54 muertos en accidentes viales durante el 2012
San Rafael, 04 de Mayo de 2013
Diario San Rafael
Tras el terrible choque que terminó con la vida de tres jovenes en la Ruta 143 a la altura de Las Paredes, accedimos a cifras del hospital Schestakow que hablan de más de 50 fallecidos y 415 heridos el año pasado. De enero a abril de este año, se contabilizan 18 muertos y 161 internados.
Los accidentes de tránsito son una de las principales causas de muerte en el mundo. Y en San Rafael este problema no es una excepción. Esos fallecimientos no son producto del azar ni responden a ningún destino fatalista, son siempre consecuencia de una cadena de errores, muchos de los cuales podrían evitarse. Pero detrás de cada hecho, con la pérdida de vidas humanas y las secuelas que producen como la discapacidad; las pérdidas económicas y el impacto en las familias afectadas que quedan devastadas por la tragedia son otras de las caras que se agitan detrás del flagelo de los accidentes de tránsito.
Ejemplo de esta problemática que se está viviendo, aún más en nuestro medio a pocos días de la muerte de tres jóvenes, los accidentes no disminuyen. Las estadísticas brindadas por el Nodo Epidemiológico del hospital Schestakow preocupan. Por ejemplo, el año pasado hubo 415 internados por accidentes de tránsito (270 hombres y 145 mujeres) y 54 muertos (38 hombres y 16 mujeres).
En cuanto a los internados en el periodo enero-marzo de 2013, 161, 110 son hombres y 51 mujeres, mientras que han fallecido 18 personas en el lapso enero-1 de mayo (paradójicamente todos son hombres).
A la hora de explicar las causas de esta tendencia se mencionan distintos factores. En primer lugar, un parque automotor que no para de crecer y el aumento del número de motos. Se calcula que circulan en San Rafael 18 mil rodados de este tipo y que su cantidad se triplicó en el curso de los últimos años, según la estimación de los especialistas. Una de las razones es su fácil adquisición: las motos se compran hoy a precios accesibles y con amplias facilidades de financiación.
En segundo lugar, la alta mortalidad en accidentes de tránsito en San Rafael se explica por un cambio en la tipología de los siniestros viales más frecuentes. Antes, lo más común eran los choques entre autos y hoy ya son casi normales los accidentes entre autos y motos.
Nuestra ciudad ya no es la misma de hace 10 o 20 años atrás, por lo cual está necesitada de soluciones estructurales para el problema del tránsito, que no llegan. Falta inversión en educación vial, en controles, en preparación de personal afectado y en infraestructuras.
A esto se suman factores culturales: los malos controles hacen que se cree una situación de anomia en la que cada cual maneja como quiere. El problema de fondo en ese sentido es que se termina por creer que conducir es una cuestión individual y no social. La proliferación de vehículos va acompañada del ingreso al tránsito de muchos nuevos conductores que reciben su licencia a través de cursos y pruebas cuyo rigor se objeta.
Mientras en los países desarrollados para obtener una licencia se debe pasar por exámenes rigurosos, aquí cualquiera que desee tener ese permiso para conducir la consigue haciendo un curso en pocos días y sin pasar por exámenes inflexibles en lo físico y psicológico.
Además, se requieren controles intensivos de los excesos de velocidad; alcoholemia; uso del cinturón de seguridad y del casco protector en el caso de los motociclistas y ciclistas; y de la capacitación y permanente verificación de las condiciones de sus vehículos. Se trata sin dudas, de los únicos recursos idóneos para evitar que el tránsito siga siendo algo así como un arma mortal.
Enlace:
http://www.diariosanrafael.com.ar/114977#.UYSWN4aql8E
Diario San Rafael
Tras el terrible choque que terminó con la vida de tres jovenes en la Ruta 143 a la altura de Las Paredes, accedimos a cifras del hospital Schestakow que hablan de más de 50 fallecidos y 415 heridos el año pasado. De enero a abril de este año, se contabilizan 18 muertos y 161 internados.
Los accidentes de tránsito son una de las principales causas de muerte en el mundo. Y en San Rafael este problema no es una excepción. Esos fallecimientos no son producto del azar ni responden a ningún destino fatalista, son siempre consecuencia de una cadena de errores, muchos de los cuales podrían evitarse. Pero detrás de cada hecho, con la pérdida de vidas humanas y las secuelas que producen como la discapacidad; las pérdidas económicas y el impacto en las familias afectadas que quedan devastadas por la tragedia son otras de las caras que se agitan detrás del flagelo de los accidentes de tránsito.
Ejemplo de esta problemática que se está viviendo, aún más en nuestro medio a pocos días de la muerte de tres jóvenes, los accidentes no disminuyen. Las estadísticas brindadas por el Nodo Epidemiológico del hospital Schestakow preocupan. Por ejemplo, el año pasado hubo 415 internados por accidentes de tránsito (270 hombres y 145 mujeres) y 54 muertos (38 hombres y 16 mujeres).
En cuanto a los internados en el periodo enero-marzo de 2013, 161, 110 son hombres y 51 mujeres, mientras que han fallecido 18 personas en el lapso enero-1 de mayo (paradójicamente todos son hombres).
A la hora de explicar las causas de esta tendencia se mencionan distintos factores. En primer lugar, un parque automotor que no para de crecer y el aumento del número de motos. Se calcula que circulan en San Rafael 18 mil rodados de este tipo y que su cantidad se triplicó en el curso de los últimos años, según la estimación de los especialistas. Una de las razones es su fácil adquisición: las motos se compran hoy a precios accesibles y con amplias facilidades de financiación.
En segundo lugar, la alta mortalidad en accidentes de tránsito en San Rafael se explica por un cambio en la tipología de los siniestros viales más frecuentes. Antes, lo más común eran los choques entre autos y hoy ya son casi normales los accidentes entre autos y motos.
Nuestra ciudad ya no es la misma de hace 10 o 20 años atrás, por lo cual está necesitada de soluciones estructurales para el problema del tránsito, que no llegan. Falta inversión en educación vial, en controles, en preparación de personal afectado y en infraestructuras.
A esto se suman factores culturales: los malos controles hacen que se cree una situación de anomia en la que cada cual maneja como quiere. El problema de fondo en ese sentido es que se termina por creer que conducir es una cuestión individual y no social. La proliferación de vehículos va acompañada del ingreso al tránsito de muchos nuevos conductores que reciben su licencia a través de cursos y pruebas cuyo rigor se objeta.
Mientras en los países desarrollados para obtener una licencia se debe pasar por exámenes rigurosos, aquí cualquiera que desee tener ese permiso para conducir la consigue haciendo un curso en pocos días y sin pasar por exámenes inflexibles en lo físico y psicológico.
Además, se requieren controles intensivos de los excesos de velocidad; alcoholemia; uso del cinturón de seguridad y del casco protector en el caso de los motociclistas y ciclistas; y de la capacitación y permanente verificación de las condiciones de sus vehículos. Se trata sin dudas, de los únicos recursos idóneos para evitar que el tránsito siga siendo algo así como un arma mortal.
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