El hogar de San Rafael que refugia a hombres de la calle
Domingo, 10 de junio de 2012
Diario UNO San Rafael
La noche cubre con su oscuro manto la tierra. Afuera el frío cala hasta los huesos y la gente sin lugar donde vivir busca refugio debajo de los árboles, en las plazas o bajo algún alero de comercio, tapados sólo con cartones o viejas frazadas, sin un plato de comida que le dé un poco de calor a su cuerpo y su alma. Esta es simplemente parte de una dolorosa postal que se repite a diario.
Pensando en ellos es que hace casi un año abrió sus puertas el Hogar de Cristo Desamparado, en Castelli y Alsina. Robinson Julián, delegado en la zona Cuyo de la Comisión Nacional de Pastoral Social de la Conferencia Episcopal, es uno de los tantos colaboradores que hacen posible que el lugar exista.
“La idea nació del sacerdote Raúl Harriague, que es también el fundador de la Ciudad de la Caridad, así se llama el grupo de hogares del Instituto del Verbo Encarnado que alberga a unas 700 personas –aclaró Robinson–. En una reunión nos dijo que tendríamos que hacer algo por la gente que duerme en la calle, como los hogares de Cristo que existen en Chile y que fundó el jesuita San Alberto Hurtado. El padre Raúl nos dijo que esas personas son los Cristos que andan por las calles y que nos hacen abrir los ojos cada día”.
El hogar abre sus puertas a las 20. Allí los recibe Ricardo Prados o los encargados de turno y lo primero que hacen es darse una ducha. “Si no tienen ropa se la damos nosotros. A las 21.30 cenan y luego hay charla dictada por algún sacerdote o seminarista, pero no es obligatoria porque no importa el credo, todos tienen las puertas abiertas del hogar. A las 7.30 se les da un desayuno fuerte y se cierra el lugar hasta la noche. Pasa que está atendido por dos voluntarios que deben volver a sus obligaciones. La idea de esas charlas es reinsertarlos en la sociedad porque es gente joven, y en varios casos se ha logrado”, explicó.
“Cuando empezamos salíamos a buscar por las calles porque no querían venir. Tenían miedo de que los encerraran o los mandáramos a psiquiatría. Es que la mayoría de estas personas han sufrido muchísimo en sus vidas. Ahora eso no es necesario porque ya conocen el lugar”, recordó Julián.
El lugar funciona gracias a la caridad de cientos de corazones que colaboran cada uno con lo que puede y hoy se encuentra con que a veces “queda chico y terminamos llorando cuando le tenemos que decir a alguien que no hay lugar. Es una situación dramática y dolorosa. Ojalá se pueda ampliar la capacidad. Pero por otra parte hemos detectado que hay muchas mujeres con niños viviendo en la calle y ese es el nuevo desafío, abrir un sitio para ellas”.
El hogar necesita personas que colaboren con dinero en efectivo para poder pagar los impuestos, sábanas, frazadas y todo lo que puedan donar.
Quienes deseen hacerlo deben acercarse a la parroquia San Maximiliano Kolbe, en 3 de Febrero 140, o comunicarse al teléfono 260-4420114.
Enlace:
http://www.unosanrafael.com.ar/sanrafael/El-hogar-de-San-Rafael-que-refugia-a-hombres-de-la-calle-20120610-0008.html#
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