Argentina, 5 de Diciembre de 2015
Nota: thebigwinetheory.com
El mundo del vino tiene infinidades de historias para contar más de una
vez. Cada bodega es un mundo y cada una tiene sus historias, anécdotas y
relatos que se van pasando de generación en generación hasta que en un
momento llega a nuestros oídos.
A continuación les dejo 10 historias breves sobre el vino que
seguramente les servirá para contar en asados y juntados con amigos.
1 – El mago del vino
En la época en donde la enólogía comenzó a perfeccionarse y descubrir
nuevas cualidades, tanto técnicas como analíticas, un francés fue
apodado “el mago del vino” ya que afirmana que gracias a dones que le
habían sido propiciados por Dios, él podía obtener vino blanco a partir
de uvas tintas. En realidad no mintió en nada, ya que seguramente Dios
fue quién le dio ese don para descubrir esa propiedad.
La realidad es que el vino tinto es exclusivo de las uvas tintas,
pero el blanco puede elaborarse tanto con uvas blancas como tintas. La
tinta o materia colorante se encuentra en la piel y las pepitas de la
uva, por lo tanto, el vino blanco resulta de la fermentación del mosto
sin estar en contacto con dichas partes sólidas de la uva.
2 – Las rosas en los viñedos
Allá por el 1475, el rey de España, Fernando V de Castilla cuya
esposa era la reina Isabel I de Castilla, recibía constantes reclamos
sobre unos viñedos que según la reina, no tenían gracia. Para
complacerla, el rey decidió “adornarlo”, plantando rosales al rededor
del mismo. La reina maravillada por el cambio estético pidió que se
plantaran rosales en todos los viñedos del reino.
La realidad que el motivo no es decorativo sino preventivo. Las vides
son muy sensibles al ataque de un hongo que provoca una enfermedad
llamada “oidio”, muy dañina y difícil de erradicar si no se detecta
precozmente. Este hongo también ataca las flores delicadas, como las
rosas, y sus síntomas (manchas en las hojas) son visibles antes en los
rosales que en las vides. Por tanto, el motivo es que el rosal sirva de
alarma para detectar a tiempo la enfermedad y tratarla en la viña antes
de que sea demasiado tarde.
3 – Don Perignon, el monje ciego que vio el champagne
En 1661, Don Perignon (monje no vidente quien fue abad de la abía de
Hautvillers), ordenó cavar una creta debajo del monasterio con el
objetivo de guardar diferentes partidas de vino. Entre esas partidas se
encontraba una cantidad de botellas de vino blanco que al parecer no
habían terminado su fermentación. Después de un tiempo las botellas
comenzaron a explotar debido a una segunda fermentación que se había
producido de manera espontánea. Al revisar y probar, el monje que tenía
por demás desarrollados los sentidos del gusto y el olfato, descubrió
que se había logrado un producto diferente y con caracteríasticas que se
podían potenciar para llegar a un nuevo estilo de vida.
A ciencia cierta no se sabe si esto es real. Y aunque la leyenda
atribuye a Dom Pérignon el descubrimiento del llamado Método
Champenoise, es posible que él haya mejorado una técnica que se venía
aplicando anteriormente. Pero es indudable que su aporte para convertir
al champagne en un vino de lujo, logró un antes y un después en la
historia de la enología.
4 – El vino de hielo
Básicamente, la leyenda proviene de Rusia, en donde el monarca
Alejandro III ordenó un vino que no estuviera hecho de uvas. Algo raro
pero no escapa a la excentricidades típicas de un rey. Al parecer, lo
único que hicieron fue enfriar una botella de vino tinto y le dijeron
que fue hecho con hielo y restos diversos frutros rojos para darle el
color. Y lo creyó.
La realidad que el ICE WINE existe y es un vino que procede de
Alemania y se caracteriza porque la vendimia se realiza mientras las
uvas están congeladas. Después, se prensan rápidamente antes de que se
descongelen, así sólo se aprovecha el mosto sin agua, ya que los
cristales de agua se quedan en la prensa. De esta forma se consigue un
vino con un alto contenido de azúcar y acidez, con un sabor muy
agradable.
5 – La posta del porqué el 17 de abril se celebra el día del Malbec
La cepa Malbec llegó en 1853 a la Argentina de la mano del francés
Michel Aimé Pouget, un agrónomo contratado por Domingo Faustino
Sarmiento para llevar adelante la dirección de la Quinta Agronómica de
Mendoza.
El proyecto de creación de este espacio de formación de enólogos y
viticultores se presentó ante la Legislatura Provincial, apoyado por el
entonces gobernador de Mendoza Pedro Pascual Segura, un 17 de abril de
1853.
Por ello, es que se toma esta fecha para homenajear a esta cepa,
consolidada como la tinta más cultivada en nuestro país, variedad
emblemática de nuestro país (junto con el Torrontés) apreciada entre los
consumidores argentinos y reconocida en el mundo. El Malbec es símbolo
de la transformación y proyección de la vitivinicultura argentina.
Enlace;
http://thebigwinetheory.com/2015/07/29/5-historias-curiosas-del-vino-para-contar-en-asados/
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