nuestra posible entrada al escenario
mundial. El tema del empleo en Argentina y en América Latina no puede pensarse
al margen de estas realidades, debemos cambiar los puntos de vista para poder
superarlo y allí las universidades tienen un rol protagónico.
Relaciones entre las matrices de pensamiento y los
procesos históricos
Las matrices de pensamiento son formas de reelaboración y
sistematización conceptual de determinados modos de percibir el mundo, de
idearios y aspiraciones que tienen raigambre en procesos históricos y
experiencias políticas de amplios contingentes de población y se alimentan de
sustratos culturales que exceden los marcos estrictamente científicos o
intelectuales .
Las matrices de pensamiento son expresión por lo tanto de
procesos sociales, políticos, económicos y culturales y tienden a incidir sobre
los conflictos y las realidades.
Las matrices de pensamiento en el mundo central que se
caracterizaran son la matriz liberal y la marxista en sus rasgos mas gruesos,
puesto que ellas tienen influencia en las definiciones políticas de América
Latina.
En cuanto al liberalismo y su concepto de lo social tenemos
los lineamientos de Locke que conforman el liberalismo jurídico-político,
asentado en la teoría del contrato social y la división de poderes, enriquecida
por Montesquieu y Stuart Mill.
La otra forma fundamental del pensamiento liberal la
constituye la economía política cuyos representantes son Adam Smith y David
Ricardo, basándose en la naturaleza humana egoísta de Hobbes aunque con una
idea distinta de lo social.
El liberalismo económico va a articular una matriz teórica
claramente diferenciada de la filosofía jurídico política liberal.
Para el liberalismo económico la sociedad aparece como un
orden o estructura que los individuos crearían sin tener conciencia de ello, al
perseguir sus fines particulares. En la búsqueda individual del lucro los
hombres – guiados por la mano invisible- van conformando a través del mercado
una estructura donde el comportamiento individual egoísta redunda en bienestar
general.
La obra de Adam Smith habla de un orden social natural, cuya
base es la división social del trabajo. La existencia de una clase de
capitalistas dueños de los medio de producción beneficiaba a todos. El progreso
era tan natural como el capitalismo. La base de este orden natural era la
división social del trabajo. Muy pronto, los resultados sociales del
capitalismo demostraron ser muy distintos de los que Smith pronosticaba.
El liberalismo jurídico – político nace en Gran Bretaña; en
el siglo XVII. John Locke es su fundador y el principal ideólogo de la
revolución inglesa de 1688; la monarquía parlamentaria, el estado
representativo encontrará en este médico el fundamento teórico de su
legitimidad.
Partiendo del estado de naturaleza en el que se encuentran
los hombres que es de igualdad y libertad para ordenar sus actos y disponer de
sus propiedades y sus personas como mejor les parezca, dentro de los límites de
la ley natural. Dicha ley coincide con la razón y ensaña que siendo iguales e
independientes nadie puede dañar a otro en su vida, libertad o posesiones. A
fin de ejecutar la ley natural e impedir que los hombres atropellen los
derechos de los demás y se dañen recíprocamente, es preciso castigar a los transgresores
con un castigo tal que impida su violación. Los hombres superan el estado de
naturaleza a través de un pacto por el cual todos acuerdan formar una sola
comunidad y un solo cuerpo político.
“En esta medida, las dos matrices liberales eluden la desigualdad
que genera el poder económico –por lo demás, no concebido como poder sino como
derecho- y afirman una total independencia entre la economía y la política. Los
individuos sólo se vinculan en tanto ciudadanos o en tanto propietarios de
bienes intercambiables en el mercado, sin que estas actividades tengan ninguna
relación entre sí: la igualdad jurídica y política de los ciudadanos no se ve
afectada por eventuales diferencias ligadas con su actividad económica” .
La matriz de pensamiento marxista a grandes trazos critica
al liberalismo demostrando la falacia de considerar al hombre solo como
ciudadano tal como aparece en el sistema político y en el espacio de las
relaciones de circulación e intercambio, en el mundo de la igualdad y la
libertad desconociendo al productor que remite a la lógica de la desigualdad
del sistema de producción constituido.
2.La Ilustración, y otras ideas a través del Tiempo en
América Latina.
La historia de América Latina es una historia de
antagonismos, de concepciones del mundo y prácticas culturales distintas, a
veces irreconciliables.
Alcira Argumedo habla de las clases subordinadas de América
Latina que constituyen el sustrato de una cultura popular heterogénea, de
múltiples vertientes y amalgamas, que estaba lejos de sentirse expresada por
ideas euro céntricas absorbidas por las capas dominantes de origen
blanco.
Heterogeneidades sociales y culturales, conformaciones
nacionales azarosas – estructuras durante el conflictivo proceso de la
independencia y las luchas entre proyectos autonomistas y las alternativas
neocoloniales”
Todo esto diagrama un cuadro de sociedades con gran
complejidad interna y agudas diferencias entre sí, que contrasta con la
sincronía manifestada por las realidades políticas latinoamericanas a lo largo
de su historia.
Sociedades duales, porque conviven fuerzas diferentes, por
un lado, las que provienen del interior, que respetan las autonomías, los
sentimientos, la identidad, la integración étnica, social y cultural, y por
otro lado, las fuerzas europeizantes, vinculadas a los intereses externos.
Estas otras ideas constituyen un cuerpo teórico que se arraiga en las
identidades y los sectores subordinados y mayorías populares, que irán
conformando una “matriz autónoma de pensamiento”
El impacto de la Ilustración en América Latina se manifestó
a través de los grupos minoritarios urbanos de clase media. Las corrientes
ideológicas ligadas al liberalismo y los principios políticos relacionados con
la soberanía popular y el racionalismo tuvieron influencia y buen arraigo en la
vida de los grupos sociales “privilegiados” o élites, mientras que las ideas
vinculadas a la tradición, las experiencias cotidianas, las costumbres, cierto
nacionalismo, se arraiga en sectores populares y de clase media.
Otras corrientes de pensamiento, en cambio, como las
vertientes del marxismo intentaron construir consensos masivos en
Latinoamérica, pero tuvieron limitaciones para comprender los rasgos originales
y su complejidad cultural. El socialismo llegó a América Latina como
“especulación filosófica” y como análisis “histórico-social”
Las condiciones histórico-sociales en que había surgido el
socialismo en Europa no eran las mismas en Latinoamérica, sobretodo por la
ausencia de un proletariado industrial y la falta de condiciones objetivas para
pensar en un cambio en la estructura económico-social. Estas ideas arraigaron
sobretodo en pequeños grupos de obreros, enlazados en la lucha sindical.
A lo largo de su historia se han ido construyendo
alternativas frente a la modernización impuesta desde Occidente, alternativas
de pensamiento autónomo desde un sujeto colectivo, fragmentos sociales, rico en
expresiones culturales. En este sentido, Bolívar, Martí, Artigas, Mariátegui y
otros pensadores latinoamericanos remarcan la original composición de nuestros
pueblos.
A poco tiempo de cumplirse el Bicentenario y reflexionando
sobre él, tanto A. Roig como A. Argumedo sostienen que, hoy en América Latina y,
más allá de las diferencias científicas y tecnológicas, se vive una encrucijada
similar a la de la época de la emancipación. Será, tal vez, porque a principios
del siglo XIX y con las ideas de la Ilustración, del liberalismo, de Rousseau
que fueron incorporadas críticamente por las vertientes populares
latinoamericanas desde sus propias tradiciones, creencias y valores como la
solidaridad, la cooperación, la reciprocidad y un fuerte sentido comunitarista,
todavía nos resta conseguir la independencia. Las “otras ideas” en América
Latina se relacionaron y conjugaron con las de la Ilustración en contraste con
el individualismo que predominaban en ellas.
Trataremos de exponer aquí un paralelo entre esas ideas y
sus procesos históricos, hoy, que también la resistencia popular vuelve a
manifestarse bajo nuevas formas con el mismo espíritu libertario “imponer en
nuestro territorio esa ley de leyes, la igualdad como decía Bolívar y
“construir una integración continental autónoma que garantice nuestra dignidad como
pueblos libres”
Así para esta realidad que vivimos retomamos una pregunta
clave que hace Argumedo en su libro: ¿cuáles son las verdades y los fundamentos
inapelables que justifican privilegios desmedidos al precio del sufrimiento de
miles de millones de hombres, mujeres y niños; de más de dos tercios de la
población del planeta? o como explicitó en sus clases: ¿quiénes son los seres
humanos integrales? ¿cuáles son sus derechos?
Responder estas preguntas implica recuperar la potencialidad
teórica de ideas de las clases populares latinoamericanas trayendo del olvido
algunos pensadores que, en general, no son reconocidos desde los claustros
académicos. Reivindicar el valor teórico y conceptual, es decir, la existencia
de una matriz de pensamiento latinoamericano con perfiles autónomos frente a
las principales corrientes filosóficas y científicas.
Comparando a Kant con Tupac Amaru (Jose Gabriel
Condorcanqui).
Kant sostenía ““el pueblo de los americanos no es
susceptible de ninguna forma de civilización. No tiene ningún estímulo, pues
carece de afectos y pasiones. Los americanos no sienten amor y por eso no son
fecundos. Casi no hablan, no se hacen caricias, no se preocupan de nada y son
perezosos… incapaces de gobernarse, están condenados a la extinción.-
Tupac Amaru decía “Aquí no hay sino dos culpables: tú,
por oprimir a mi pueblo y yo por querer liberarlo”
El contraste entre estas dos experiencias políticos
culturales tan disímiles que se procesan en un mismo tiempo histórico permite
señalar muy gruesamente como, en diversas coyunturas críticas equivalentes a la
que en la actualidad estamos transitando, existen interpretaciones teóricas y
políticas profundamente diferenciadas, si se consideran por un lado las
perspectivas de los grandes países de Occidente, asimiladas por ciertas capas
sociales e intelectuales de América Latina y, por otro, las vertientes que se
ligan con las masas populares del continente.
De este modo podemos realizar un ejercicio de comparación
entre la problemática y las ideas rectoras de diferentes autores occidentales y
sus contemporáneos latinoamericanos en algunos momentos clave de la Historia.
En los mismos años en que Kant se preguntaba ¿qué es la
Ilustración? Tupac Amaru moría descuartizado por liderar la rebelión indígena.
El núcleo principal de la filosofía kantiana es el libre pensar del hombre sin
tutelas, sobre todo sin tutela religiosa.
Para Kant ese pueblo americano era incapaz de alguna forma
de civilización, sin embargo, en ese tiempo se protagonizaba el más decisivo
levantamiento de masas populares de América del Sur encabezado por Tupac Amaru
y Julián Tupac Catari que enfrentaron la expoliación porque:
“Nos oprimen en los obrajes, cañaverales, cocales, minas y
cárceles de nuestros pueblos, sin darnos libertad … nos recogen como a brutos y
ensartados nos entregan a las haciendas para labores”
La resistencia fue aniquilada pero no las identidades
sociales, las creencias y los valores que la sustentaron. Tupac Amaru había
presentado tres años antes de la insurrección, un escrito ante la Audiencia de
Lima reclamando justicia frente a los privilegios mineros que “conservan la
mita para abusar del trabajo de los indios, aunque éstos se mueran”; denunciaba
que eran explotados “más que esclavos”. En la rebelión Tupac Amaru, intentó
amalgamar a criollos, negros, mestizos e indios en una sola nación.
Romero citado por Alcira Argumedo sostiene que las ideas de
la Ilustración se elaboraron despaciosamente en Europa a través de múltiples
experiencias … solo después de tan larga elaboración, el pensamiento burgués y
racionalista logró integrarse en un sistema no solo de gran coherencia sino
también de creciente simplicidad…
Este sistema de la Ilustración en América Latina se
manifestó a través de los grupos minoritarios urbanos de clase media.
El punto de vista popular de América Latina recupera los
relatos de las alteridades excluidas por las corrientes eurocéntricas. Impone
el reconocimiento del otro históricamente menospreciado, de los significados y tradiciones
que alimentan la “visión de los vencidos”, “la otra cara de la conquista”.
Debemos decir que el paradigma de la Ilustración se muestra
incapaz de explicar todos los fenómenos sociales procesado contemporáneamente,
en efecto, mientras Kant se planteaba ¿qué es la Ilustración?, ese pueblo
americano supuestamente incapaz de forma alguna de civilización, carente de
afectos y pasiones, (según el propio Kant) protagonizaba el más decisivo
levantamiento de las masas populares de América del Sur – indígenas, mestizos,
negros, mulatos, zambos, criollos pobres- encabezadas.. por Tupac Amaru II y
por Tupac Catari.
“Se ve claramente el contraste entre estas dos experiencias
político – culturales tan disímiles, y aquí esta la respuesta, en cuanto a que
se procesan en un mismo tiempo histórico y permiten señalar muy gruesamente,
como diversas coyunturas críticas equivalentes a la que en la actualidad
estamos transitando, existen interpretaciones teóricas y políticas
profundamente diferenciadas, si se consideran por un lado las perspectivas de
los grandes países de Occidente, asimiladas por ciertas capas sociales e
intelectuales de América Latina y, por otro, las vertientes que se ligan con
las masas populares del continente.
En este sentido, consideramos que no existen marcos teóricos
“inocentes” en sus consecuencias y vinculaciones políticas. “
Se resalta la necesidad de recuperar el potencial teórico
autóctono contenido en el pensamiento Latinoamericano, como las propuestas de
los grandes líderes, proyectos de resistencia, expresiones de la trama
cultural, y otras manifestaciones.
Las dificultades de “traducción” de las alternativas
europeas están a la vista por las mutaciones que sufre el pensamiento de
influencia rousseauniana al ser absorbido por los movimientos independentistas,
como los casos de Artigas y Bolívar, o la incapacidad del marxismo para
expandirse entre las grandes masas del continente.
La respuesta es por lo tanto la estructuración de una
concepción autónoma de orientación nacional y popular – con sus múltiples
facetas- al decir de Argumedo se acompañaron de fuertes consensos e intensas
movilizaciones de las mayorías sociales.
En síntesis podemos decir que debemos poner el énfasis en el
pensamiento propio por lo difícil que resulta la traducción del pensamiento
europeo de cualquier índole.
Partimos de la base de que “Kant ignoraba que ya en el siglo
I, cuando las tribus nómades de sus antepasados germanos se acercaban recién a
las costas del mar Báltico, más de doscientos años antes de que llegaran al
Imperio Romano, la civilización mochica en América, había desarrollado una fina
artesanía de joyas. “Cabe recordar que, hacia esa época, también otras culturas
americanas como la maya o las de Tiahuanaco y Teotihuacan, habían alcanzado
altos niveles de esplendor”. “
Es por esto que solo podemos pensar en que el pensamiento
latinoamericano se tiene que reinterpretar a sí mismo, se tiene que
resignificar, no partiendo del eurocentrismo iluminista o liberal sino de sus
propias ideas que son las que consiguieron mayor consenso popular en el
continente.
Bolívar, San Martín, Martí, Fernández Retamar, Gaos, Zea,
Salazar Bondi, todos los pensadores, el mendocino Roig y Dussel pueden sernos
útiles para pensarnos desde Latinoamérica por encima de cualquier otra
interpretación eurocentrista.
“La intensa vida de Simón Bolívar, sus triunfos
deslumbrantes y el dolor agudo de los fracasos, la pasión por construir una
gran nación americana y la frustración ante ese sueño que se desintegraba
mientras la tuberculosis carcomía su propio cuerpo, reflejan la complejidad
social y política de América Latina.”
Comparando “vidas paralelas”. Hegel y la restauración
europea. Bolívar, Artigas, Hidalgo y Morelos y la emancipación americana.
En el mismo período que Hegel va madurando su sistema
filosófico, Simón Bolívar lidera la epopeya de la emancipación.
Hegel piensa y escribe en los reinos germanos que aún no han
logrado reunificarse y escribe en 1821 su libro “Líneas fundamentales de la
Filosofía del Derecho” en el cual expone su opinión crítica sobre el concepto
contractualista del Estado que había paralizado a los alemanes por las
dificultades del individualismo para constituirse como cuerpo nacional
unificado y democrático.
Sostiene que la libertad individual es realización de una
unidad superior al accionar individualista, entonces, no puede ser el Estado
una simple derivación de un contrato para la protección de la vida y la
propiedad individual. Para él la Historia aparece como una lucha entre las naciones
que mostrará a algunos pueblos en posición dominante y a otros en condiciones
subordinadas.
El “Espíritu universal” se despliega, dice, en un doble
movimiento: el aspecto sincrónico mostrará la existencia de ciertas configuraciones
históricas particulares, irrepetibles, un conjunto de formas culturales, como
las costumbres, la religión, el derecho, la filosofía, el arte, el comercio que
tienen en común el espíritu que rige en ellas. Por otra parte, una visión
diacrónica indica que cada configuración histórica corresponde a un pueblo, que
es la expresión más elevada en una determinada etapa del desarrollo del
Espíritu hacia formas de conciencia que lo van acercando hacia su realización
absoluta.
Ante la necesidad del enfrentamiento entre las naciones para
desarrollar el Espíritu Universal, Hegel reformula la idea de derecho político
externo y de la guerra justa otorgando legitimidad a la confrontación por el
predominio mundial y a la expansión colonial. Según esto, existen motivos
internos para que determinadas sociedades se sientan impulsadas a expandir su
poder pero, esa expansión conlleva a su vez una virtud misionera. En este
aspecto Hegel juzga a América fundamentándose en tradiciones antiamericanistas
europeas que ya habían influido en Kant, como cuando dice: “Los aborígenes
americanos son una raza débil en proceso de desaparición. Sus rudimentarias
civilizaciones tenían que desaparecer necesariamente a la llegada de la
incomparable civilización europea. Y así como su cultura era de calidad
inferior, así quienes siguieron siendo salvajes lo fueron en grado sumo: son
las muestras más acabadas de la falta de civilización …
A los europeos les tocará hacer florecer una nueva
civilización en las tierras conquistadas… Mansedumbre e inercia, humildad y
rastrera sumisión frente al criollo y más aún frente al europeo, son el
carácter esencial de los americanos, y hará falta un buen lapso de tiempo para
que el europeo consiga despertar en ellos un poco de dignidad”
Como incapaces de alcanzar cualquier forma de civilización,
los americanos serán también impotentes para ser protagonistas de la Historia,
esa parte de la humanidad se considera no-histórica porque “la mnemosina de la
historia no dispensa su gloria a los indignos”
Para Hegel el desarrollo del espíritu universal deja de lado
America que junto con Africa y las islas del pacifico son pueblos “naturales”
para quienes la potencia (dynamis) que en el hombre de occidente se transformó
en energía creadora, se resuelve sin mas en impotencia.
La influencia de Kant en Hegel es clara y no creían capaces
de civilización a nuestros pueblos latinoamericanos.
Sin embargo en un mundo signado por el retroceso de la
revolución francesa y por la restauración conservadora europea, Simón Bolívar
va a formular las coordenadas de una matriz autónoma de pensamiento que habría
de recuperar los relatos de resistencias a la expoliación colonial.
La emancipación americana
Simón Bolívar nace en una época de cambios.
América del Norte se había independizado de Gran Bretaña. En
Francia se producían las primeras agitaciones previas a la Revolución Francesa.
Las ideas de los filósofos del Iluminismo se habían difundido en todo el mundo
(Voltaire, Montesquieu, Rousseau). Los Borbones comenzaron a dar algunas
libertades, que alimentaban sentimientos de nacionalismos en la burguesía por
el país en el que vivían y no por España. Hacia fines del siglo XVIII muchos
criollos ricos e instruidos concebían concretas aspiraciones de reformas.
Bajo la influencia de Simón Rodríguez, que fue su maestro,
albergó ideas de liberalismo, democracia, libertad y de igualdad. Se impresionó
con las victorias de Napoleón, a quien admiraba profundamente. Bolívar comenzó
a sentir la necesidad de conducir a su pueblo hacia la libertad y así se
convierte en jefe de un grupo revolucionario.
Bolívar formula las coordenadas de una matriz autónoma de
pensamiento que recupera los relatos de resistencias a la explotación colonial,
tanto en las Cartas de Jamaica (1815) como en el Discurso de Angostura (1819).
A pesar de sus contradicciones profundiza su convicción de que es necesario
reivindicar a las masas oprimidas como condición para garantizar la
independencia, dice en el Discurso: “sólo la democracia, en mi concepto, es
susceptible de una absoluta libertad…
Se han establecido las garantías más perfectas : la libertad
civil en la verdadera libertad… se ha garantizado la seguridad personal … En
cuanto a la propiedad ella depende del código civil que vuestra sabiduría
debiera componer para la dicha de vuestros conciudadanos…He conservado intacta
la ley de las leyes, la igualdad, sin ella perecen todas las garantías”
(Discurso ante Congreso Constituyente de Bolivia, 1826)
Dirá Bolívar
Deseo mas que otro alguno ver formar en América la más
grande nación del mundo, menos por su extensión y riqueza, que por su libertad
y su gloria … (Cartas de Jamaica, 1815).
Para atraer a las oligarquías criollas, hará concesiones, pero
también estará convencido de la abolición de la esclavitud, de incorporar
estrato indígenas, negros y mestizos en un nuevo ordenamiento social que les
garantice “la ley de leyes, la igualdad”. Por ejemplo el proyecto de educación
popular que intentará implantar Simón Rodríguez es un hecho concreto de la
dignificación de os sectores más desprotegidos.
“Consciente del carácter desvastador del período colonial
para America, Bolívar evoca en el Perú la Historia de Garcilaso de la Vega y la
destrucción de las Indias de Bartolomé de las Casas. Y si bien es posible que
tales textos tuvieran un significado mas profundo para las masas indígenas, la
reivindicación de esos patrimonios y esas culturas implicaba el reconocimiento
del carácter verdaderamente humano de aquellos a quienes mas legítimamente les
pertenecían; algo que entre los sectores privilegiados no iba a ser fácilmente
aceptado. Por que los herederos criollos de la “gente de razón” que había
sustentado al imperio hispánico no estaban dispuestos a considerar como iguales
a los indios, negros, mestizos, mulatos; esos amentes a quienes Bolivar
pretendía integrar en la Nación Americana”.
Queda claro que mientras en Europa se producía un período de
restauración conservadora en América Latina el proceso de emancipación liderado
por Bolívar y antes por Francisco de Miranda pretendía incluir a los siempre
excluidos.
Hidalgo y Morelos.
Por su parte, en México el cura Miguel Hidalgo y José Maria
Morelos representaron las voces de la insurgencia protagonizadas por los
campesinos y los trabajadores mineros. El “grito de Dolores” pronunciado por
Hidalgo en setiembre de 1810 convocaba a luchar por la independencia en nombre
del rey y de la virgen de Guadalupe; la radicalización del movimiento llevó a
los criollos ricos a establecer una alianza con los españoles para defender sus
intereses.
Derrotada en pocos meses tras la captura y el fusilamiento
de Hidalgo en julio de 1811, el eje de la revolución se trasladaría hacia el
sur, Morelos incluye en su programa la independencia bajo la forma republicana
de gobierno, la supresión de diferentes castas y la división de las grandes
propiedades rurales.
Estos postulados articulan con versiones cristianas de
aquellos como los franciscanos que intentan una relación distinta con los
pobladores autóctonos, con las palabras de Bartolomé de las Casas, cristo
pobre, cristo indio, la Virgen de Guadalupe, las vírgenes morenas y negras.
ARTIGAS
Durante estos años, en la banda oriental del Río de la Plata
el movimiento artiguista será la expresión más claramente popular de las
políticas que inicialmente promueven el proceso de emancipación.
José Artigas que aportó a la construcción del pensamiento
latinoamericano por el contenido revolucionario del programa que propuso en Uruguay,
como defensor de la soberanía popular, la autodeterminación de los pueblos y la
libertad.
Era partidario del régimen federal para organizar la región
del Río de la Plata después de la independencia. Su visión se opuso al
unitarismo de la oligarquía bonaerense. Desde el punto de vista de los
patricios, Artigas fue un anarquista.
Partidario de la república, tenía ideas autonomistas. Uno de
los documentos más ricos que escribió fue el Reglamento Provisorio de 1815,
donde sienta las bases para una sociedad más justa, sobre la repartición de
tierras fiscales entre los negros, indios y los más desfavorecidos de la
sociedad. Su espíritu revolucionario se enfrentó al patriciado de su tiempo,
los ilustrados, quienes buscaban el beneficio del mercado exterior en un mundo
liberal y civilizado. Mientras Artigas pensaba en la unidad rioplatense a
partir de una democracia igualitaria.
Constituir la comunidad según Artigas es dar primero vida
política a los pueblos. La nación era una entidad con conciencia y voluntad
política para llegar gradualmente al Estado a través de la participación en
cabildos.
La unión federal era el segundo paso tanto en el plano
político como el económico, favoreciendo la integración y la igualdad. Con
medidas concretas intentó dar fomento a la industria artesanal local,
imponiendo un impuesto sobre aquellas mercaderías introducidas desde afuera,
que perjudicaran a las propias.
Pero la reacción de los ricos patricios fue en contra, ya
que se veían amenazados por el igualitarismo social que Artigas quería
implementar. Su final, como la de otros tantos pensadores libres, fue en el
exilio, en la pobreza y el olvido.
Artigas aprehendió la singular escala de valores y coordenadas
espirituales de aquel mundo tumultuario: la ética gaucha de la libertad como
dato inmediato de la conciencia fundada en la irrestricta condición igualitaria
de aquellos para quienes “naides era mas que naides”; la estética del peligro…
la tradición payadoril de las hazañas de la intrepidez y de la astucia…
Fundamento único del reconocimiento colectivo del señorío individual; la
concepción mítico religiosa del universo y de la vida, expresada en la
coexistencia antagónica de la bondadosa paternidad de dios y la oscura fuerza
de mandinga y condicionada por el conjuro y la comunicación simpática de una
magia elemental ejercida, en dispar proporción, por el sacerdote y el fraile,
el brujo, el curandero y el manosanta”.
Artigas pretendía que los mas infelices sean los más
privilegiados, reivindicar a los aborígenes se esboza una propuesta de estado
como propulsor y garante de los derechos de los ciudadanos, integrantes del
pueblo, entendido en sentido abarcador, sin exclusiones étnicas y sociales. El
pensamiento de Artigas era sin dudas el de un adelantado a su tiempo.
Weber y Martí.
En mayo de 1865 Max Weber inicia su carrera académica en la
Universidad de Friburgo con la exposición sobre “El Estado Nacional y la
política económica alemana”, siguiendo las tendencias nacional-liberales con
vocación expansiva que buscaban la consolidación capitalista y la unidad social
de la nación bajo predominio burgués, Weber va a desarrollar el más sofisticado
planteo crítico que el pensamiento político liberal le hiciera al marxismo.
Con respecto a America Latina Weber entiende que debe
existir un protectorado o cualquier forma análoga, esta tendencia imperialista
se justifica en que Inglaterra, Francia y Alemania verían disminuido su
capacidad adquisitiva inclusive para los productos internos lo cual influiría
desfavorablemente en el mercado de trabajo, esto si no existieran la ocupación
política o la sujeción al poder político europeo.
Para Weber la sociedad se entiende como acciones
individuales, entonces el Estado mantiene el monopolio de la fuerza pública, es
el aparato burocrático, es el medio organizado racionalmente en función de los
fines que han de ser determinados por quien ocupe el poder.
Las corrientes postmarxistas presentan puntos de contacto con
el pensamiento weberiano, enmarcada en nociones de fragmentación social y
contractualismo, a partir de la acción individual.
Weber analiza el tema de la dominación, y dice que se
manifiesta y funciona en forma de gobierno
En tal régimen, las funciones de gobierno se transmiten
simplemente mediante un sistema de turnos o se ejercen mediante suertes o por
elección directa durante un breve período, reservándose a los miembros de la
comunidad todas las decisiones importantes y correspondiendo a los funcionarios
sólo la preparación y ejecución de las disposiciones. Por eso afirma que el
régimen de dominación directa es inestable en cualquier parte donde se
manifieste.
En sus escritos políticos Weber analiza las posibilidades de
Alemania como potencia y sus relaciones con otros estados poderosos de Europa.
Concluye que sólo el equilibrio recíproco de las grandes potencias garantiza la
libertad de los pequeños estados. La política es entendida como articulación y
construcción de hegemonía, por lo tanto es autónoma con respecto a la economía.
Para analizar los fenómenos de la distribución del poder dentro de una
comunidad utiliza las categorías de clases, los estamentos y los partidos.
“Precisamente, la idea de espacios diferenciados de distribución del poder sin
vinculación entre sí, fue una de las claves de la crítica weberiana al
marxismo; ya que con referencia al poder económico, proponía hablar de
situaciones de clase, sin contradicciones necesarias entre sí, mientras en
otras áreas se procesan la política o el prestigio, junto a los cuales
existirían innumerables y variadas formas de asociación”
En el mismo mes de 1895 en que Weber exponía sus ideas en
Friburgo muere José Martí en el combate de Dos ríos, peleando por la
independencia de Cuba. Martí tendrá una visión distinta de la problemática
nacional: “Trincheras de ideas valen más que trincheras de piedra…Le está
naciendo a América, en estos tiempos reales, el hombre real… Ni el libro
europeo ni el libro yanquee daban la clave del enigma hispanoamericano” (Martí,
Nuestra América, 1891)
Martí crea una matriz autónoma de signo nacional y popular
para gobernar el pueblo de los hombres naturales, donde se inserten ideas del
pensamiento universal pero que su tronco sea latinoamericano. El sustento
principal de su pensamiento fue la pasión por un continente igualitario y
soberano, de pueblos hermanados, donde puedan sintetizarse en objetivos comunes
las diferencias raciales y culturales.
Para Martí el buen gobernante de América no es el que sabe
como se gobierna el alemán o el Frances sino el que sabe con que elementos está
hecho su país…
La década infame europea y latinoamericana, Marx /
Mariátegui
El triunfo de la revolución Rusa evidencia la posibilidad de
destrucción del capitalismo y motoriza una reformulación en las realidades
políticas de los principales países europeos.
La revolución industrial y los cambios operados en Europa
occidental a comienzos del siglo XIX marcan una época de expansión en el capitalismo
mundial. En este contexto, aparece el análisis crítico de Karl Marx sobre la
economía política.
Carlos Marx y Federico Engels plantean una crítica radical a
la ideología y a la sociedad burguesa en sus más relevantes aspectos y
desarrollan una versión teórica que intenta superar el pensamiento liberal
expresado en la filosofía, la política y la economía, partiendo de una
interpretación de la naturaleza humana originaria y de la historia de la
humanidad, que considera al hombre como ser social.
La teoría marxista parte de la concepción del hombre como
ser social, diferenciándose del liberalismo, ya que el origen de la desigualdad
en la sociedad capitalista está en la propiedad privada de los medios de
producción.
Otro punto es la crítica ha considerar al hombre como
ciudadano, desconociendo al productor, el productor remite a la desigualdad del
sistema de producción.
Marx habla de la extracción del plusvalor, la plusvalía.
Reconoce como factores condicionantes de la evolución histórica las necesidades
materiales de subsistencia, la producción de medios para satisfacerlos y la
familia, como primer ámbito donde se produce la división del trabajo. Esta
primera división de tareas alcanza su grado máximo con la separación del
trabajo espiritual del material.
La naturaleza humana originaria constituye uno de los
núcleos esenciales de la teoría marxista de la historia.
Parte del concepto de que la sociedad es una resultante
histórica de un determinado desarrollo social. En la Introducción a la Crítica
de la Economía Política, Marx señala: “individuos que producen en sociedad, o
sea la producción de los individuos socialmente determinada; este es
naturalmente el punto de partida. El cazador o el pescador solos y aislados,
con los que comienzan Smith y Ricardo, pertenecen a las imaginaciones
desprovistas de fantasía que produjeron las robinsonadas del siglo XVIII….
Cuando más lejos nos remontamos en la historia, tanto más aparece el individuo
como dependiente y formando parte de un todo mayor: en primer lugar y de una
manera todavía muy enteramente natural, de la familia y de esa familia ampliada
que es la tribu, de las comunidades en sus distintas formas resultado del
antagonismo y de la fusión de las tribus. Solamente al llegar el siglo XVIII
con la “sociedad civil”, las diferentes formas de conexión social aparecen ante
el individuo como un simple medio para lograr sus fines privados, como una
necesidad exterior…”
Las fuerzas productivas de todas las etapas históricas han
plasmado una formación social, la sociedad burguesa, sobre la que se asienta el
Estado y la ideología de clase dominante. El Estado se instituye para defender
el interés común. Así, la sociedad es concebida como formación colectiva que se
va a ver encarnada por el proletariado, que producirá el quiebre entre las
formas capitalistas y una nueva organización. Marx habla del proletariado
industrial como el sujeto social que contiene la virtualidad de formular el
único conocimiento válido. Marx dice que para que una clase logre la dominación,
es necesario conquistar el poder público. Pero el Estado debe intervenir para
que los intereses particulares no choquen entre sí. Ha sido siempre la
consecución del poder económico lo que ha hecho surgir en una clase la idea de
su candidatura a la dirección política.
En este pensamiento se puede entender que la política y la
economía están íntimamente relacionadas, ya que las relaciones de producción
que se establecen en la sociedad influyen en los comportamientos políticos de
la misma. A diferencia de las matrices del liberalismo jurídico, para la cual
la política está desvinculada de la esfera económica, y el liberalismo
económico, que afirma que la política es dependiente de los procesos
económicos.
El concepto de estructura es otro aporte importante de la
teoría marxista, que permite el estudio de los problemas desde un ángulo
totalizador o global. Analizar los problemas desde un ángulo totalizador
implica el abandono de la lógica tradicional que atomiza para entrar en la
lógica dialéctica que totaliza, es decir, “descubrir la ley económica que
preside los movimientos de la sociedad moderna”.
No es la conciencia del hombre la que determina su ser sino,
por el contrario, el ser social es lo que determina su conciencia.
Mariátegui
Mariátegui sostenía que en Perú las clases trabajadoras son
cuatro quintas partes indígenas por lo tanto nuestro socialismo no sería pues
Peruano – ni siquiera socialismo- si no se solidarizase, primeramente, con las
reivindicaciones indígenas.
Así, el pensamiento de Mariátegui se refleja en lo que éste
manifestara en 1927: “…de la confluencia o aleación de “indigenismo” y
socialismo, nadie que mire al contenido y a la esencia de las cosas puede
sorprenderse. El socialismo ordena y define las reivindicaciones de las masas,
de la clase trabajadora. Y en el Perú las masas –la clase trabajadora- son en
sus cuatro quintas partes indígenas. Nuestro socialismo no sería, pues, peruano
–ni sería siquiera socialismo- si no se solidarizase, primeramente, con las
reivindicaciones indígenas. En esta actitud no se esconde nada de oportunismo.
Ni se descubre nada de artificio, si se reflexiona dos minutos en lo que es
socialismo. Esta actitud no es postiza, ni fingida, ni astuta. No es más que
socialista…” (J.C. Mariátegui, Mundial, Lima, 25 de febrero de 1927).
Como referentes de las dos principales corrientes políticas
populares del Perú, Haya de la Torre y Mariátegui comparten sustratos comunes y
durante una etapa encuentran convergencias en sus planteos acerca de los
problemas fundamentales del país.
Mariátegui apeló a la comprensión de la estructura
económica, las relaciones sociales de explotación, realiza un esbozo de las
clases sociales.
Mariátegui arribó a excelentes concreciones teóricas de manera
autodidacta. La comprensión materialista de la historia expresa el síntoma
distintivo de este aprendizaje, la capacidad desplegada para la interpretación
de las tendencias del ciclo histórico universal de principios del siglo XX, la
prolífica comprensión de lo latinoamericano y de la realidad continental y
peruana.
Mariátegui rastrea la historia, desde una postura marxista,
al estudio de la realidad peruana.
Para el peruano el problema de la revolución socialista era
el de la solución de los conflictos económicos, la superación de la lucha de
clases y la emancipación de una clase de contenido universal como el
proletariado. Asumió consecuentemente la necesidad de la dictadura del
proletariado como la organización capaz de encauzar el movimiento real de
transformaciones sociales que condujeran a la emancipación universal de los
hombres.
Mariátegui aparece en su época, como un organizador del
proletariado, una preparación que lo llevó a sentar las bases del sindicalismo.
Colaboró en la organización y constitución de los sectores sindicales. El
camino que propone para este proceso es precisar, primero, la posición
ideológica y política, luego forjar la estructura orgánica. Desde su concepción
de la clase proletaria, tenía un método para trabajar, el materialismo
dialéctico, desde donde parte para su análisis de la sociedad.
Mariátegui tenía claras diferencias en sus concepciones
acerca de las formas de construcción política con Haya de la Torre y el APRA,
también de las orientaciones del proceso de transformación revolucionaria que a
partir de 1928 comenzarían a distanciar sus historias.
La mirada de Mariátegui no sólo era innovadora respecto de
las relaciones sociales “…sino también de un nuevo enfoque de la historia y la
cultura peruanas. De estas definiciones en torno del problema indio, y las
polémicas entre socialistas y apristas, surgió la declaración de Amauta como
revista socialista en septiembre de 1928. Y comenzó a delinearse el proyecto de
socialismo indoamericano que implicaba no sólo una transformación de las
condiciones materiales de existencia sino también una radical modificación de
las relaciones intersubjetivas…”
A pesar de su temprana muerte en 1930 las ideas fuerza y los
planteos desplegados en esa especial coyuntura peruana, enriquecen el legado
sociocultural de las mayorías sometidas y marcan un hito del pensamiento
latinoamericano que nutrirá los nuevos intentos revolucionarios de los años
sesenta y setenta.
En estas manifestaciones del pensamiento latinoamericano
mencionadas, aparecen las ideas de pueblo, ciudadano y democracia, vinculadas a
las distintas concepciones que se construyen sobre la sociedad y la naturaleza
humana.
Así, el significado de pueblo está cargado de un sentido
distinto, al que, por ejemplo, proponía el liberalismo jurídico, concebido por
Locke, para quien el pueblo estaba constituido por los hombres libres e
iguales, que excluía a muchos sectores que por distintas razones no podían
constituirlo, como la raza, religión o riqueza. El pueblo, para estos pensadores,
está formado mayoritariamente por los indios, gauchos, mestizos, mulatos y
negros, además de otras capas de la sociedad más favorecidas, pero igualmente
comprometidas con un proyecto liberador y de equidad social.
3.- Argentinos y Latinoamericanos y nuestro rol en este
contexto
Las tendencias del capitalismo están gestando niveles de
polarización socioeconómica que ponen en grave riesgo el equilibrio del sistema
global.
Debemos intentar modelos de sociedad y Estado que, frente a
las condiciones de miseria de las clases mayoritarias, impulsen un proceso de
dignificación social equivalente a la abolición de la esclavitud y de la
servidumbre.
1.- Proponer una democratización de todos los espacios de la
vida nacional, de la política, de los sistemas de propiedad y control, de los
recursos estratégicos, de la educación, salud y bienestar, del consumo, de las
comunicaciones y la información, del desarrollo científico – técnico, de la
formación de profesionales; del acceso a las diversas manifestaciones del
conocimiento.
La ofensiva neoliberal del Norte frente a los reclamos y las
demandas del Sur – que en América Latina se inicia con las dictaduras militares
sincrónicas de los setenta y culmina con las imposiciones también sincrónicas
del Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial en los ochenta y noventa –
ha generado una grave y extendida desarticulación de estas sociedades que se
tradujo en el debilitamiento de la capacidad de respuesta de las capas sociales
excluidas y en comportamientos políticos erráticos.
Las políticas iniciadas en 1976, con la dictadura y
mantenidas en el último cuarto del siglo XX, definieron los rasgos principales
de una nueva Argentina: economía abierta a los fluctuantes capitales financieros,
fuerte endeudamiento estatal, destrucción del aparato productivo, altas tasas
de desocupación, desempleo generalizado cuando despidieron a los empleados de
las empresas estatales que fueron rapiñadas y entregadas al capital extranjero
con importantes coimas de por medio para los gobernantes.
El proceso militar fue decisivo para destruir todo tipo de
resistencia y permitir que luego el Menemismo destruyera el aparato estatal
prácticamente sin resistencia.
Se produce una alta proporción de poblaciones en estado de
marginación, con trabajadores golpeados por la disminución de sus ingresos y
una desocupación potencial en aumento, con un empresariado nacional de pequeña
y mediana industria acuciado por la compresión de los mercados internos del continente.
Desde estas fracciones sociales, desde los trabajadores
empobrecidos críticamente, desempleados, subocupados, informales, marginados,
que son las clases populares emergentes, deben diseñarse los nuevos modelos de
sociedad y Estado, estableciendo como punto de partida, como eje central de las
propuestas la idea del protagonismo social enmarcado en valores de autonomía y
equidad. Enfatizando la convicción de que todos los latinoamericanos tienen
alma y por lo tanto derecho a una vida digna.
Modelos de Reconversión tecnológica, los países capitalistas
centrales desde fines de los años setenta muestran el éxito inapelable de estos
modelos.
El Japón logró una exitosa reconversión tecnológica en gran
escala, con una desocupación que no supera el 2% y una distribución nacional
del ingreso por el cual el 20% mas rico de la población gana solo cuatro veces
mas que el 20% mas pobre, donde el 90 % de los estudiantes primarios ingresa al
secundario.
Con los nuevos paradigmas productivos no existe un único
camino para su implementación por lo que se pueden diseñar vías claramente
opuestas según los valores políticos culturales que rigen las elecciones.
2.- Es posible definir nuevas formas empresarias sociales e
institucionales que incluyan cooperativas organizaciones autogestionarias o de
cogestión social estatal y universidades insertas en procesos productivos, que
complementan sus tareas de formación profesional e investigación científica,
potenciando los recursos por excelencia que requieren los nuevos paradigmas y
ellas generan: conocimiento transdisciplinario . Educación, salud, seguridad
social y bienestar social comunicaciones e información altamente dinámicos y
descentralizados para habilitar una extensa participación social, modelo de
ello es la Venezuela Chavista.
El conocimiento y la creatividad constituyen factores clave
en los nuevos patrones de desarrollo y su difusión incrementa geométricamente
las potencialidades nacionales y latinoamericanas de decisión autónoma frente a
las opciones tecnológicas o productivas.
Los nuevos tipos de empresas sociales definidas por la
incorporación de patrones tecnológicos y incorporadas a la reconversión
tecnológica según criterios de “tecnología conveniente”, se presentan
especialmente como aptos para una reincorporación en gran escala de
trabajadores expulsados.
El trabajo esta vinculado con la dignidad de la persona y
las personas que no lo consiguen quedan marginadas, es un elemento decisivo, el
trabajo es la prueba de la propia utilidad los muchachos que no encuentran
trabajo empiezan en la delincuencia.
Por lo tanto el papel que hay que jugar es la creación
masiva de empresas sociales de distinto tamaño y orientaciones productivas,
apoyadas técnicamente por las universidades nacionales y los centros de
investigación de los presupuestos fiscales y los sistemas de crédito, solo
recuperando el trabajo empezaremos a recuperar la dignidad y a atacar la
exclusión social y la marginación de importantes capas.
Luego debemos jugar un papel en la integración latinoamericana
complementando economías y regiones naturales como bien sostiene Hernández
Arregui, sobre los antecedentes de una historia común de cinco siglos.
Nuevamente nos convoca la construcción de una gran nación
latinoamericana. Reivindicando al sueño de nuestra América que soñaba Martí:
esa patria inmensa de hombres alucinados y mujeres históricas cuya temeridad
sin fin se confunde con la leyenda.
El papel que deberíamos jugar como Argentinos y
Latinoamericanos es el de una integración sustentada sobre el reconocimiento de
la dignidad de los otros, capaz de respetar y enriquecer las disímiles memorias
y tradiciones populares en una nueva identidad que no las niegue. Porque la
larga experiencia de la humanidad muestra que la incorporación forzada y
despectiva de sectores socio culturales y nacionales dentro de espacios mayores
de pertenencia va produciendo conflictos que actúan en el largo plazo como
factores de degradación.
El papel en la unidad latinoamericana el papel de las
estirpes populares se esta empezando a ver en Bolivia con Evo Morales, en
Ecuador con Correas en Paraguay con Lugo, las estirpes populares de América
Latina, los marginados los vilipendiados como decía Ernesto Guevara , van a
empezar a escribir su propia historia.
“Ahora sí la historia tendrá que contar con los pobres de
América, con los explotados y vilipendiados, que han decidido empezar a
escribir ellos mismos, para siempre, su historia…. Y esa ola de estremecido
rencor, de justicia reclamada, de derecho pisoteado, que se empieza a levantar
por entre las tierras de Latinoamérica, esa ola ya no parará más. Esa ola irá
creciendo cada día que pase. Porque esa ola la forman los más, los mayoritarios
en todos los aspectos, los que acumulan con su trabajo las riquezas, crean los
valores, hacen andar las ruedas de la historia y que ahora despiertan del largo
sueño embrutecedor a que los sometieron.”
Por que como dice Alcira Argumedo las estirpes populares de
América Latina, condenadas a quinientos años de ignominias, han de tener al fin
y para siempre una segunda oportunidad sobre la tierra
BIBLIOGRAFIA
Argumedo, Alcira. 2004. Los silencios y las voces en América
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nacional. Buenos Aires.
Bolivar, Simon. Escritos Políticos. Madrid. Alianza, 1971.
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Mariátegui, J.C. 1982. El alma matinal y otras estaciones
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Romero, José Luis. Latinoamérica Situaciones E Ideologías.
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Romero, L.A. 1994. Breve historia contemporánea de
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Wallerstein, I. 2000. “¿ La globalización o la era de la
transición? Una visión a largo plazo de la trayectoria del sistema-mundo”. En
Casa de la Américas. N. 219. La Habana. Abril-junio 2000. p. 14-15.
Weber, Max. 1985. Escritos políticos. Ed. Gandhi. Buenos
Aires.
*/ Escribe: Pablo Gabriel Salinas
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