12 de Octubre de 2013
Diario UNO Mendoza
La mente humana es simple y complicada a la vez. Sus conflictos de pronto se resuelven de la manera más inesperada y sencilla y, en otro momento, tiene que transitar por caminos confusos.
La mente humana es simple y complicada a la vez. Sus conflictos de
pronto se resuelven de la manera más inesperada y sencilla y, en otro
momento, tiene que transitar por caminos confusos antes de encontrar una
respuesta.
Curiosamente, a veces parece que la mente hace esto por sí misma, sin
que importe mucho que conozcamos o no el nombre de aquello en lo que
incurre.
A continuación 10 de estos fenómenos psicológicos que quizá sean poco conocidos pero no así poco frecuentes.
1. Disforia
Lo contario a la euforia, la disforia se caracteriza por un estado
general de tristeza, cansancio, ansiedad, falta de energía e irritación.
En algunos se manifiesta luego de haber consumido algún estimulante
como chocolate o café, pero igualmente puede ser respuesta a la tensión,
el aburrimiento o la depresión.
2. Embeleso
El embeleso (una traducción lo más cercana posible al “Enthrallment”
definido por el psicólogo W. Gerrod Parrott) se identifica como un rapto
intenso, una emoción tan fuerte que parece sacar a la persona de sí
misma, específicamente en situaciones de profunda alegría o
satisfacción. Como el arrebato de las distintas tradiciones místicas,
durante el embeleso el espíritu parece elevarse a alturas insospechadas.
3. Normopatía
Las normas sociales —y dicho más precisamente: su cumplimiento—
pueden convertirse en algunos en una obsesión lindante con la manía y
aun la locura. Se dice que quienes se inclinan hacia la normopatía no
tienen personalidad propia, pues solo hacen lo que la sociedad espera de
ellos. Paradójicamente, también es usual que este comportamiento
alcance un límite, un conflicto, el cual la persona resuelve usualmente
volviéndose violento y, sí, violando las reglas que antes tanto le
habían preocupado.
4. Abyección
Un término de amplia herencia cultural, la abyección ha sido definida
por la filósofa francesa Julia Kristeva, quien parte de la experiencia
traumática que surge al darnos cuenta de que fuimos separados del cuerpo
de nuestros padres, para después referirse a la experiencia que
sobreviene cuando vemos algo tan horroroso que nos perturba incluso
fisiológicamente (y, por ejemplo, vomitamos). En buena medida se trata
de una sensación que nos recuerda, irrefutablemente, que entre un cuerpo
muerto o herido y nuestro propio cuerpo no hay mucha diferencia.
5. Sublimación
Este es uno de los conceptos fundamentales de la teoría
psicoanalítica desarrollada por Sigmund Freud. En esta, la sublimación
se identifica con ese fenómeno mediante el cual la pulsión sexual, como
una corriente imparable y sin embargo frenada por las convenciones
sociales vueltas subjetivas, se manifiesta bajo otra forma. Así, por
ejemplo, en vez de dar rienda suelta a las perversiones o tener una
sesión de sexo desenfrenado, hay quien pinta un cuadro o compone una
canción. Lo mismo aplica para la pulsión destructiva: en vez de matar a
su adversario, hay quien escribe una crítica demoledora contra su novela
recién publicada.
6. Compulsión a la repetición
“El deseo de regresar a un estado anterior de las cosas”, escribió
alguna vez Freud para definir la repetición, ese mecanismo psicológico
mediante el cual el sujeto se siente compelido a hacer lo mismo una y
otra vez: desde ir al mismo restaurante hasta atarse a más o menos el
tipo de personas en sus relaciones significativas. Para Freud el lado
más siniestro de la repetición coqueteaba con la no-existencia, el
verdadero “último estado anterior” a todo.
7. Desublimación represiva
Herbert Marcuse, teórico social cercano a las ideas de Freud, dio la
vuelta al concepto de sublimación para explicar por qué una liberación
sexual no redunda necesariamente en una liberación general o auténtica
y, por el contrario, contribuye a fortalecer mecanismos represivos.
Marcuse vivió las protestas mundiales de la década de 1960,
caracterizadas en muchos casos por esta apertura masiva de la
sexualidad, al mismo tiempo que en otros ámbitos como la familia o el
gobierno, las restricciones sociales ganaban presencia. En cierta forma
puede decirse que la desublimación represiva distrae de la consecución
de la verdadera libertad.
8. Aporía
Otro concepto de profundas resonancias en la psique humana, la aporía
se refiere a la sensación de vacío que ocurre cuando nos damos cuenta
de que algo en lo que creíamos al final no es verdad o, lo que al
parecer es más frustrante, cuando esa creencia cae en el abismo ambiguo
de lo que puede ser tan verdadero como falso.
9. Compersión
Este neologismo, relativamente contemporáneo, busca nombrar el
sentimiento opuesto a los celos cuando se descubre que la pareja está
saliendo con algo más. En buena medida se encuentra ligado a relaciones
abiertas y de poliamor, en las cuales existe un acuerdo que permite esta
situación. Alguien involucrado en este tipo de afecto puede sentir
cierta satisfacción cuando ve a la otra persona besarse con alguien
distinto. En un ejemplo tanto o más asequible, la compersión también
puede ser eso que se siente cuando un amigo gana un premio por el cual
tú también competías.
10. Sentimientos grupales
Para algunos psicólogos ciertos sentimientos solo son posibles en
grupo, esto es, surgen solo cuando estamos con otros. Su particularidad
es que por la interacción es común que estos entren en conflicto con
nuestras creencias personas. Así, por ejemplo, si una discusión
colectiva alguien habla en contra de la homosexualidad o de la religión,
de pronto otra persona que quizá nunca había pensado sobre el asunto,
se descubre defendiendo el asunto (aunque individualmente le sea
indiferente tomar una posición al respecto).
Enlace:
http://www.diariouno.com.ar/afondo/10-estados-psicologicos-que-probablemente-desconocias-20130928-0047.html

No hay comentarios.:
Publicar un comentario