26 de Marzo de 2013
Diario UNO Mendoza
Las historias y entramados tras las distintas órdenes que se desarrollan en torno al cristianismo datan de años y tienen mucho que contar.
"Papa negro", "ejército en la sombra", los jesuitas, que tienen al
primer Papa de su historia, tienen una reputación contrastada, pero la
elección del nombre del nuevo pontífice, Francisco, se refiere a los
valores fundadores de estos "servidores de la Iglesia", en primera línea
en la defensa de los pobres.
La Compañía de Jesús, fundada en 1540 por el aristócrata vasco y
exmilitar Ignacio de Loyola, es a veces descrita como un "ejército en la
sombra" que controla el conjunto de la Curia romana o incluso el
sistema bancario estadounidense.
"Los prejuicios y estereotipos sobre los jesuitas son tan válidos
como los que dicen que las parisinas tienen el ceño fruncido y son
antipáticas", ironiza el historiador católico italiano Alberto Melloni,
interrogado por la AFP. "Es una gran familia en la que hay de todo,
grandes conservadores y grandes reformadores, incluidos algunos
fundadores de la teología de la liberación", explicó.
El apodo de "papa negro" se remonta a la época en la que el "superior
general" de los jesuitas se había vuelto tan poderoso que era percibido
como el rival del Pontífice de Roma. La orden, que Ignacio de Loyola
tardó seis años en hacer reconocer por el Papa (en 1540), fue incluso
disuelta por Clemente XIV en 1773 antes de renacer 50 años después
durante el pontificado de Pío VII.
Henri Tincq, exvaticanista del diario francés Le Monde, explicó el
jueves en la web slate.fr la "leyenda negra" de esta orden religiosa
por, de un lado, la "disciplina jesuita, la sumisión a toda prueba
perinde ac cadaver (como un cadáver), la ley del secreto, la obediencia
absoluta al Papa, el papel de los jesuitas en la erradicación de las
herejías protestantes y jansenistas, con la voluntad de influenciar las
élites burguesas" a través de la educación.
Pero según los vaticanistas, los cardenales electores reunidos en
cónclave secreto no han elegido para nada al argentino Jorge Bergoglio
por su pertenencia a la Compañía de Jesús. Sino por sus cualidades de
arzobispo-misionero siempre dispuesto a recorrer las parroquias
desfavorecidas a las que llega en metro o a pie y capaz incluso de
lavarle los pies a toxicómanos.
"No es como si hubiera habido un club de cardenales jesuitas que lo
eligió. ¡Era el único jesuita del cónclave!", dijo a la AFP el sacerdote
Louis Boisset, ironizando sobre la potencia sobrestimada que se presta a
su orden religiosa que sólo cuenta con 19.000 miembros diseminados por
150 países.
El portavoz del Vaticano, el sacerdote Federico Lombardi, otro
jesuita, expresó su sorpresa: "Nos consideramos más bien como
subordinados que como una autoridad de gobierno (de la Iglesia), lo viví
como un llamamiento presente para ponerse al servicio de la Iglesia
Universal", comentó.
En 2005, el cardenal Bergoglio, respaldado entonces por el poderoso
cardenal progresista de Milán Carlo María Martini, fue el principal
rival del alemán Joseph Ratzinger, el luego Benedicto XVI. "Es jesuita
por formación, demostró por ejemplo un gran equilibrio psicológico ayer
por la noche. No estaba ni siquiera especialmente emocionado, eso viene
de esa espiritualidad que enseña la santa indiferencia", estimó el
historiador Melloni.
El director de la revista jesuita de referencia Civilta Cattolica,
Antonio Spadaro, subrayó la importancia simbólica de la elección del
nuevo Papa bajo el nombre de Francisco, en homenaje al famoso santo
nacido en una familia acomodada que se hizo pobre entre los pobres.
La pobreza "está en el corazón de la experiencia de los jesuitas y
(San) Francisco estaba en la raíz de la vocación de Ignacio (de Loyola),
que quedó impactado por la lectura de sus escritos, era el fundamento
de su conversión", subrayó Spadaro.
Ignacio de Loyola recuperó la fe cuando resultó herido en 1521 en la
batalla de Pamplona. Lamentó después haber sido en su juventud "un
hombre consagrado a las vanidades del mundo, cuyo mayor placer eran los
ejercicios de actos marciales, con un gran y vano deseo de ser famoso".
Según el padre Spadaro, el Papa, que estará ahora "al frente de la
Iglesia universal, tendrá una visión del mundo inspirada por la vocación
de los jesuitas pero es la Compañía (de Jesús) la que estará ahora a
su servicio".
Enlace:
http://www.diariouno.com.ar/mundo/La-leyenda-negra-de-los-jesuitas-20130314-0070.html