Argentina, 26 de Julio de 2015
lavoz901.com
7/07/15. -Lo detuvieron luego de un demencial raid que finalizó dentro de una escuela pública; El delincuente, que cuenta con antecedentes, golpeó a una oficial, le arrebató el arma que portaba y con ella disparó a otro funcionario que salvó su vida gracias a que contaba con chaleco antibalas; El ladrón, ayer ya estaba en su casa.
La medida judicial no cayó del todo bien en
la interpretación de la plana mayor de la Policía departamental Paraná. Y
desde el organismo de seguridad se hizo saber de la disconformidad con
una buena cantidad de mensajes al cronista de esta Hoja. La situación
está directamente relacionada con el episodio en el cual un peligroso
asaltante hirió a dos funcionarios policiales el martes pasado, cuando
era perseguido tras el asalto a una mujer.
Resulta que Carlos
Valenzuela, de 21 años, quien posee una pena condicional y otros
antecedentes delictivos, tras haberle arrebatado a la oficial una
escopeta que portaba cuando intentó detenerlo, le destrozó la cara con
un culatazo, para finalmente arremeter a los tiros contra otro policía
que venía por él. Al uniformado lo salvó el chaleco antibalas.
Valenzuela, finalmente fue exceptuado de ir a prisión por orden judicial
y se le concedió prisión domiciliaria en tanto se sustancie la causa.
De
acuerdo a las fuentes policiales, la medida fue otorgada por la jueza
de Feria, Paola Firpo, quien trabajó el caso junto al fiscal de Feria,
Ignacio Aramberry.
Según trascendió, no sólo hubo que trasladar
al reo en un móvil policial hasta su domicilio de calle Dorrego cuando
se conoció la decisión judicial, sino que hubo que llevarlo a una
entidad bancaria para que el mencionado delincuente cobre una pensión.
¿Una
broma? Fuentes extraoficiales manifestaron a esta Hoja que la orden
impartida sonaba tan inverosímil como irónica, al punto que la comisión
policial a cargo de llevar adelante la orden, repreguntó a sus
superiores si no se trataba de una broma.
Los uniformados tenían
presente que horas antes de ser trasladado a la Alcaidía de Tribunales,
Valenzuela había atacado a una mujer con un cuchillo cuando ésta
caminaba por calle Pérez Collman, con el fin de robarle sus
pertenencias. Que en la huída se refugió en la Escuela Nº 96 JM Estrada,
en avenida Ramirez y Laurencena, atacó a la oficial Analía Ocampo,
propinándole un puñetazo en el rostro, le arrebató una escopeta calibre
12-70 con la cual le asestó un culatazo en la cabeza y posteriormente,
disparó en el pecho de un suboficial de la Guardia Bancaria Nelson
Videla, quien afortunadamente sobrevivió merced a su chaleco antibalas.
Fue
por todo esto que los funcionarios, incrédulos, pedían la confirmación
de trasladar a Valenzuela a cobrar su pensión y luego dejarlo en su
casa. Convencidos ya de que no se trataba de una broma de mal gusto,
cumplieron con la orden del juzgado del Feria como les corresponde.
Mientras
tanto, tanto Ocampo como Videla debieron ser asistidos desde el martes
en una clínica paranaense y afortunadamente pudieron sobrevivir a un
momento que puso en verdadero riesgo sus vidas.
La Oficial
Analía Ocampo debió ser asistida por una fisura en el tabique nasal y
debió recibir varios puntos de sutura en el cuero cabelludo.
La Sub-Oficial Videla, por su parte tiene siete días de recuperación, ya que algunos perdigones impactaron en sus brazos y manos.
En contactos extraoficiales con funcionarios de la plana mayor de la Policía, era notoria su indignación ante esta situación.
Voz oficial
La
palabra oficial estuvo a cargo del subjefe Departamental de Paraná,
comisario Guillermo Rondán, quien en diálogo con esta Hoja trató de ser
cauto al momento de opinar.
“Entiendo que los jueces tienen
elementos para ampararse en la legalidad de alguna medida, tomando en
cuenta de que una prisión domiciliaria no va a entorpecer la
investigación. No obstante, uno, como policía, también tiene otra
lectura de las cosas y personalmente creería que debería existir alguna
medida en la que no se permita algún beneficio, cuando se trate de
personas que en actitud delictual ponga en riesgo o agreda a
funcionarios del orden público.
Hay otros países, y no estoy
hablando de países del primer mundo, en los que se consideran con otros
valores las agresiones de las que pudiera ser objeto un uniformado”,
detalló.
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