Arriesga su vida en cada incendio y ahora es él quien necesita ayuda

Argentina, 17 de Noviembre 2015
Nota: Varias.

Buenos Aires 15/11/15. -A Luis Ramallo, bombero del cuartel de Glew desde hace 20 años, se le prendió fuego su casa mientras socorría a un herido en un accidente. Su esposa e hijos se salvaron, pero perdió todo. Apela a la solidaridad: "Necesito ladrillos y materiales para levantar otra vez mi hogar".



"La gente no puede creer que a un bombero se le incendie la casa, pero nosotros nos dedicamos a ayudar a la comunidad, teniendo siempre en claro que nos puede pasar también", dice Luis Ramallo (33), un bombero voluntario que lleva 20 años sirviendo a la comunidad desde el cuartel de Glew y hoy trata de reponerse del desastre que causó el fuego en su propia vivienda. Necesita ayuda.

Siempre con un espíritu solidario y aventurero, a los 14 años se inscribió en los Boy Scouts de Almirante Brown. "Me pidieron que iniciara un curso de Primeros Auxilios que daban en la Delegación de Bomberos de Glew. Desde el primer día que puse un pie allí, sabía que no iba a irme nunca más", recuerda.

En la actualidad, no sólo brinda su ayuda en diferentes accidentes, sino que se encarga de capacitar a jóvenes que quieren ingresar al cuartel y actúa como portero del mismo. "Vivo acá adentro prácticamente. Mi tiempo se divide entre mi familia y la delegación. Alguna vez estuve como los chicos que se encuentran entrenando para ser parte del equipo de bomberos y, ahora, me toca pararme del otro lado", dice.

Días atrás, a las 5.20, la sirena del cuartel dio aviso de un accidente de autos en Tapín y Cané, Glew. Como es habitual, Ramallo junto a dos compañeros que se encontraban de guardia se subieron en la ambulancia a toda velocidad para socorrer al conductor herido que había volcado con su auto.

Durante el traslado de la víctima hacia la Unidad de Pronta Atención (UPA) de la zona, Luis recibió un llamado: le avisaban que su casa se estaba prendiendo fuego. "En lo único que pensé fue en mis dos hijos y mi señora. Hasta que no los viera bien no iba a poder quedarme tranquilo", señala.
Ni bien llegué me metí a la casa en llamas para sacar a los nenes, pero los muchachos me arrancaron porque ya estaban afuera, en la casa de la vecina", cuenta.

Al instante de enterarse lo que estaba ocurriendo en su vivienda, Luis, que estaba a tres cuadras del cuartel, se dirigió en busca de un coche para ser bombero de su propio incendio. "Me fui con dos chicos para mi casa, no me acuerdo más que eso. La desesperación que tenía era absoluta y sólo pude actuar por instinto. En lo único que pensaba era en llegar para ver que mi familia estuviera bien", cuenta.



Cuando arribaron a la cuadra de Caseros al 1000 el escenario era impactante y las llamas ya habían tomado gran parte del hogar. "Ni bien llegué me metí a la casa para sacar a los nenes, pero los muchachos me arrancaron porque ya estaban afuera, en la casa de la vecina. Adentro de nuestra vivienda teníamos mucha ropa, porque mi mujer vendía para juntar algo de dinero. Eso actuó como combustible y terminó tomando dos habitaciones completas", explica.

La causa del accidente fue el recalentamiento de un caloventor que había quedado enchufado durante la noche. El aparato cuenta con un regulador que se programa para que deje de funcionar a determinada temperatura, pero olvidaron ponerlo antes de irse a dormir.

El fuego arrasó con toda la vivienda y lo único que pudieron rescatar fue un televisor. "Fue un alivio saber que estaban todos bien, pero muy chocante ver cómo quedó la casa que levantamos con mi mujer hace una década. Mis dos hijos de 7 y 4 años me preguntaban '¿Qué vamos a hacer ahora, papá? Perdimos todo'. Y yo no sabía qué contestarles", comenta.

La tristeza y desesperanza invadió a los Ramallo. "Dentro de la gran desgracia que fue esto, pudimos sacarle un sonrisa a Uriel y Tiziano, mis hijos, dándoles la noticia de que no habían perdido todo, porque pudimos rescatar a sus gatitos que son tan especiales para ellos", dice.

Los vecinos y compañeros de Luis lo ayudaron mucho con donaciones de ropa, alimentos y electrodomésticos. Ahora, la principal necesidad del bombero son materiales de construcción para volver a levantar las paredes.

"Nosotros estamos viviendo en lo de mi suegra, una casita muy chiquita de tres metros por dos. La gente me dio una mano gigante, pero ahora necesito ladrillos para levantar nuevamente la casa. 

La Municipalidad colaboró con 10 chapas, el problema es que no tengo paredes", explica.

Todas las donaciones son recibidas en el cuartel de bomberos ubicado en Sarmiento 221, Glew. 

"Les quiero agradecer a todas las personas que nos apoyan en este feo momento", destaca Luis, el vecino que dedicó su vida al servicio de la comunidad y, ahora, necesita de su ayuda más que nunca.

http://www.clarin.com/zonales/Arriesga-incendio-ahora-necesita-ayuda_0_1468053609.html


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