Hay un plan de contingencia para actuar ante crecida de ríos y rotura de presas
Domingo, 01 de julio de 2012
Diario UNO San Rafel
El Plan de Acción Durante Emergencias (PADE) coordina tareas con
distintos entes estatales y realiza mapas sobre zonas inundables. Todo
esto se detallará el miércoles una reunión pública.-
El Tigre. Es la presa más pequeña del río Diamante y la más nueva de San Rafael, ya que comenzó a operar en 1983.
San Rafael ha podido regular los ríos Diamante y Atuel para
desarrollar la agricultura, la generación hidroeléctrica y el turismo,
convirtiéndolo en una de las zonas del país con más presas y lagos
artificiales. Ese desarrollo también implica algún tipo de riesgo para
lo cual la comunidad debe estar preparada en casos de incidentes o
inundaciones.
A eso apuntan los planes de contingencias que el 4 de julio a las 9 en el Centro de Congresos y Exposiciones local presentará y explicará en una reunión pública el Organismo Regulador de Seguridad de Presas (ORSEP), donde también se responderán preguntas y despejarán dudas del público.
“La reunión surge porque consideramos necesario concientizar a todos los pobladores sobre aquellos riesgos propios de vivir en una zona con ríos controlados con presas construidas por el hombre”, dijo Noemí Regenahs de Marín, directora de la región Cuyo-Centro de ese organismo.
Estos planes giran en torno a dos hipótesis: una gran crecida inesperada de los ríos y rotura de presas, ya sea originado por una falla, por un artefacto explosivo o un terremoto devastador.
Para ello Hinisa-Hidisa, concesionaria de las centrales hidroeléctricas locales, cuenta con “mapas de inundación” para anticipar cómo afectaría cada zona del departamento de acuerdo a cada tipo de contingencia.
“El concesionario –explicó la funcionaria- ha realizado como un trabajo obligatorio dentro de los pliegos de concesión los mapas de inundación en los que se han contemplado las distintas hipótesis de riesgos”, teniendo en cuenta los presas Agua del Toro, Los Reyunos y El Tigre en la cuenca del río Diamante, y Nihuil, Aisol, Tierras Blancas y Valle Grande sobre el río Atuel.
Además, existe un Plan de Acción Durante Emergencias (PADE) que se actualiza cada año para coordinar acciones con distintos organismos del Estado, como la ORSEP, Bomberos, Policía, Defensa Civil, Irrigación, entre otros.
La ingeniera Regenahs destacó la ventaja de contar con estos instrumentos para prevenir o mitigar incidentes derivados de los diques, a pesar de que “es muy difícil encontrar una noticia en el mundo sobre que se cayó una presa, salvo que haya un efecto externo como un sismo importante o cualquier evento exterior a la presa misma”,
Antes y durante
Esos planes contemplan protocolos sobre cómo actuar, por ejemplo, ante una importante crecida inesperada de ríos.
La directora regional del Organismo Regulador de Seguridad de Presas recordó que en los ríos hay estaciones de medición de caudal y de lluvias para saber si se produce una crecida, entonces “el operador va viendo en la computadora que está ingresando mayor cantidad agua de la que debe entrar y entonces va regulando los embalses”.
Pero si la crecida ocurre en un momento que el embalse se encuentra con una cota alta y no puede absorber ese caudal adicional, los descargadores y aliviaderos de la presa tienen que erogar la crecida extraordinaria.
Entonces las zonas aguas abajo del dique pueden sufrir una inundación, cuyo nivel de impacto se puede anticipar estudiando los mapas de inundación elaborados previamente, que también contemplan hipótesis de inundaciones por rotura de una o varias presas.
Regenahs indicó que “lo importante de esto es tener el sistema de alarma en tiempo y forma. Y sobre todo tener aceitado el sistema de comunicación con las personas que se deben hacer cargo de lo que va aguas abajo”.
Porque “no hay que tener miedo, al contrario, hay que estar prevenido y con un plan”.
Mapas de inundación
La magnitud de una inundación dependerá de la gravedad del incidente, pero hay lugares de mayor riesgo que otros por su cercanía con los ríos y su altura.
Noemí Regenahs, del ORSEP, dijo que “depende del escenario, pero la ciudad de San Rafael está en una zona alta y quienes viven en ella no tendrían mayores problemas, pero no los que están en la zona aledaña al río”.
Ante ello se torna necesario concientizar a la gente que vive a la orilla del río sobre el riesgo que eso implica y “no hay que permitir que se siga construyendo en zonas que son inundables”.
Por sus características Valle Grande es una zona inundable. También los distritos aledaños al río Atuel, como Rama Caída, Cañada Seca, Villa Atuel, otros sectores del sureste de San Rafael y General Alvear. Algunos de estos lugares se encuentran en la zona de menor distancia entre los dos ríos.
El Atuel tiene mayor hipótesis de inundación porque en sus orillas posee más superficie cultivada y poblada. Además, en los mapas de inundación se ha contemplado la posibilidad de que el agua del Diamante se trasvase al Atuel es el paraje de Las Aguaditas, un escenario muy difícil que ocurra, pero no improbable en caso de una hipótesis de máxima. Cuando los ríos no estaban regulados, ese trasvase se producía en algunas ocasiones en forma natural.
Simulacros y comunicaciones aceitadas
Así como todos los años se realizan simulacros en las escuelas para estar preparados en caso de un terremoto, en lo referido a emergencias originadas en las represas también se realizan ejercicios similares.
En ese marco, se realizan simulacros una vez al año y se actualiza el PADE (Plan de Acción Durante Emergencias). “El concesionario actualiza el sistema de comunicaciones porque mucha gente va cambiando de cargo y lugar, al igual que los números telefónicos”, dijo la directora regional de Cuyo-Centro, Noemí Regenahs de Marín Explicó que los simulacros “generalmente lo hacemos los días feriados y domingos a cualquier hora para ver quién realmente atiende el teléfono y también para medir el nivel de respuesta. Todo queda documentado sobre quien respondió, la celeridad para atender y quien no lo hizo. El mecanismo de comunicación es importantísimo para que la información llegue en tiempo y forma”.
De esta forma llaman a policías, bomberos, Defensa Civil y otros entes. “Nosotros levantamos el tubo –dijo la funcionaria- y le decimos ‘éste es un simulacro y este año consiste, por ejemplo, en la rotura de Los Reyunos o falla en una compuerta de vertedero y se está erogando aguas abajo tanta cantidad de metros cúbicos’. Ellos tienen que responder que están totalmente avisados y empiezan a desarrollar su plan interno de emergencias”.
Para eso cada ente tiene un plan para saber cómo actuar y qué le corresponder hacer. La ingeniera Regenahs ejemplificó diciendo que “la tarea del ORSEP, dentro de su plan interno de emergencias, consiste en recibir la información del concesionario, declarar el tipo de emergencia de acuerdo a una escala de colores (blanca, amarilla y roja) y llamar al resto de las autoridades que están dentro del programa de comunicación e informarles. Hay varias formas de comunicación: por teléfono celular, fijo o por radio”.
A eso apuntan los planes de contingencias que el 4 de julio a las 9 en el Centro de Congresos y Exposiciones local presentará y explicará en una reunión pública el Organismo Regulador de Seguridad de Presas (ORSEP), donde también se responderán preguntas y despejarán dudas del público.
“La reunión surge porque consideramos necesario concientizar a todos los pobladores sobre aquellos riesgos propios de vivir en una zona con ríos controlados con presas construidas por el hombre”, dijo Noemí Regenahs de Marín, directora de la región Cuyo-Centro de ese organismo.
Estos planes giran en torno a dos hipótesis: una gran crecida inesperada de los ríos y rotura de presas, ya sea originado por una falla, por un artefacto explosivo o un terremoto devastador.
Para ello Hinisa-Hidisa, concesionaria de las centrales hidroeléctricas locales, cuenta con “mapas de inundación” para anticipar cómo afectaría cada zona del departamento de acuerdo a cada tipo de contingencia.
“El concesionario –explicó la funcionaria- ha realizado como un trabajo obligatorio dentro de los pliegos de concesión los mapas de inundación en los que se han contemplado las distintas hipótesis de riesgos”, teniendo en cuenta los presas Agua del Toro, Los Reyunos y El Tigre en la cuenca del río Diamante, y Nihuil, Aisol, Tierras Blancas y Valle Grande sobre el río Atuel.
Además, existe un Plan de Acción Durante Emergencias (PADE) que se actualiza cada año para coordinar acciones con distintos organismos del Estado, como la ORSEP, Bomberos, Policía, Defensa Civil, Irrigación, entre otros.
La ingeniera Regenahs destacó la ventaja de contar con estos instrumentos para prevenir o mitigar incidentes derivados de los diques, a pesar de que “es muy difícil encontrar una noticia en el mundo sobre que se cayó una presa, salvo que haya un efecto externo como un sismo importante o cualquier evento exterior a la presa misma”,
Antes y durante
Esos planes contemplan protocolos sobre cómo actuar, por ejemplo, ante una importante crecida inesperada de ríos.
La directora regional del Organismo Regulador de Seguridad de Presas recordó que en los ríos hay estaciones de medición de caudal y de lluvias para saber si se produce una crecida, entonces “el operador va viendo en la computadora que está ingresando mayor cantidad agua de la que debe entrar y entonces va regulando los embalses”.
Pero si la crecida ocurre en un momento que el embalse se encuentra con una cota alta y no puede absorber ese caudal adicional, los descargadores y aliviaderos de la presa tienen que erogar la crecida extraordinaria.
Entonces las zonas aguas abajo del dique pueden sufrir una inundación, cuyo nivel de impacto se puede anticipar estudiando los mapas de inundación elaborados previamente, que también contemplan hipótesis de inundaciones por rotura de una o varias presas.
Regenahs indicó que “lo importante de esto es tener el sistema de alarma en tiempo y forma. Y sobre todo tener aceitado el sistema de comunicación con las personas que se deben hacer cargo de lo que va aguas abajo”.
Porque “no hay que tener miedo, al contrario, hay que estar prevenido y con un plan”.
Mapas de inundación
La magnitud de una inundación dependerá de la gravedad del incidente, pero hay lugares de mayor riesgo que otros por su cercanía con los ríos y su altura.
Noemí Regenahs, del ORSEP, dijo que “depende del escenario, pero la ciudad de San Rafael está en una zona alta y quienes viven en ella no tendrían mayores problemas, pero no los que están en la zona aledaña al río”.
Ante ello se torna necesario concientizar a la gente que vive a la orilla del río sobre el riesgo que eso implica y “no hay que permitir que se siga construyendo en zonas que son inundables”.
Por sus características Valle Grande es una zona inundable. También los distritos aledaños al río Atuel, como Rama Caída, Cañada Seca, Villa Atuel, otros sectores del sureste de San Rafael y General Alvear. Algunos de estos lugares se encuentran en la zona de menor distancia entre los dos ríos.
El Atuel tiene mayor hipótesis de inundación porque en sus orillas posee más superficie cultivada y poblada. Además, en los mapas de inundación se ha contemplado la posibilidad de que el agua del Diamante se trasvase al Atuel es el paraje de Las Aguaditas, un escenario muy difícil que ocurra, pero no improbable en caso de una hipótesis de máxima. Cuando los ríos no estaban regulados, ese trasvase se producía en algunas ocasiones en forma natural.
Simulacros y comunicaciones aceitadas
Así como todos los años se realizan simulacros en las escuelas para estar preparados en caso de un terremoto, en lo referido a emergencias originadas en las represas también se realizan ejercicios similares.
En ese marco, se realizan simulacros una vez al año y se actualiza el PADE (Plan de Acción Durante Emergencias). “El concesionario actualiza el sistema de comunicaciones porque mucha gente va cambiando de cargo y lugar, al igual que los números telefónicos”, dijo la directora regional de Cuyo-Centro, Noemí Regenahs de Marín Explicó que los simulacros “generalmente lo hacemos los días feriados y domingos a cualquier hora para ver quién realmente atiende el teléfono y también para medir el nivel de respuesta. Todo queda documentado sobre quien respondió, la celeridad para atender y quien no lo hizo. El mecanismo de comunicación es importantísimo para que la información llegue en tiempo y forma”.
De esta forma llaman a policías, bomberos, Defensa Civil y otros entes. “Nosotros levantamos el tubo –dijo la funcionaria- y le decimos ‘éste es un simulacro y este año consiste, por ejemplo, en la rotura de Los Reyunos o falla en una compuerta de vertedero y se está erogando aguas abajo tanta cantidad de metros cúbicos’. Ellos tienen que responder que están totalmente avisados y empiezan a desarrollar su plan interno de emergencias”.
Para eso cada ente tiene un plan para saber cómo actuar y qué le corresponder hacer. La ingeniera Regenahs ejemplificó diciendo que “la tarea del ORSEP, dentro de su plan interno de emergencias, consiste en recibir la información del concesionario, declarar el tipo de emergencia de acuerdo a una escala de colores (blanca, amarilla y roja) y llamar al resto de las autoridades que están dentro del programa de comunicación e informarles. Hay varias formas de comunicación: por teléfono celular, fijo o por radio”.
Enlace:
0 comentarios :