Brigadistas filmaron su horrenda muerte en el incendio de Guachipas (VIDEOS)
Argentina 25 de Agosto de 2015
Nota: eltribuno.info
18/8/15 Salta. Uno de los cuatro jóvenes que se calcinaron el 28 de octubre de 2014 grabó el pavoroso final. Se incumplieron los protocolos de seguridad. Los familiares exigen "verdad y justicia".
"Corré, Vilte, corré... Corré, la puta madre... Corré!". El fuego los empieza a devorar. El estrépito de las llamas crece. Los gritos son desgarradores. El celular de Martín Albarracín graba las espeluznantes escenas con secuencias caóticas. El empieza a quemarse e intenta, desesperadamente, ponerse un guante.
En una imagen invertida, el teléfono muestra a dos de sus compañeros atrapados entre los ardientes arbustos. A uno de ellos, el encargado de la cuadrilla, Víctor Ferreyra, se lo ve con casco rojo. Otro brigadista aparece sin casco. A pocos metros, con su espalda flameante, Martín se desploma.
El teléfono sigue filmando, inmutable. Se ve pasar a otro brigadista, tambaleante. Su ropa, supuestamente ignífuga, arde, y él lucha contra las llamas que la consumen. En segundos, la lente del celular empieza a derretirse. Las imágenes se desvanecen. El horror, no.
.Escenas espantosas
De aquel infierno quedaron registros que hoy pueden verse en El Tribuno digital, aunque se advierte que pueden herir la sensibilidad de los lectores.
La estremecedora grabación, de 96 segundos, empezó a correr a las 12.11 del 28 de octubre del año pasado.
Nota: eltribuno.info
18/8/15 Salta. Uno de los cuatro jóvenes que se calcinaron el 28 de octubre de 2014 grabó el pavoroso final. Se incumplieron los protocolos de seguridad. Los familiares exigen "verdad y justicia".
-Q.E.P.D. Colegas- |
"Corré, Vilte, corré... Corré, la puta madre... Corré!". El fuego los empieza a devorar. El estrépito de las llamas crece. Los gritos son desgarradores. El celular de Martín Albarracín graba las espeluznantes escenas con secuencias caóticas. El empieza a quemarse e intenta, desesperadamente, ponerse un guante.
En una imagen invertida, el teléfono muestra a dos de sus compañeros atrapados entre los ardientes arbustos. A uno de ellos, el encargado de la cuadrilla, Víctor Ferreyra, se lo ve con casco rojo. Otro brigadista aparece sin casco. A pocos metros, con su espalda flameante, Martín se desploma.
El teléfono sigue filmando, inmutable. Se ve pasar a otro brigadista, tambaleante. Su ropa, supuestamente ignífuga, arde, y él lucha contra las llamas que la consumen. En segundos, la lente del celular empieza a derretirse. Las imágenes se desvanecen. El horror, no.
ATENCIÓN: algunas imágenes de los videos puede herir su sensibilidad.
De aquel infierno quedaron registros que hoy pueden verse en El Tribuno digital, aunque se advierte que pueden herir la sensibilidad de los lectores.
96 segundos: dura la escalofriante grabación en la que se ve cómo murieron Martín Albarracín, Víctor Ferreyra, Matías Vilte y Mauricio Valdez durante el incendio del cerro El Acheral, en Guachipas.
Es un testimonio fehaciente del momento en que Martín Albarracín (27 años), Víctor Ferreyra (37), Matías Daniel Vilte (22) y Mauricio Valdez (27) murieron en Guachipas.
No quedan dudas de que era un incendio de nivel tres (de gran magnitud) y de que los responsables de la seguridad de los brigadistas de la Subsecretaría de Defensa Civil de la Provincia, ausentes en el lugar, incumplieron deberes y normas básicas con consecuencias funestas.
Nueve meses después
Los videos salieron a luz nueve meses después de la tragedia de Guachipas, solo porque días atrás, en su incansable búsqueda de verdad y justicia, David Albarracín encontró en la memoria del teléfono de su hermano los impactantes testimonios fílmicos.
El achicharrado celular, un LG que Martín Albarracín compró poco antes de su fallecimiento, había sido devuelto a la familia sin peritajes.
En la memoria del celular quedó grabado otro video, que muestra el acercamiento de la cuadrilla a la zona de incendio, a las 11.27, con desinteligencias, ya que se escucha a Albarracín reclamarle a un compañero por el descuido de las herramientas.
Las desinteligencias tienen tu origen en la evidente falta de planificación del operativo.
En este video, que se tomó en la parte alta de la serranía donde 44 minutos después los cuatro jóvenes murieron calcinados, se observan llamas que se levantaban, desde la ladera opuesta, hasta varios metros por encima del monte nativo.
Las desinteligencias tienen tu origen en la evidente falta de planificación del operativo.
En este video, que se tomó en la parte alta de la serranía donde 44 minutos después los cuatro jóvenes murieron calcinados, se observan llamas que se levantaban, desde la ladera opuesta, hasta varios metros por encima del monte nativo.
No quedan dudas de que era un incendio de nivel tres (de gran magnitud) y de que los responsables de la seguridad de los brigadistas de la Subsecretaría de Defensa Civil de la Provincia, ausentes en el lugar, incumplieron deberes y normas básicas con consecuencias funestas.
Nueve meses después
Los videos salieron a luz nueve meses después de la tragedia de Guachipas, solo porque días atrás, en su incansable búsqueda de verdad y justicia, David Albarracín encontró en la memoria del teléfono de su hermano los impactantes testimonios fílmicos.
El achicharrado celular, un LG que Martín Albarracín compró poco antes de su fallecimiento, había sido devuelto a la familia sin peritajes.
Cuatro muertes impunes y la Justicia en deuda
- Por | Francisco Sotelo
El video que rescató el hermano de Martín Albarracín es la prueba de la precariedad con que los brigadistas fueron enviados a El Acheral
Más incomprensible aún, los certificados de defunción que constan en el escrito del Ministerio Público atribuyen las muertes a "calcinamiento".
Nueve meses después de la tragedia de El Acheral, David Albarracín logró obtener las imágenes tomadas por su hermano Martín en su celular durante los últimos instantes de su vida. Se trata de videos y fotografías. Estas imágenes no pudieron ser analizadas por el fiscal penal por Cerrillos, Gabriel Portal, ya que el celular, como el resto de las pertenencias de los cuatro jóvenes muertos, nunca fueron sometidos a pericias. Tampoco se realizó autopsia de los cuerpos.
En el escrito que solicita el archivo de la causa, se consigna que el médico legal de la Policía de Salta, Afredo Tufiño, dictamina "muerte por asfixia por sofocación, no considerando necesario realizar autopsia". Las imágenes tornan incomprensible ese dictamen.Más incomprensible aún, los certificados de defunción que constan en el escrito del Ministerio Público atribuyen las muertes a "calcinamiento".
El fiscal desestima la "supuesta comisión de un hecho delictivo" porque "en el caso que nos ocupa estaríamos ante un siniestro que habría sido producto de una descarga eléctrica natural ". No solo reduce la posibilidad de un delito al "incendio intencional", sin indagar otras hipótesis, sino que además reconoce que el fuego no entrañaba peligro inminente para nadie. "... el lugar corresponde a una zona alejada vivienda o sector de sembrado...", dice el dictamen, que concluye que resultaba "imposible su sofocación".
Este es un error grave de información: la noticia se conoció el 28 de octubre por la noche y la familia se enteró a través del noticiero de canal 11.
El fiscal no se pregunta, de todos modos, qué pensaban el director de Defensa Civil, Víctor Ola Castro y el jefe de la Brigada Forestal, César Dagum en esas supuestas 32 horas acerca de la suerte que habían corrido los muchachos. Y no se pregunta tampoco por qué no se habían mantenido en comunicación, como mandan todos los protocolos.
La imagen de Valdez en llamas demuestra que no se trataba de "ropa de protección para bomberos forestales aprobada por la respectiva normativa...", como firma Portal.
"... asimismo se trataría de personal capacitado para la sofocación de incendios forestales conforme a la reglamentación de la secretaría de Ambiente y Desarrollo sustentable Jefatura de Gabinete de Ministros de la Nación". Si el fiscal hubiera abierto esa web se hubiera enterado de que esa normativa es muy diferente.
Quizá lo más impactante es el párrafo final: "Por último, tal desestimación no corresponde ser notificada a persona alguna, ello por no existir en las presentes actuaciones denuncia o presentación alguna que amerite tal notificación..."
A las familias se les cerraron las puertas para ser querellantes. En otras palabras, quizá mal asesorados, en el Ministerio Público las ignoraron.
A los parientes de los cuatro brigadistas nunca les recibieron denuncia alguna.
Es tanto el dolor que David, uno de los hermanos Albarracín, logró encontrar la manera de acceder a la memoria del celular de su hermano y rescatar su contenido. Con la misma voluntad lo acompaña Eugenia, la única hermana.
¿Por qué los mandaron? ¿Cuál era el apuro?
El texto del fiscal, firmado el 12 de marzo, puntualiza que la tragedia que les costó la vida se produjo el 28 cerca del mediodía y que en Defensa Civil recién se enteraron del hecho el 29, a las siete de la tarde, por el llamado de un lugareño, Elio René Flores Royano.Este es un error grave de información: la noticia se conoció el 28 de octubre por la noche y la familia se enteró a través del noticiero de canal 11.
El fiscal no se pregunta, de todos modos, qué pensaban el director de Defensa Civil, Víctor Ola Castro y el jefe de la Brigada Forestal, César Dagum en esas supuestas 32 horas acerca de la suerte que habían corrido los muchachos. Y no se pregunta tampoco por qué no se habían mantenido en comunicación, como mandan todos los protocolos.
La imagen de Valdez en llamas demuestra que no se trataba de "ropa de protección para bomberos forestales aprobada por la respectiva normativa...", como firma Portal.
"... asimismo se trataría de personal capacitado para la sofocación de incendios forestales conforme a la reglamentación de la secretaría de Ambiente y Desarrollo sustentable Jefatura de Gabinete de Ministros de la Nación". Si el fiscal hubiera abierto esa web se hubiera enterado de que esa normativa es muy diferente.
Quizá lo más impactante es el párrafo final: "Por último, tal desestimación no corresponde ser notificada a persona alguna, ello por no existir en las presentes actuaciones denuncia o presentación alguna que amerite tal notificación..."
A las familias se les cerraron las puertas para ser querellantes. En otras palabras, quizá mal asesorados, en el Ministerio Público las ignoraron.
A los parientes de los cuatro brigadistas nunca les recibieron denuncia alguna.
Las muertes destrozaron a las familias, que alimentan la certeza de que les están ocultando todo.
Es tanto el dolor que David, uno de los hermanos Albarracín, logró encontrar la manera de acceder a la memoria del celular de su hermano y rescatar su contenido. Con la misma voluntad lo acompaña Eugenia, la única hermana.
Todos ellos pidieron que se publique el video, donde las imágenes son desgarradoras. "Queremos que se sepa; queremos que nos digan realmente qué pasó; queremos Justicia", dijeron al traer el documento a El Tribuno.
“Nosotros vamos a llegar hasta el final. Necesitamos la verdad. Sabemos que nos están ocultando esa verdad”, Martín Albarracín, padre.
Para ellos no hubo "notitia criminis".
Sostienen que los jóvenes debieron cumplir esa tarea fuera de sus horarios normales de trabajo, lo que está prohibido por los reglamentos nacionales.
“Tenemos la certeza de que el fiscal no hubiera desestimado el delito si uno de los muertos era su hijo”, Omar Valdez, padre
A los familiares de los cuatro jóvenes muertos nunca les recibieron denuncia alguna - probablemente, por mal asesoramiento jurídico - y nunca los llamaron para que ratificaran en sede fiscal las sospechas, los temores y las acusaciones que hicieron en los medios de comunicación.
Para ellos no hubo "notitia criminis".
Sienten impotencia pero no se resignan. "Vamos a llegar hasta dónde sea", advierte Albarracín.
Sostienen que los jóvenes debieron cumplir esa tarea fuera de sus horarios normales de trabajo, lo que está prohibido por los reglamentos nacionales.
Niegan tajantemente que estuvieran equipados para enfrentar llamas de hasta diez metros de altura; niegan que se tratara de un equipo suficientemente entrenado como brigada para esa tarea y, sobre todo, niegan que el grupo haya estado comandado por un jefe habilitado e idóneo.
Una brigada no puede encarar un operativo sin jefe.
“Tenemos la certeza de que el fiscal no hubiera desestimado el delito si uno de los muertos era su hijo”, Omar Valdez, padre
Sin jefes
"El jefe (César Dagum) se quedó en Salta", afirman Valdez y Albarracín. "No llevaban el menor equipamiento, los handies no funcionaban y quedaron encerrados en un fuego que ellos no podían apagar ni controlar".
No fue una quema de pastizales. Se trataba de un incendio de nivel tres, que los bomberos voluntarios de El Carril y el avión hidrante desistieron de combatir.
La pregunta que los padres formulan es ¿quién dio la orden?. No había peligro para viviendas ni sembradíos; las llamas eran incontrolables. Una información oficial sostiene que se estaba quemando un lugar de pastoreo donde había ganado de la ex ministra de Justicia y defensora general María Inés Diez. Sin embargo, esta funcionaria no pudo dar la orden ni mucho menos disponer el operativo.
Enlace:
http://www.eltribuno.info/brigadistas-filmaron-su-horrenda-muerte-el-incendio-guachipas-n601396
"Mientras no haya Justicia, vamos a tener que pensar lo peor. El fiscal lo sabe. Él nunca hubiera archivado la causa como lo hizo si uno de los muertos hubiera sido su hijo", afirmaron Albarracín y Valdez.
Pese a esta tragedia Q.E.P.D. nuestros colegas y nuestro pésame a los familiares…
Y que este Nota sirva para salvar otras vidas de nuestros colegas.
Enlace:
http://www.eltribuno.info/brigadistas-filmaron-su-horrenda-muerte-el-incendio-guachipas-n601396
0 comentarios :