Más del 25 por ciento de los suicidios lo cometen adolescentes que no superan los 24 años
Mendoza, 26 de Mayo de 2013
Diario UNO Mendoza
Hay factores propios de la edad que determinan la decisión. Las familias deben estar atentas a las señales que dan. Es la segunda causa de muerte en adolescentes de entre 15 y 24 años.
¿Por qué un chico de 15 años decide quitarse la vida? ¿Qué pasó por la mente de los dos adolescentes que en los últimos días se suicidaron? ¿Por qué fue la única solución que encontraron a sus problemas?¿Qué era lo que tanto los perturbaba? Teorías hay. También hay explicaciones. Pero no hay retorno. Nada, ninguna buena intención les devolverá la vida.
La cuarta parte de las personas que se suicidan son jóvenes de hasta 24 años. La clave está en saber ver cuáles son las señales –porque las dan– antes de que lleguen a concretar esa determinación.
En adolescentes de entre 15 y 24 años es la segunda causa de muerte, detrás de los accidentes de tránsito.
Alberto Navarro, director de Salud Mental del Ministerio de Salud, va más allá y se pregunta: “¿Cuántos de esos accidentes no son, en realidad, una muerte causada a propósito?”. Luego llega un silencio para pensar. No puede saberse, no hay forma de comprobarlo, pero es posible que así sea. Es el acto más íntimo y personal que existe.
Pedro Piamontesi, psicólogo a cargo del Servicio de Atención Telefónica para Personas en Crisis, dijo que el 2008 vio el pico de suicidios en adolescentes cuando llegó a significar el 33% de esas muertes. Luego esa cifra descendió, pero se mantuvo entre el 25% y el 28%, lo que significa un poco más de la cuarta parte del total de suicidios de Mendoza.
“Eso es lo preocupante, que personas jóvenes lo hagan. Tiene que ver con características psicológicas de lo que es la adolescencia y la primera juventud. El proceso de identidad a veces tiene alternativas de mucho conflicto”, explicó el especialista.
Una de las características –si es que puede denominársela así– de los suicidios en los adolescentes es el grado de violencia que utilizan para concretarlos. “Los jóvenes usan formas violentas, traumáticas y rápidas. La letalidad del método agrava el cuadro”, comentó Navarro.
Factores que lo desencadenan
En La insoportable levedad del ser, el escritor Milan Kundera describe las características de la sociedad posmoderna, de consumo. Entre los muchos y diversos factores que pueden incidir para que un adolescente decida quitarse la vida, la sociedad que les impone la necesidad de satisfacción inmediata es uno importante.
Hoy esa sociedad exacerbada tiene un nuevo complemento: las redes sociales. Para Piamontesi, no son un elemento bueno o malo en sí mismo, sino que producen en el sujeto la sensación de estar comunicado con una gran cantidad de gente cuando no es así. “La red social fomenta el individualismo”, explicó el especialista.
Navarro sostuvo que la falta de diálogo con los padres y las comunicaciones poco efectivas, cuando no nulas, y la indiferencia son malas. Los factores desencadenantes más comunes en un chico pueden ser un fracaso escolar o un desengaño amoroso.
“Hoy vivimos la tergiversación de valores y eso hace que se haya perdido muchos como la solidaridad, la compañía y la ayuda. Uno de los más importantes es el valor a la vida y de cuidar la salud. Es cada ser humano el que debe cuidar su propia vida y la de los demás. Hoy, por las causas que sean, hay una pérdida del valor por la vida”, comentó el especialista, como un esbozo de una posible causa, aunque hay tantos desencadenantes como casos y personalidades.
Los adolescentes carecen, entre muchas otras cosas, de la facilidad de la palabra. No cuentan, justamente por su corta experiencia de vida, con las herramientas necesarias para expresarse y comunicarse lo que provoca que se retraigan y se aíslen.
“Muchas veces se piensa, por el mito, lo contrario: ‘Está jodido, bueno dejémoslo, ya se le va a pasar’ y no es así”, advirtió Piamontesi. Son sus seres cercanos quienes deben buscar y propiciar el diálogo.
Enlace:
http://www.diariouno.com.ar/mendoza/Mas-del-25-por-ciento-de-los-suicidios-lo-cometen-adolescentes-que-no-superan-los-24-aos-20130526-0006.html
Diario UNO Mendoza
¿Por qué un chico de 15 años decide quitarse la vida? ¿Qué pasó por la mente de los dos adolescentes que en los últimos días se suicidaron? ¿Por qué fue la única solución que encontraron a sus problemas?¿Qué era lo que tanto los perturbaba? Teorías hay. También hay explicaciones. Pero no hay retorno. Nada, ninguna buena intención les devolverá la vida.
La cuarta parte de las personas que se suicidan son jóvenes de hasta 24 años. La clave está en saber ver cuáles son las señales –porque las dan– antes de que lleguen a concretar esa determinación.
Fríamente, el suicidio es una figura legal que utilizan los médicos
para definir la causa de muerte, un fenómeno técnico que debe
cuantificarse, es algo que deben computar en el certificado de
defunción. Pero en los hechos, significa mucho más: es la crisis
psíquica interna más aguda que puede atravesar una persona. Cuando
alguien llega a pensarlo, cuando la sola idea se le pasa por la cabeza,
es porque la perturbación que atraviesa es la más grave que hay. Mucho
más si lo intenta y mucho más todavía cuando lo hace.
En adolescentes de entre 15 y 24 años es la segunda causa de muerte, detrás de los accidentes de tránsito.
Alberto Navarro, director de Salud Mental del Ministerio de Salud, va más allá y se pregunta: “¿Cuántos de esos accidentes no son, en realidad, una muerte causada a propósito?”. Luego llega un silencio para pensar. No puede saberse, no hay forma de comprobarlo, pero es posible que así sea. Es el acto más íntimo y personal que existe.
Pedro Piamontesi, psicólogo a cargo del Servicio de Atención Telefónica para Personas en Crisis, dijo que el 2008 vio el pico de suicidios en adolescentes cuando llegó a significar el 33% de esas muertes. Luego esa cifra descendió, pero se mantuvo entre el 25% y el 28%, lo que significa un poco más de la cuarta parte del total de suicidios de Mendoza.
“Eso es lo preocupante, que personas jóvenes lo hagan. Tiene que ver con características psicológicas de lo que es la adolescencia y la primera juventud. El proceso de identidad a veces tiene alternativas de mucho conflicto”, explicó el especialista.
Una de las características –si es que puede denominársela así– de los suicidios en los adolescentes es el grado de violencia que utilizan para concretarlos. “Los jóvenes usan formas violentas, traumáticas y rápidas. La letalidad del método agrava el cuadro”, comentó Navarro.
Factores que lo desencadenan
En La insoportable levedad del ser, el escritor Milan Kundera describe las características de la sociedad posmoderna, de consumo. Entre los muchos y diversos factores que pueden incidir para que un adolescente decida quitarse la vida, la sociedad que les impone la necesidad de satisfacción inmediata es uno importante.
Hoy esa sociedad exacerbada tiene un nuevo complemento: las redes sociales. Para Piamontesi, no son un elemento bueno o malo en sí mismo, sino que producen en el sujeto la sensación de estar comunicado con una gran cantidad de gente cuando no es así. “La red social fomenta el individualismo”, explicó el especialista.
Navarro sostuvo que la falta de diálogo con los padres y las comunicaciones poco efectivas, cuando no nulas, y la indiferencia son malas. Los factores desencadenantes más comunes en un chico pueden ser un fracaso escolar o un desengaño amoroso.
“Hoy vivimos la tergiversación de valores y eso hace que se haya perdido muchos como la solidaridad, la compañía y la ayuda. Uno de los más importantes es el valor a la vida y de cuidar la salud. Es cada ser humano el que debe cuidar su propia vida y la de los demás. Hoy, por las causas que sean, hay una pérdida del valor por la vida”, comentó el especialista, como un esbozo de una posible causa, aunque hay tantos desencadenantes como casos y personalidades.
Los adolescentes carecen, entre muchas otras cosas, de la facilidad de la palabra. No cuentan, justamente por su corta experiencia de vida, con las herramientas necesarias para expresarse y comunicarse lo que provoca que se retraigan y se aíslen.
“Muchas veces se piensa, por el mito, lo contrario: ‘Está jodido, bueno dejémoslo, ya se le va a pasar’ y no es así”, advirtió Piamontesi. Son sus seres cercanos quienes deben buscar y propiciar el diálogo.
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