Diario mdzol.com
Sobre la Ruta 82 hay varias bajadas al río que cada fin de semana son aprovechadas por la gente para refrescarse y recrearse. ¿Quién vigila que no se produzcan accidentes ni incidentes?
Cada domingo o feriado de
verano son miles los mendocinos que deciden hacer un asado o tomar unos
mates a la orilla del río. Y, justamente, son las diversas bajadas que
se ubican a lo largo de la ruta 82 las más visitadas.
Familias completas, grupo de adolescentes, parejitas de enamorados y hasta oportunistas que montan quioscos es lo que se puede ver por la zona. Los controles policiales están siempre sobre la ruta y es muy raro que una patrulla circule por el costado del río.
Esta temporada de altas temperaturas ha provocado que miles de mendocinos elijan ese margen del río para refrescarse, a pesar del riesgo que eso implica. Las personas que suelen ser habitué del lugar no son conscientes de lo que puede ocurrir si el río presentara una crecida. Y el motivo es uno: no estamos acostumbrados a que se produzcan torrenciales tormenta que puedan causar desprendimiento de montaña y llenar de lodo los causes como ha ocurrido en los últimos días. "En Mendoza no hay cultura de crecida del río como hay en Córdoba", aseguró Marcos Zandomeni, secretario de Ambiente.
Y será por ello que la gente se instala prácticamente en el medio del río a almorzar o merendar despreocupada y tratando de fundirse con la naturaleza para olvidarse del agobiante calor de la ciudad.
Uno de los lugares preferidos por los mendocinos está sobre la ruta 82 cerca del límite con Blanco Encalada. La bajada al río es complicada y riesgosa. Algunos se animan y se lanzan por allí. Otros prefieren hacer unos metros más y encontrarse con un conocido "payaso" del lugar que pide $15 pesos por vehículo para dejar bajar por un camino más cuidado.
Familias completas, grupo de adolescentes, parejitas de enamorados y hasta oportunistas que montan quioscos es lo que se puede ver por la zona. Los controles policiales están siempre sobre la ruta y es muy raro que una patrulla circule por el costado del río.
Esta temporada de altas temperaturas ha provocado que miles de mendocinos elijan ese margen del río para refrescarse, a pesar del riesgo que eso implica. Las personas que suelen ser habitué del lugar no son conscientes de lo que puede ocurrir si el río presentara una crecida. Y el motivo es uno: no estamos acostumbrados a que se produzcan torrenciales tormenta que puedan causar desprendimiento de montaña y llenar de lodo los causes como ha ocurrido en los últimos días. "En Mendoza no hay cultura de crecida del río como hay en Córdoba", aseguró Marcos Zandomeni, secretario de Ambiente.
Mapa del sector de las bajadas al río.
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Y será por ello que la gente se instala prácticamente en el medio del río a almorzar o merendar despreocupada y tratando de fundirse con la naturaleza para olvidarse del agobiante calor de la ciudad.
Uno de los lugares preferidos por los mendocinos está sobre la ruta 82 cerca del límite con Blanco Encalada. La bajada al río es complicada y riesgosa. Algunos se animan y se lanzan por allí. Otros prefieren hacer unos metros más y encontrarse con un conocido "payaso" del lugar que pide $15 pesos por vehículo para dejar bajar por un camino más cuidado.
El domingo pasado eran cientos de autos los que se apostaron en esa playa natural. Muchos de los que pasaron el día ahí, se bañaron en el río y algunos inconscientes se trepaban al cerro de enfrente y se tiraron al cauce. El olor a asado y a empanadas invadió la zona. Tres quioscos se pusieron al día con la venta de bebidas. Todo fue distensión, entretenimiento y ronda de guitarreada entre los más jóvenes. ¿Autoridades, inspectores municipales o fuerza policial? Ninguna.
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Vamos por partes. Zandomeni aseguró que en ese sector el caudal del río está controlado porque está debajo del dique Potrerillos y confío que las responsabilidades son compartidas, pero que sobre todo la gente debe ser consciente de dónde se mete.
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Erwin Cersósimo, director de Seguridad Vial, explicó que ellos realizan controles en la ruta: "La orilla del río no depende de nosotros, nuestro deber es controlar la circulación en la ruta. Pero el caudal en esa zona está controlado", manifestó.
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Con respecto a los comercios que allí se montan, desde la Municipalidad de Luján confirmaron que no tienen habilitación para trabajar: "Ningún comercio sobre el margen del río está habilitado.
Algunos han sido emplazados y hemos hecho decomiso de mercadería. Estamos haciendo controles constantemente pero no podemos poner un puesto fijo porque tenemos poco personal debido a las vacaciones y varias zonas para inspeccionar", comentó Fabián Gutiérrez, director de Comercio de la comuna lujanina.
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Los jóvenes deberán entender que es sumamente peligroso hacer "clavados" de cabeza al río y, tanto grandes como chicos, comprender que no es prudente meterse a caudales no autorizados. También es importante considerar, por sobre todo, que el retorno debe ser con prudencia ante la gran cantidad de vehículos. Nada que no sepamos todos, pero que a veces parece que olvidamos.
Enlace.
http://www.mdzol.com/nota/447402-en-el-rio-de-quien-depende-la-seguridad/#popupv22467v6
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