Egipto, 18 de Agosto de 2013
Diario: sitioandino.com
Según cifras oficiales, las víctimas son 890, pero hay otros 235 cuerpos que yacen custodiados en una mezquita. El jefe del ejército, Abdel al Sisi, dijo que "no cederá" ante la violencia.
Pese a las amenazas del gobierno de facto y el despligue masivo de
policias y soldados, los islamistas egipcios volvieron a marchar en El
Cairo y en el resto del país contra el golpe de Estado, tras cuatro días
de represión que dejaron más de mil muertos y cinco mil heridos.
Según
cifras oficiales, en los últimos cuatro días murieron 890
manifestantes, que sumados a los 235 cadáveres que aún custodian de
forma muy precaria militantes islamistas en una mezquita de El Cairo.
Imágenes
difundidas por la cadena de noticias qatarí Al Jazeera mostraron a
pequeñas multitudes marchando desde varios barrios de El Cairo y sus
alrededores hacia el Tribunal Constitucional, cuyo edificio estaba
totalmente cercado por tanques y soldados.
Los opositores al
golpe de Estado también salieron a las calles en las ciudades de Suez y
de Minya. Sin embargo, algunos partidarios del presidente islamista
Mohamed Mursi anunciaron la cancelación de algunas de sus
manifestaciones en El Cairo "por razones de seguridad". En tanto, el
jefe del ejército, Abdel Fatah al Sisi, aseguró que Egipto "no cederá"
ante la violencia de los islamistas.
Al caer la noche, en Egipto
entra en vigencia el toque de queda y la información sobre las
manifestaciones se vuelve escasa y los temores a una nueva represión
estatal inundan las redes social y los portales de noticias.
En
las últimas horas, el Ministerio del Interior de facto informó que 38
miembros de la Hermandad Musulmana murieron asfixiados cuando los
trasladaban de una cárcel cerca de El Cairo en un episodio poco claro.
El
movimiento islamista conservador que acompañó al derrocado presidente
Mohamed Mursi a la Presidencia hace apenas un año acusó al gobierno de
facto de colocar francotiradores en los techos de los edificios de la
zona, informó Al Jazeera.
Según cifras oficiales, en los últimos
cuatro días murieron 890 manifestantes, que sumados a los 235 cadáveres
que aún custodian de forma muy precaria militantes islamistas en una
mezquita de El Cairo, la cifra supera los mil.
El Ministerio del
Interior de facto, en tanto, informó que 70 policías murieron desde el
miércoles pasado. Tras ese tendal de muertos, la respuesta del gobierno
de facto, controlado por general golpista Abdel Fatah al Sisi, a una
nueva jornada de protestas fue, otra vez, reforzar el control de las
zonas por donde marcharían los islamistas.
Desplegaron tanques
blindados, soldados y policias, y cortaron calles y avenidas con
barreras metálicas, informó la agencia de noticias EFE.
"Quien
piense que la violencia doblegará al Estado y a los egipcios debe
pensarlo de nuevo", advirtió el jefe del Ejército Al Sisi durante un
encuentro con comandantes de la policía y del Ejército, según el diario
estatal Al Ahram.
Al Sisi, que luego del golpe fue nombrado
ministro de Defensa y primer vice primer ministro, acusó a la Hermandad
Musulmana de estar empujando al país hacia un "tunel oscuro" y rechazó
las versiones que sostienen que el Ejército quiere "tomar el poder".
"El
honor de proteger la voluntad del pueblo es mucho más honorable que
gobernar", aclaró el hombre que el 3 de julio pasado leyó el comunicado
que informaba que Mursi había sido derrocado y detenido en un lugar
desconocido, y que las Fuerzas Armadas nombraban como presidente de
facto al titular de la Corte Suprema.
Después de su discurso, Al
Sisi participó de una reunión del Consejo de Ministros, en la que
discutió la posible ilegalización de la Hermandad Musulmana, un
movimiento que a pesar de haber concentrado gran parte del poder
político durante el gobierno de Mursi, pasó la mayor parte de su
historia en la clandestinidad.
Según el informe publicado
después de la reunión por la agencia de noticias oficial Mena, el
Consejo, quien declaró estar peleando "una lucha contra el terrorismo",
no tomó una decisión sobre la ilegalización de la Hermandad, pero sí de
los llamados "comités populares".
Estos comités aparecieron con
fuerza en los últimos días y están compuestos por manifestantes anti
Mursi, que decidieron organizarse con armas y palos para evitar las
marchas islamistas, y detener a manifestantes "violentos" para luego
entregarlos a las fuerzas de seguridad.
Difícil saber cuán
activos fueron estos comités en la represión del miércoles y el jueves
pasado que dejó 638 muertos y más de 3.700 heridos, la violencia del
viernes que produjo un saldo de 173 muertos y 1.330 heridos, y la del
sábado, que terminó con 79 muertos y cerca de 550 heridos, según cifras
oficiales.
Para la Hermandad Musulmana el escenario es aún peor ya que los muertos, según sus cálculos, se cuentan por miles.
Los
medios oficiales también informaron que cerca de mil islamistas y
dirigentes de la Hermandad Musulmana fueron detenidos en todo el país.
Entre
ellos, más de 400 fueron arrestados tras el desalojo de ayer de la
mezquita de Al Fatah, que se había convertido en un refugio para cientos
de islamistas tras el tendal de muertos de esta semana. Todos fueron
acusados por homicidio.
Cada día el saldo de víctimas y de detenidos crece en Egipto y con él la condena internacional.
La
Unión Europea (UE) anunció que revisará de forma urgente sus relaciones
con Egipto y tomará medidas, por ejemplo suspender la ayuda financiera y
las exportaciones militares a El Cairo, para intentar frenar la
violencia en ese país.
Lejos de surtir efecto, el gobierno de
facto egipcio respondió a esta nueva advertencia con una amenaza
propia. El canciller Nabil Fahmi adelantó en conferencia de prensa que
revisarán toda la ayuda internacional que reciben, especialmente "por
esas voces que dicen que retirarán la ayuda si Egipto no hace esto o lo
otro".
Enlace:
http://www.sitioandino.com/nota/87414-egipto-al-borde-de-guerra-civil-conflicto-ya-dejo-mas-de-1-100-muertos/
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