Entre sentidas muestras de afecto Roberto “Cato” Gajdosech llegó a San Rafael
Martes, 17 de enero de 2012
Diario UNO San Rafael
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"Cato" Gajdosech" fue conducido en la motobomba de Bomberos |
El piloto de motos que corrió y finalizó la dura prueba del Dakar, arribó a San Rafael, donde fue recibido en medio de calurosas muestras de afecto por parte de fanáticos familiares y amigos, para ser conducido en la motobomba de Bomberos hasta el centro de la ciudad. En la nota galería con imágenes del recibimiento.
El piloto sanrafaelino Roberto “Cato” Gajdosech, quien compitiera en el Rally Dakar y finalizara en la posición 46, arribó hoy a la ciudad, donde fue recibido por una importante cantidad de simpatizantes, principalmente familiares y amigos. Pancartas banderas y muchos abrazos fueron el recibimiento para “El Cato” en una bodega cercana a la rotonda oeste, donde fue montado a la motobomba de los Bomberos junto a su familia y fueron acompañados hasta el centro de la ciudad, donde a lo largo del camino no faltaron las muestras de respeto, los saludos y admiración por su hazaña de haber finalizado lo que se conoce como el Rally más duro del mundo.
Gajdosech se mostró en todo momento agradecido y sobre todo muy emocionado por el recibimiento saludando con su mano izquierda, por tener afectado su hombro derecho, el que se sacó de lugar en la etapa que unió Pisco con Nasca, cuando cayó de su Yamaha y golpeó la articulación contra una roca. Con algo de esfuerzo y sus propios conocimientos se acomodó el hombro y pudo finalizar la etapa con mucho dolor. A esa altura ya quedaba solamente la llegada a Lima, Perú, la cual hizo con su dolorosa lesión a cuestas.
El corredor relata que vivir la experiencia del Dakar, “para el que le gusta este tipo de competencias es realmente inolvidable, compartir con los número uno, que no dejan de ser personas muy agradables que te aconsejan”, y rememora que en cierto momento de la competencia vivieron una etapa maratón entre Arica y Arequipa donde compartieron el descanso todos los pilotos de motos juntos, quienes además cada uno debió reparar su moto, compartiendo experiencias inigualables, “estuvimos desde los campeones hasta los últimos todos en la misma situación”.
Hablando de su Yamaha WR, dijo que tuvo un buen comportamiento a pesar de tener algunos inconvenientes apenas salió desde Mar del Plata y las altas temperaturas que le generaron dificultades, hasta que adaptaron el sistema de circuito de combustible previendo lo que sería la etapa de Fiambalá, donde las temperaturas serían extremadamente altas. “Ese día tenía mucho temor que la moto fallara, pero en verdad desde San Juan en adelante la moto anduvo de mil maravillas”, recuerda “El Cato”.
Finalmente y ante la consulta sobre lo primero que se le vino a la mente cuando llegó a Lima dijo que “cuando uno arranca el Dakar lo que querés es ir sumando puestos y cuando ya tenés metido el Dakar en el bolsillo, cuando ya llevás el 80 por ciento de la competencia, querés desacelerar un poquito, diciendo ya estamos llegando, no quiero arriesgar más. Una piedra me jugó una mala pasada, y a duras penas y con unos calmantes que llevaba en el bolsillo pude terminar la etapa de Pisco a Nasca que fue largísimo. Fueron más de 200 kilómetros de dunas donde si la moto se me iba para el lado derecho no tenía fuerza para llevarla derecho, así que me costó mucho llegar, fue muy difícil para mí por el tema del brazo”. Pero a la vez, relata una anécdota que demuestra su tenacidad y ansias por llegar al objetivo de finalizar la competencia. Una vez que llegó a Nasca se mantuvo a escondidas de los médicos de la organización, temiendo que lo fueran a dejar fuera del Dakar, pensando que solamente lo separaban 29 kilómetros de Lima, donde al llegar “no hubo otra cosa que lágrimas, muchas lágrimas”.
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