25 de Agosto de 2013
Diario sitioandino.com
Hay personas que no se perdonan una equivocación y viven un drama cada vez que algo no sale como lo esperaban. Lo que no saben es que el camino al éxito está lleno de traspiés. Cómo guiar a los jóvenes.
"En 26 ocasiones me han dejado el lanzamiento definitorio del triunfo y
fallé. He fallado más de 9000 lanzamientos en mi carrera deportiva. He
perdido casi 300 juegos. Esta es la razón de mi éxito”, reveló Michael
Jordan, uno de los más importantes deportistas de todos los tiempos, en
un claro mensaje de que para alcanzar el éxito hay que equivocarse
muchas, muchas pero muchas veces.
Algunos adultos no comprenden
que el fracaso es parte del éxito y se sienten abatidos cuando fallan.
Aquellos que son padres, tienen la responsabilidad de educar a sus hijos
y guiarlos por un camino que estará lleno de obstáculos, en el cual
tendrán que acompañarlos y apoyarlos cada vez que las cosas no salgan
bien.
En diálogo con Infobae, Martín Shaw -autor del libro El
diamante de la efectividad. Cómo ser más humano para influir en los
resultados- sostuvo que la razón más importante por la cual no nos
permitimos fallar se remonta a los primeros años de vida, cuando
nuestros padres nos castigaban por equivocarnos o por hacer alguna
travesura. Lo peor del caso es que, la mayoría de las veces, ello venía
asociado a la frase ”No quiero que seas así“ o, peor aún, “No te quiero
cuando haces eso o aquello”.
“Para nosotros, que recién
estábamos dando nuestros primeros pasos, no había nada peor que no nos
quisieran o no nos aceptaran como éramos, por lo tanto, había que hacer
lo imposible para no equivocarse y, si lo hacíamos, lo negábamos una y
otra vez. Después crecimos y seguimos haciendo lo mismo”, explicó el
especialista.
Basados en esta cultura, educamos a nuestros hijos
adolescentes para que tengan que ser necesariamente exitosos, en
desmedro de que sean seres humanos. “Es más importante el llegar, el
tener, el lograr que el ser. Partimos de la premisa que no hay que
equivocarse, no hay que fallar. Pareciera que el error es mala palabra y
que no debería ser parte de nuestra vida. Seguimos siendo muy crueles
cuando ellos se equivocan y también los seguimos castigando. La
adolescencia es considerada por la mayoría de los padres como una etapa
difícil, problemática, una etapa muy complicada donde hay que utilizar
más energía para enderezar a nuestros hijos, para que no se equivoquen.
Sin embargo, no logramos ver todo el cuento, toda la película”, sostuvo.
La
adolescencia también es una etapa maravillosa de la vida donde se
comienza a conocer, investigar, curiosear y desarrollar toda la
capacidad y los dones de una persona. Durante ella, lo más lógico es que
se cometan miles de errores para poder aprender de ellos. “Pero
lamentablemente los adultos -los que supuestamente la tenemos “clara”-
no hacemos más que distanciarnos de ellos y no los dejamos vivir la
experiencia real de salir del cascarón con todos los errores que ello
implica a la hora de aprender. Y curiosamente es cuando más cerca
tenemos que estar para guiarlos a la hora de experimentar la vida”,
opinó.
El error es una posibilidad más de cualquier ser humano,
tan perfecta y ecuánime como la de no fallar. ¿Quién dijo que uno está
bien y el otro hay que reprimirlo o castigarlo? ¿Cómo es posible que no
aprendamos a ver al error como un espacio maravilloso de crecimiento y
en cambio lo vemos siempre como algo negativo, algo que retrocede? “Esto
sucede porque nuestra educación está y estuvo siempre plagada de
creencias que no son del todo ciertas y que, en definitiva y como dice
Einstein, lo terminan frenando a uno en su camino de aprendizaje. Las
creencias de que sólo se es exitoso si no se falla, si uno no se
equivoca o lo hace pocas veces, no son ciertas y además alargan la etapa
de aprendizaje. El premio nobel de literatura, Samuel Beckett, dijo:
“Fracase, fracase de nuevo, fracase mejor””, finalizó Shaw.
Enlace:
http://www.sitioandino.com/nota/83698-miedo-al-fracaso-el-error-tambien-lleva-al-exito/
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