09 de Octubre de 2013
Diario UNO Mendoza
"Los acosadores tienen sus propios foros donde intercambian estrategias, consejos y hasta víctimas" sostienen investigadores.
Daniel Perry se precipitó al vacío desde el puente Forth Road de
Edimburgo.
Había caído en las garras de una supuesta joven
estadounidense que le amedrentó con filtrar sus comprometidas
conversaciones por internet a sus padres y amigos. Le exigió una
cantidad ingente de dinero que Perry nunca pagó. Una hora después del
plazo, el escocés de 17 años no halló más salida que el suicidio como
única y lamentable solución a su miedo y, sobre todo, al pudor que le
asolaba.
El chico mantenía una relación íntima por Skype con una nueva amiga
que creía ser de su misma edad. Nada más lejos de la realidad. Había
sido grabado durante sus encuentros virtuales por una red organizada
cuyo objetivo era extorsionarle. El buscó ayuda en el lugar equivocado.
Los usuarios de la red social ask.fm le invitaron a suicidarse. Este
sitio ya había desatado las alarmas cuando otra adolescente inglesa de
14 años también se quitó la vida tras recibir insultos y amenazas en
esta plataforma, donde se pueden intercambiar mensajes de forma anónima.
Crecimiento exponencial
Ese anonimato supone, precisamente, la impunidad para los depredadores,
para los «groomers» como se conoce a los adultos que acosan a menores a
través de internet con intenciones sexuales. Una lacra que crece
exponencialmente, como advierte un nuevo estudio del Centro de
Explotación Infantil y Protección Online (CEOP, en sus siglas en inglés)
del Reino Unido.
Las víctimas eran chicos entre 11 y 15 años
Esta organización, asociada a la Policía británica y dedicada a proteger
a los menores del abuso sexual, ha realizado doce investigaciones
durante los dos últimos años en las que 424 niños, 184 de ellos en Reino
Unido (más del 40%), han sido objeto de chantajes por parte de redes de
pederastia. La mayor intervención, llamada Operación K, desveló que 322
niños estaban siendo chantajeados en todo el mundo, 96 de ellos en Gran
Bretaña. Las víctimas, en general, chicos entre 11 y 15 años,
sucumbieron ante una banda de personas no europeas que afrontarán un
juicio en las próximas semanas.
El CEOP hace hincapié en cómo los niños británicos se han convertido
en el blanco de los depredadores sexuales, ya que en cinco de las doce
líneas de investigación abiertas los delincuentes estaban en Reino
Unido. Por dos cuestiones: por el uso de un idioma universal como el
inglés, que facilita la comunicación, y porque la sociedad británica es
muy abierta y liberal. Sin embargo, «el coto de caza es a nivel mundial.
Y el crecimiento de esta práctica también», advierte Julián Millán,
agente de la Unidad de Investigación Tecnológica de la Policía Nacional.
«El groomer puede estar en Colombia, Kazajistán o Londres», insiste el
investigador, y su víctima en la otra punta del planeta.
Levantan una obra de ingeniería social
Las argucias, tretas y artimañas de un adulto para ganarse la confianza
de un adolescente son infinitas. Y similares en un país y en otro. Antes
de empezar a tejer su red, el «groomer» se empapa de toda la
información posible sobre su víctima: estudia su perfil, sus contactos,
sus fotografías, sigue sus comentarios y opiniones en las redes
sociales... «Después, el 90% de ellos comienza a levantar una obra de
ingeniería social», explica el agente Millán. Pasa a tener los primeros
contactos con su víctima, en los que se muestra simpático y amable.
Sigue obteniendo información de la forma más natural (¿tienes mascota?
¿cómo se llama tu abuela? ¿qué coche tiene tu padre). Cualquiera de las
respuestas puede ser la clave para conseguir la contraseña. Y trata de
ganarse la confianza del chico con tretas de lo más variado. Por
ejemplo, ofreciéndole dinero para recargar el móvil.
«Comienzan pidiendo un baile ante la webcam»
Cuando tienen suficiente información, comienza el chantaje. «Primero,
los depredadores consiguen que los niños hagan algún baile ante la
webcam; después que enseñen el sujetor, por ejemplo; más tarde que se
quiten alguna prenda de ropa... A partir de aquí la víctima está
perdida, ya la puede chantajer y amenazar con enseñárselo a sus padres.
El groomer la tiene tan controlada que llega a lograr que se masturbe o
mantenga relaciones con otro menor grabándolo en una cámara», explica
Juanma Romero, fundador y director de Adicciones digitales.
«Cada vez piden más», asegura el agente Millán. Y mantenerlo en
secreto es lo peor para la víctima, según estima Millán.«Los chicos no
lo cuentan e intentan solucionarlo por sí mismos. Es peligroso. El acoso
de un «groomer» puede llevar al suicidio del chico. A veces algunos
padres, si se enteran, intentan arreglarlo suprimiento y borrando todo e
incluso dando dinero al groomer. Pero el silencio perpetua el daño. Hay
videos que se publican en internet años después de haberse grabado»,
dice el agente.
Hasta suplantan personajes famosos
Existen niveles de «groomers» y pueden emplear estrategias diferentes:
«Uno de los ataques —prosigue Millán— es hacerse pasar por la víctima en
las redes sociales. Una vez que consiguen la contraseña, se meten en el
perfil y, al cuarto mensaje, amenazan a la chica con mensajes del tipo:
"Voy a hacer que seas la más p... del instituto". Así la puede
chantajear. Otros activan de forma remota la webcam o utilizan virus o
suplantan a personajes famosos...».
Los «groomers» no tienen un perfil definido. Son uno más entre todos.
«Hay padres de familia con hijos y un trabajo normal, gente inteligente
con estudios... El 90% son hombres, pero no faltan las mujeres. Los hay
de 15 y 16 años hasta más de setenta. Puede estar jubilados o ser
joyeros, panaderos o trabajadores de un banco. Y siempre están en varias
redes y con agendas muy amplias. Hasta de 250 niños en cada red.
Incluso tienen sus propios foros, donde intercambias estrategias,
víctimas, consejos...»
Enlace:
http://www.diariouno.com.ar/mundo/Los-trucos-que-usan-los-depredadores-sexuales-para-engaar-a-un-nio-por-internet-20131004-0001.html

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